Carta 245

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El dolor de los golpes era inaguantable esta mañana por lo que falte a la escuela. Me puse pomada por todo el cuerpo y me acosté en mi cama solo quedándome con un short y un top deportivo. Estuve acostada hasta la tarde, trate de levantarme y aunque el dolor siguiera tenia que comer algo.

Camine hasta la cocina y abrí el refri. Tome el juego de naranja y me serví en un vaso, cerré el refri y abrí uno de los cajones, tome la mantequilla de maní y el pan tostado.

Mire el reloj, ya casi eran las 7 de la noche. Me senté en el sillón individual y prendí el estéreo.  La música empezó a sonar y yo a tararear. 

Al terminar de comer, me levante y lave mis platos. De repente escuche como la puerta de la casa se abrió y a los segundos se cerro. Me quede helada, pase saliva, no sabia que hacer.

-¿Por qué no fuiste a la escuela?Tu nunca faltas.

Me alivie un poco al escuchar la voz de Luke. Sentí su mirada recorrer todo mi cuerpo, empecé a sentirme incomoda.

-¿Quien te hizo eso?-preguntó enfadado.Me quede callada,estaba dándole la espalda.-Hera, te he hecho dos preguntas y aún no me contestas.

Me gire y lo miré a los ojos. Su mirada volvió a recorrerme de arriba hacia abajo y se acerco lentamente hacia mi. Me tomo de los codos y me abrazo.

-¿Quien te hizo esto?-volvió a preguntar. Obviamente no le diría.

-Me asaltaron y yo me resistí.

Se alejo de mi y me miró decepcionado.

-¿Por que faltaste a la escuela?

-Me siento mal, me duele todo.

-¿Ya fuiste al doctor?

-Solo son unos moretones, no es nada grave.

-¿Y si tienes algo roto?

-No estaría de pie-cruce mis brazos.

Luke rasco su cabeza y se quedo en silencio.

-¿A que viniste?

-A verte, ¿a que más?

-¿Para que viniste?

-Me preocupe.-bajo su mirada.

El timbre sonó, Luke camino hacia la puerta, la abrió y se giro para verme.

-Me cansé de esperar,¿ya nos vamos?-pregunto una chica, me asome y era la chica con la que iba Luke la vez que me ignoro.

-Dame 1 minuto-le dijo y ella asintió.

Él camino hacia su mochila y sacó una sudadera,mi favorita,cerró su mochila y camino hacia mi para ponerme su sudadera a la fuerza.

-Mañana no vallas a la escuela. Yo tampoco iré para venir a cuidarte. 

-No es necesario, puedo cuidarme sola.

-Esos golpes dicen lo contrario.

-¿Por qué no te quedas desde ahorita?-alcé mi cejas.

-Porque...-mordió sus labios-debo de ir a dejar a mi...

-¿Tu novia?-pregunté sonriendo.

Él negó y se fue sin despedirse. 



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