7:20pm. Faltaban 10 minutos para que Noé viniera por mí. Estoy muy nerviosa.
Esta tarde Liz, la madre de Luke me acompaño al centro comercial. Tuve que contarle sobre Noé. Ella se emociono bastante y me ayudo a escoger el vestido que utilizaría esta noche. Eligió un vestido color entre morado y azul metálico de Markus Lupfer. Me pareció hermoso. Su costo no era tan hermoso, pasaba mi presupuesto. Salí de la tienda desanimada y al voltear veo a Liz con una bolsa en sus manos.
-Ten Era, es para ti-me entrego la bolsa. La abrí y era el vestido-espero que te guste.
-Liz, no puedo aceptarlo. Fue muy caro.- le entregue la bolsa.
-¡Estás loca! Debes aceptarlo. Eres como mi hija, yo solo tuve hombres y aunque quisiera no podría comprarles un hermoso vestido como este. –me entrego de nuevo la bolsa- si no lo aceptas me enojare bastante contigo.
Y bueno. Aquí estoy sentada en mi cama con el hermoso vestido que me obsequio Liz.
-¿Se puede?- dijo mi padre al tocar la puerta.
-Claro.
Mi padre entro y se sentó a mi lado. Me observo y sonrió. Sus brazos se posaron en mi hombro y me miro a los ojos.
-Hija, estas creciendo- su sonrisa era imborrable- estoy muy orgulloso de ti.
-Papa, que cosas dices-reí- solo saldré con un chico, eso es todo. Eso no es de orgullo.
-Tienes 19 años, tú nunca habías tenido una cita o novio, que yo sepa. Estoy orgulloso de ti en todos los sentidos, pero a lo que me refiero es que tú no eres como todas esas adolescentes locas que desde los 13 se maquillan y ya tienen novio. Tú eres diferente. Tu rostro no tiene ni una gota de maquillaje, tu eres hermosa por dentro y por fuera- sus ojos comenzaban a sacar lagrimas- hasta ahora no has necesitado de un chico para ser feliz. –El timbre sonó- bueno, no quiero que se te haga tarde. Quiero que te diviertas como si no hubiera un mañana, y sí es posible bésalo.
-¡Papa! Ya cállate.- nos levantamos de la cama y lo abrase- gracias.
Tome mi abrigo y salí, baje las escaleras y note que Emmanuel hablaba con alguien. Era Noé. Cuando notaron mi presencia ninguno de los dos dijeron algo. Estaban callados. Perplejos.
-Te ves hermosa como siempre Era- dijo Noé al pararse- me estas volviendo loco.
Emmanuel me sonrió coqueto. Noé y yo salimos de la casa y subimos a su auto. Todo el camino fue en silencio. No era incomodo, era agradable. En cada semáforo el me miraba y me sonreía.
Después de unos 10 minutos llegamos. El nombre del restaurante Yongfoo Elite. Nunca había escuchado de el.
Noé bajo del auto y abrió mi puerta. Me tomo de la mano y me ayudo a bajarme. Entramos al lugar y mis ojos podían quedarse ciegos en cualquier instante. Un lugar INCREÍBLE.
-Espero que te guste la comida china-menciono Noé.
Seguimos caminando y entramos a la parte de atrás. Cuando Noé me había dicho ayer '' es un lugar fascinante'' no bromeaba en lo absoluto. Eran alrededor de 20 mesas. Las cortinas era doradas con bordes verdes. La luz de la luna acompañada de un par de cientos de velas era lo que nos iluminaba. En sí no era un restaurante si no, una preciosa casa antigua junto a unos hermosos jardines.
Nos sentamos y un hombre nos entrego las cartas. Mire los precios de la comida y trague saliva. Extremadamente caro.
-¿Qué ordenaras?- me pregunto sonriendo.
-Nada.
-¿Como que nada?-se sobresalto.
-Es que no tengo hambre-mordí mis labios.
