Capítulo 12

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Días después...

Que Martin me llamara me deja más pérdida de lo que me encontraba actualmente con todo. Yo sabía que ella estaba bien, puede que me haya preocupado más de lo que quería, pero todo esto tenía que importarme menos y más cuando Giancarlo se encarga de que yo, especialmente, no la pierda de vista.

Y me jode seguir pensando la situación.

Han sido días difíciles dónde me replanteo mil y un cosas en mi cabeza tratando de decidir qué es eso para mí mayor conveniencia y no para los demás.

Quiero dejar a estas dos personas atrás, principalmente, porqué me duele tanto ver cómo él es feliz y yo solo la sombra de lo que alguna vez fue. Quiero ser capaz de decirle que no, quiero ser increíblemente segura cuando los esté viendo a los ojos, pero mi inseguridad viene por no saber qué hacer con mis sentimientos.

Por no saber a quién dárselos.

Me paso la mano repetidas veces por la cara, tratando de enfocar mi mente en estos movimientos y no en él.

—¿Por qué cada vez que Aivy está junto a ti te amargas más de lo normal? —pregunta Bruno recostado de la ventana del auto. —¿Estás celosa de que se coman lo que alguna vez te comiste? —alza las cejas repetidas veces, provocándome.

—No digas estupideces. —Entrecierro los ojos a su dirección negando y causando su risa.

—Aunque Gian diga que no, sé que está enamorado y realmente tiene muy buenos motivos. —dice refiriéndose a la conexión que se siente entre aquellos individuos.

Giancarlo actualmente no se encuentra en el país, y todo esto se hace cada vez peor. No puedo verla a la cara sin ver la marca de sus besos grabada en su piel de forma invisibles.

Hoy tuvimos una "misión" importante y aunque no tenia ganas de ir, este sigue siendo mi trabajo y necesito comer. El colmo fue que Aivy era parte de todo. Me molestó, no por ella personalmente, sino porque teníamos que estar pendiente de cada paso que daba y decirle todo a Giancarlo, como si estuviésemos cuidando a un bebé.

—Es tan impredecible cuando se trata de otras cosas, pero siempre que viene de ella es muy predecible —opino viendo en dirección a la casa de ella.

No quiero ni salir del auto, pero tenemos que quedarnos aquí hasta que lleguen sus queridos guardaespaldas.

Y con respecto a lo que dijo Bruno: A quién no, a pesar de muchas cosas Aivy es una maldita maravilla.

—La quiero tanto que duele... —Bruno bufa y enseguida sube al auto, repasando por última vez la casa de Roy.

Mi celular vibra en mis piernas y mi atención cambia a ser de el, cuando veo el mensaje reflejarse en un número privado.

"Necesito verte ya, Neyaisav."

—Aivy me estuvo pidiendo consejos de cómo actuar de una manera mejor. ¿Puedes creerlo? —Ríe. —¿Como la hija del mafioso más buscado de Canadá me pide consejos a mí, el hombre más simple del mundo?

¿Qué querrá Hamad esta vez?

Tenía días ignorándome y gracias a eso no quería saber absolutamente nada de él en ninguna circunstancia.

Soy un maldito desastre. En su momento pensé que era una buena decisión el regresarme y decirle que, si algo me pasaba, lo iba a llevar a la muerte conmigo.

Que patética estoy siendo al aceptar sin saber siquiera el motivo o las consecuencias que esto pueda traer a las personas que más amo. Se que a ellos no les pasará nada, pero temo que en algún momento sí...

Inferno© [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora