Carta 165

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Al abrir mis ojos, una monumental sonrisa apareció en mi rostro. Ayer, al final de la noche, Eithan me invitó a desayunar. Estaba muy emocionada.

Al salir de la casa de la amiga de Liz, vi a Noé montado en una bicicleta. Una flecha atravesó mi garganta, desde el día que me había humillado, no lo había visto. Me alegra que él no me haya visto. Fue algo desmotivante recordar que Noé, hace tiempo, también me había invitado a desayunar.

Al llegar a casa de los Hemmings, subí corriendo al cuarto y me bañe. Salí y abrí mi maleta. No tenía nada que ponerme. No sabía si ir con vestido o pantalón. Decidí ponerme un vestido blanco que había comprado en México, me quedaba arriba de la rodilla y era muy cómodo. Me puse unos vans y baje a la sala.

El reloj marcaba las 10 en punto de la mañana. En pocos minutos vendría Eithan por mí. Le pedí a Liz que si podía hacerme una trenza, ella muy feliz acepto. Me hizo una trenza de raíz, una de mis favoritas. Hoy-digámonos - es un día especial. Saldré a desayunar con Eithan y también veré a mi padre.

El timbre sonó. Liz me miro confundida.

-¿Vas a salir?-me preguntó curiosa.

Asentí con nerviosismo.

-¿Con quién?

Luke bajo corriendo por las escaleras y abrió la puerta. Maldición.

-¿Qué haces tú aquí?-preguntó Luke enojado.

Me pare de inmediato y jale a Luke hacia la sala. Lo empuje al sillón y corrí hacia la puerta. Le sonreí a Eithan y cerré la puerta.

-Liz, un chico me invito a desayunar. ¿Puedo ir?

-Mi niña-se sonrojo-claro que puedes. Mucho cuidado.-beso mi mejilla.

Al salir de la cocina, note que la puerta principal estaba abierta. Salí y vi a Eithan sentado en la banqueta. Camine hasta él y me senté a su lado.

-Perdón por cerrarte la puerta en la cara.

-No importa-me sonrió.-Te traje esto.

Mire sus manos y traía un ramo de margaritas. Me las entregó y se paro, me ayudo a parar y empezamos a caminar.

-¡No vayas a estar llorando después de que el te rompa el corazón!-gritó Luke.

Eithan me miró. Por dentro estaba llorando. Estúpido Luke, solo quería verme sufrir.

-No le hagas caso Eithan, es un estúpido.

-No te preocupes, yo nunca haría eso.

Me sentía incomoda, lo que dijo Luke fue horrible, me hizo sentir como basura.

Eithan notaba lo horrible que me sentía, no quería que él se sintiera incomodo, pero era inevitable.

Llegamos a un lindo restaurante, cómodo y alegre. Entramos y nos sentamos en una de las mesas de fuera, con vista al jardín.

Tome mi menú y lo leí. Había muchas cosas deliciosas.

-¿Qué vas a pedir?-le pregunté.

-Se me antojaron unos waffles ¿Tú que pedirás?

-No sé, todo suena delicioso.

-Y lo es.

-¿Vienes aquí muy seguido?

El sonrió de una manera muy tierna.

-Mi mama es dueña del lugar.

-Wow. Entonces... ¿Qué me recomiendas?

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