-¿Es por los precios?-asentí- Oh, Era. No te preocupes por eso. Trabaje bastante para esté día, por favor. No hagas esto. No importa en serio, puedes pedir lo más cara si quieres.
-No te hubieras esforzado tanto. Si me hubieras llevado a los tacos de la esquina yo hubiera sido feliz- el comenzó a reír.
-Déjame sorprenderte y enamorarte esta noche.
-Antes de esta noche ya lo habías hecho.- sus mejillas se sonrojaron y tapo su cara la carta. Fue tan tierno. – Bien, dejare que me sorprendas. Ordena por mí.
(...)
Risas y risas. Miradas y sonrisas. Hace mucho tiempo que no me divertía de esta manera. Noé es una persona que vale muchísimo la pena. Hablamos de todo. Desde nuestras mejores memorias de niños hasta de lo que nos paso hace algunos días. Ya era más de las 2 de la mañana. Noé llamo a mi padre diciéndole que llegaríamos más tarde y el accedió. A las 11 salimos del restaurante y me llevo a las fueras de la ciudad. Era una especie de cerro. Y aquí es donde seguimos platicando.
La luna y las estrellas nos acompañaban. Sin duda una noche para recordar.
-Ahora vuelvo- dijo él y camino hacia su auto.
Los zapatos me estaban matando, al quitármelos sentí un excelente alivio. El rose del pasto frió era aceptable. Cuando Noé regreso se volvió a sentar a mi lado y beso mi cabeza.
-Era, mira. Desde hace unos meses te conocí. Recuerdo que antes de que te hablara yo te veía cada mañana en la parada del autobús. Había días en los que ibas con tu pelo suelto y otros con el pelo recogido. Otras veces en las que ibas con su suéter abrochado y otros no. En fin. Yo veía que tu también me veías- rió- eres muy obvia. Cuando te hable debes saber que tome mucho valor. Creí que no me responderías o que pensarías que era un idiota, y no fue así, nuestra amistad creció y me empezaste a gustar. Después ya no te veía diario, hubo un tiempo en el que te veía cada dos días y luego solo una o ninguna y eso me ponía triste. Créeme que cuando paso eso decidí empezar a olvidarte.
-No entiendo.
-Quiero decir que, esto sonara raro. Pero ya me gustabas, yo lo sabía. Y con el verte me ponía súper feliz, no tienes idea. Y después de un gran tiempo nos volvimos a ver y mi mundo volvió a iluminarse. Si hubieras visto mi reacción te hubieras reído, fue muy cómica.
-Noé, en serio, ¿a qué quieres llegar con todo esto? Me confundes.
El se quedo serio y dejo de mirarme. Tomo sus manos y tapo su cara. Al parecer estaba confundo igual que yo. Sus manos bajaron a su mandíbula y la acaricio.
-Lo que quiero decirte es que si TÚ quieres ser mi...
Mi teléfono comenzó a sonar.
Llamada entrante de Liz H.
-Perdona debo contestar.-acepte la llamada y conteste.
-¡Era cariño!-dijo Liz feliz al otro lado.
-¿Qué pasa?
-Luke ha despertado, perdón por despertarte, pero desde hace rato pregunto por ti. El quiere verte. ¿Crees que puedas venir ahora?
-No creo, estoy con Noé. Lo siento. ¿Los veo mañana?
-Oh, perdón por interrumpir. No te preocupes, sigue divirtiéndote.
Colgué y guarde mi teléfono.
-Perdón, ¿Qué querías decirme?
-Ya no importa.
-Claro que sí, dijiste ''es que sí TÚ quieres'' y ya.
-Es algo tonto.
-Dímelo, vamos Noécito.
El rió. Me entrego una cajita parecida a la que me dio con la pulsera. La abrí y la cerré rápidamente. Mis mejillas estabas más que rojas.
-¿Quieres ser mi novia?-pregunto tímido.
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365 cartas para ti
Teen FictionCada día hay una nueva carta. Cada carta tiene un sentimiento diferente. ¿Leerias las 365 cartas que te escribí?