Carta 129

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Viví engañado toda mi vida. Su nombre real es Hera. MALDICIÓN.

Hoy era el último día que estaríamos en la ciudad de México. Ikal nos llevo a museos importantes. El que más me gusto fue la casa de Frida Kahlo.  

Todos estaban maravillados con la sabiduría de Jay. No habían pasado más de 24 horas y ya sentía que lo odiaba.

El mundo podía notar que entre Jay y Hera había química. Quien lo diría. Un día estás en el cielo y al otro caes al infierno. Cuando por fin creí que tenía una buena oportunidad de conquistar a Hera, llega alguien más. Así es la vida. Puede que esto sea lo que todos llaman Karma. No supe valorar a Hera cuando ella me amaba, ella sufrió una y otra vez. Ella se sentía vacía y llena de soledad. Ahora era mi turno, mientras ella sea feliz sin mí, yo seré infeliz sin ella.

Pero como dice mi Amadeo:"No hay amor más verdadero que aquel que se sufre y se ama"

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