Capitulo 28.

26 5 0
                                    

25 de diciembre del 2020.

—Quiero esperar más tiempo para ir acumulando emoción —musita mi hermana menor poniéndose los lentes de sol.

Irinna permanece frente a mí arreglando mis uñas, mientras yo solo las observo con felicidad y tranquilidad mientras discuten. Ilda se ha ido de visita a su familia, así que solo estamos nosotras.

—Ya sabes lo que hay en las cajitas, Zenya —murmura Irinna para finalizar.

—Algunas no.

—Esa pequeña demonio es como tú y yo unidas en una sola persona —me dice y río. Estoy muy de acuerdo. —Haz lo que quieras.

—Ahg. —Zenya se sienta en la tumbona, se quita los lentes y ve a Irinna con cansancio. —¿Ya vas a empezar?

—Eres una niña de diecisiete años, ni siquiera sabes qué hacer con tu vida.

—Mi edad no tiene nada que ver con mí mentalidad. —Alzo una ceja viendo a Irinna quien se mantiene concentrada en mi uña roja. —Sé que quiero ser y a dónde quiero llegar, obvio mis decisiones están sujetas a cambios, pero sé a dónde voy a llegar.

—¡Esa es mi hermana, maldita sea! —río y choco mi palma con la de mi hermana menor, la cual ya había entrado a la casa para restregarle su mentalidad a Irinna. —La tiene más clara que tú.

Mi hermana mayor sube la cabeza poco a poco y me ve como si quisiera asesinarme.

—¿Quieres que te entierre el pincel en el ojo?

Iba a responder, pero el timbre suena poniéndome alerta. Irinna saca el arma de debajo de la mesa, deja la pintura a un lado y apunta hacia la puerta.

Los últimos días hemos estado paranoicas desde que vimos a Antoni observándonos con curiosidad cuando estábamos haciendo las compras navideñas. Tuvimos que decirle a Yan y Adib que actuarán como si fueran nuestros acompañantes y no unos jodidos guardias.

—¡Zenya! —susurro cuando veo a mi hermana paralizada en el suelo viendo hacia la puerta. Ella me ofrece su mano para que la ayude a levantarse.

Odio cuando se pone así. Me da miedo.

Estiro mi cuello hacia la pequeña ventana que hay a un lado de la puerta y no logro ver nada hacia afuera. ¿Dónde están esos malditos guardias?

—¿Quién crees que sea? —murmura Irinna mientras le echa aire en la cara a Zenya para que reaccione.

—No lo sé...

Yan y Adib no han estado en todo el día con nosotras, dijeron que tenían algunas cosas que hacer por aquí cerca y se fueron dejándonos solas.

Corro hasta la puerta y la abro un poco para luego lanzarme hasta el otro extremo. Mis hermanas se mantienen en su lugar tratando de ver, pero no lo logran.

Mi corazón se acelera pensando en que posiblemente sea Antoni y tan solo está esperando que salga para poder clavarme una puta bala en la cabeza.

Maldita sea.

Observo que Irinna deja a Zenya en el suelo nuevamente, la cual ya estaba empezando a reaccionar cuando fija su vista en sus manos temblorosas. Mi hermana mayor empuña su arma y sale.

Estuve a punto de gritarle que se quitara cuando baja el arma y suspira viéndome.

Arrugo el entrecejo y me levanto del suelo, aún en modo de alerta.

—Hola...

Empuño el arma nuevamente cuando lo veo frente a mí con un yeso envolviendo su brazo izquierdo.

Inferno© [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora