Capitulo 6

110 10 6
                                    

Tres años después.

Mucho tiempo ha pasado desde... Esa decisión.

Decisión que sigue escociendo en mi interior solo de pensar todo lo que ocasioné, todo lo que hice y como mis acciones perjudicaron a los que me querían, pero puedo admitir que no me arrepiento de arruinarme la vida de esa manera, no me arrepiento de meter muchísima mierda en mi organismo y pasar dos años en rehabilitación contando cada azulejo de la habitación donde me encontraba.

Aún ahí, aún atrapada en esa maldita mierda, encontraba la manera de seguir haciéndolo.

De hundirme aún más en mi infierno.

De conectar con mi oscuridad haciéndola mi mejor amiga en los peores momentos.

Escuché cómo las pastillas de Fabiola desarrollaron mi adicción. El despertar de mi necesidad de ingerir cualquier atrocidad ilegal que se cruzara en mi camino y sinceramente le doy gracias.

Sin embargo, a pesar de internamente estar muy agradecida con lo que provocó en mí, ha desaparecido del mapa. Le dijo adiós a su supuesto marido por mensaje y lo dejó en las manos del destino. Nadie sabe dónde está.

Y volviendo a mí, durante el último año he logrado tener exitosamente más de dos recaídas en las cuales solo Bruno estuvo para mí como me hubiese gustado que estuviese Giancarlo. Luchando contra mis lágrimas de sangre, luchando contra mis desgarros internos, luchando por una vida que no quería. Una y otra vez, como siempre.

Pero aprendí. Aprendí a vivir con mi infierno, aprendí a ser dueña de él y utilizarlo a mi favor.

El no dejar que me consuma es mi meta. Pero lamentándolo mucho, tarde o temprano terminaría con lo poco bueno que queda dentro de mí.

༒❦━━━━━━━━━━━━━━━━━━━❦༒

—Ella.

La pantalla muestra a una mujer, bajita, pelinegra, nariz aguileña y labios levemente grandes.

—Debido a los movimientos que ha hecho las últimas semanas y los registros de compras que, en lo personal, veo realmente innecesario. Confirmamos que se ha estado viendo con ellos.

—Los Black Head —afirma uno de los que nos persiguen a todos lados cuando se trata de trabajo.

Sigue cayéndome mal por alguna extraña razón.

Norín, país pequeño ubicado entre Omán y la India, dónde Yallah Hamad es rey. Del sistema político de su país no sé sabe mucho ya que es catalogado como uno de los países más tranquilos y hermosos del mundo. Cabe destacar que tiene alta seguridad y también se dice que no pertenece a nada, por lo tanto, es una incógnita el cómo se mantiene a flote político, social y demás áreas importantes que si o si tiene que tener un país.

—¿Hay rastros de él? —pregunto metiéndome un chicle en la boca. La ansiedad me está matando lentamente.

—No desde que se escapó. Ya saben cómo luce, por lo tanto, se les hará más fácil encontrarlo, supongo —informa Danno, viéndome con curiosidad ante el movimiento inquietante de mi pierna.

Danno es una figura importante en la agencia, pero no tanto como los que conformábamos el equipo élite. Prácticamente está aquí para vernos las caras y recordarnos una que otra cosa. Y como último, pero no menos importante, es tío independiente de mi jefe.

—¿Supongo? ¿Todo lo tengo que hacer yo? —puedo sentir lo irritado que está Giancarlo.

Desde que volví, todo ha estado raro y la verdad es que no tengo ni el más mínimo interés de cambiarlo.

Inferno© [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora