Yallah.
No sé qué más tiene que pasarme con ella para dejar el miedo y decirle las cosas.
Ha pasado todo el día sin hablarme, sin siquiera mirarme o algo que me diga que está bien, que estamos bien.
Tengo que entenderla.
—Las tres veces que he ido a verla solo juega con la bebé y se queda viendo a la nada. —Ayzha se recuesta de la encimera mientras suspira. —Ni siquiera dejó que tomara a Giana para presentarle a Doggy.
La cocina está repleta de platos de dulces, cocineros por aquí y por allá haciendo su trabajo un poco intimidados por mi presencia y la de la princesa, pero realmente es que poco me importa.
No quiero presionar a Novikov, pero lo menos que está haciendo es resolviendo y sé que es lo que quiere hacer justo ahora.
—Voy a llevarle una ofrenda de paz —declaro pensando en lo que pidió en el restaurante en Moscú. —Recuerdo algunas cosas importantes...
—¿Crees que la acepte? —me encojo de hombros ante la pregunta de mi hermana y saco una olla. —Tu más que nadie sabes cómo somos las mujeres.
—Precisamente.
Le guiño el ojo y empiezo a llenar la olla de agua para hacer su comida favorita. O eso supongo.
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—No tengo hambre.
Estoy frente a ella con un plato que me está quemando las manos, ¿y me dice que no tiene hambre?
—No has comido nada desde esta mañana, Neyaisav —alego—. Tienes que comer algo.
—No tengo hambre, Hamad.
Suspiro y la hago a un lado entrando a la casa. Las flores siguen intactas, a pesar de varios pétalos que hay en el suelo. Dejo el plato en la mesa y me recuesto de esta, observándola aún en la puerta. Siento que la cabeza me tiembla del estrés, asi que tomo la corona, me acomodo un poco el cabello y me lo vuelvo a colocar.
No, el estrés sigue ahí.
—¿Dónde está Giana? —trato de sacarle conversación mientras pienso que hacer para que deje de estar molesta conmigo.
—Está durmiendo.
—¿El doctor vino? —asiente— ¿Qué te dijo?
—Estoy mejor que ayer, inexplicablemente y la bebé esta estable a excepción de que tiene el sistema nervioso alterado.
Paso la mirada por el lugar moviendo mi pierna con ansiedad. Esto es desesperante.
—Lo siento mucho, Casper. —Las palabras abandonan mi boca antes de poder pensarlas por más tiempo. —De verdad lo siento mucho.
Neyaisav me mira con el ceño fruncido para luego relajarlo, correr hacia y abrazarme cómo puede. Recuesto mi cabeza de su cabello e inhalo su olor.
—Puedes hablar conmigo, solo dime las cosas que necesito saber, no todas...—Mi corazón se salta un latido cuando musita esas palabras. La pego más a mí. —Por favor.
—Sé que entiendes un poco del porque lo mantuve para mí.
—Si... —susurra, luego alza la cabeza y me mira con sus ojos azules, como el mar que no tiene final, como el cielo que no tiene comienzo.
Sus labios se unen a los míos, aprovecho la oportunidad y la alzo en mis brazos colocándola encima de la mesa con cuidado de no lastimarla.
—La ropa —digo entre sus labios, alejándome un poco para quitar la corona y mi camisa.
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Inferno© [+21]
RomanceEnya Sullivan, miembro de una agencia secreta italiana de seguridad, decide renunciar después de un encuentro con uno de los objetivos mas buscados por su superior que desencadenará una ola de sucesos que la pondrán al límite física y psicológicamen...