Yallah.
Pasé cuatro meses de mierda tratando de buscar respuestas sobre su paradero, el con quién está, dónde está y lo más importante, si está bien.
Mi cerebro no funciona bien cuando de amor y estrés se trata.
Suena demasiado estúpido, lo sé, pero es la realidad.
Los asuntos en Norín me tienen con los huevos en la garganta. La situación con los agricultores ya está resuelta gracias al cielo, mi pueblo está feliz y yo no por el hecho de que la desgraciada de Kiara ha venido al palacio a solo joder, preguntando y acumulando información sobre mis planes personales para dárselo a quien sabe que hombre, pero me preocupo porque mis investigaciones solo me mandan a una persona que no he visto en años desde la última vez que le dejé un lindo regalo en el ojo, principalmente por ser tan chismoso en los asuntos del reino.
Podría haberlo matado, pero lo deje vivo, creo.
Sin embargo, son suposiciones, mi atención no está del todo en eso cuando realmente tendría que estarlo.
Hace más de un mes despedí a uno de mis guardias, el más nuevo, debido a qué descubrí que andaba pidiendo información irrelevante para su puesto, es decir, chismeando, vendiéndole información verídica a los rebeldes a las afueras de Norín. Y ahora que lo pienso bien, podría tener que ver algo con la preocupación latente en mi cabeza.
Mi mano derecha, Adib, aún sigue en Moscú con las hermanas de Neyaisav, me mantiene al tanto de la salud de ellas y su protección, como tiene que ser.
Y hablando de buenas noticias...
Por fin me quité de encima a Giancarlo Costa, quizá no de la manera que tal vez quería, pero ya no es un dolor en el culo. Y aparentemente Williana Martin tampoco lo es, lo que está muy sospechoso debido a que la nueva Lady de la mafia canadiense es Maia, la prima de Aivy.
Ésta, gracias al universo, me ha mantenido al tanto del paradero de la vieja, la cual los dos desconocemos. Firmamos un acuerdo de paz y protección necesario, pero bueno, son asuntos del reino, no pueden saberlo.
Volviendo al estrés principal... Solo quiero saber si mi Casper está bien.
—Deja de pensar tanto —musita Ayzha, la cual lo único que ha estado haciendo desde que entró a mi oficina es joder, reírse de mi cara y ensuciar mi espacio con sus asquerosos zapatos lleno de tierra.
—¿Y tú qué estás haciendo? —cuestiono enojado tratando de calmar mi temperamento.
No puedo hablarle así a mi hermana. Suspiro profundamente cuando sus ojos me ven con curiosidad y pienso mis palabras, pero toda paz se va cuando veo como mi planta está pegada a su zapato como si fuera la pasión de cristo.
—¡Pisaste mis mentas!
—Me fui. —Se levanta de la silla sin quitarse los zapatos y va dejando marcas en el suelo.
—¡Negligente! —grito levantándome del escritorio, pero me siento cuando mi madre hace acto de presencia con su respectiva sonrisa.
Necesito alejar toda esta incomodidad y furia. No puedo trabajar bien así, necesito paz, sabiduría y relajación.
—Debes buscar a tu reina pronto. —Es lo primero que dice cuando se siente en el lugar que antes estaba la princesa.
—No necesito buscar a ninguna persona, mamá.
Paso las manos por lo cara tratando de alejar la frustración que siento. Ese ha sido el tema de conversación desde que comencé a pasar mas tiempo en el extranjero. Mi madre está en sus últimas, así que entiendo que quiera que me case ahora.
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Inferno© [+21]
RomanceEnya Sullivan, miembro de una agencia secreta italiana de seguridad, decide renunciar después de un encuentro con uno de los objetivos mas buscados por su superior que desencadenará una ola de sucesos que la pondrán al límite física y psicológicamen...