¿Qué se supone que debo de hacer? Necesito una poción mágica o algo parecido. He hecho de todo para llamar la atención de Hera y nada. Al parecer el bibliotecario la tiene muy cegada.
Al término del día Hera me pidió que la acompañara a caminar. No me dio ninguna razón y eso me pareció perfecto. Solo tome una chamarra, unos guantes y un gorro. Salí de mi habitación y la espere en la sala. Hoy era una de esas noches en las que hacía bastante frío. Era raro pero agradable.
A los pocos minutos ella bajó por las escaleras con una hermosa sonrisa.
-¿Vas a ir al polo norte?-me pregunto riendo.
-Ja ja ja, que graciosa.
-Solo decía-alzó sus hombros-vámonos.
Salimos de la casa hacia las calles alumbradas. Caminamos con un silencio, por primera vez, cómodo. Ella no decía nada y yo quería decir hablarle, pero no quería arruinar la tranquilidad con algo estúpido.
Literal, cuando ella me dijo "acompáñame a caminar" era real. Ya iban más de 20 minutos caminando por las calles de Sídney y no habíamos cruzado ni una sola mirada, ni palabra.
-Es una linda noche-rompí el silencio-¿no crees?
-No lo sé, supongo-levantó sus cejas.
-¿Te encuentras bien?
-Sí, ¿Por qué lo dices?
-Luces un poco triste. Vamos, dime qué pasa.
-Eithan está muy enfermo.
-Oh-no sabía qué decirle.
-"Oh", ¿es lo único que vas a decir?
-¿Qué quieres que te diga? ¿Que todo va a estar bien?
-Pues sí.
-No quiero decir cosas que no. Puede que todo se arregle, puede que no. Ya Dios dirá.
-Lo estas matando a palabras.
-Que ridículo suena eso. No lo estoy matando.
-¿Podrías de dejar de ser tan estúpido, por favor?
-Pero...-no quería discutir con ella-perdón.
-Perdóname a mí.
-¿Qué?
-Al diablo. Olvídalo. Ah. Es solo que, no sé. Lo de Eithan me tiene mal y me pone de mal humor no estar a su lado.
-¿Por qué no tomas un avión hacia allá?
-Si pudiera ya lo hubiera hecho.-rodó sus ojos.
-¿Entonces?
-Tengo miedo.-se paró y se sentó en la banqueta.
-¿De qué tienes miedo?
-De perderlo. Ya perdí a mi madre y fue horrible.
-Las muertes no son nada bonitas.-me senté a su lado.
-Deja de estar de chistosito. Tú no entiendes nada de esto, no sé ni porque estoy hablando de esto contigo.
-¿A qué te refieres?
-No puedo de hablar de amor con alguien que nunca ha amado.
-Entonces, debo irme.-me pare y camine de regreso a casa. Quería decirle miles de cosas a Hera, pero no podía y no debía. Terminaría lastimándome y lastimandola.
-Si das un paso más yo...
Me gire y la miré furioso.
-¿Qué harás?-me acerque hacia ella y rose sus labios.
Hera paso saliva y me miró fijamente a los ojos. Por primera vez note como su mirada se tornaba negra y misteriosa.
-Te hare la vida imposible. Te volverás loco.
-Estoy loco por ti, no puedes hacer nada.
-¿Estás seguro?-ahora ella rozó mis labios.
No sabía qué contestar. Estaba nervioso. Su teléfono sonó y ella contestó.
-¿Hades?...-su mirada ya no era negra ni llena de odio. Su mirada empezó a llenarse de lágrimas.-No fue tu culpa. Hades por favor. Mantenme informada por favor. –colgó el teléfono y me abrazo. Sus lágrimas caían con más rapidez, empezaba a sentir mi pecho húmedo. Le tome del rostro y bese su mejilla.
-¿Qué pasó?
-Eithan está peor que hace rato.
-¿Pero porque? Explícame.
-Hades me dijo él y Eithan estaban montando a caballo en el campo. A Eithan se le ocurrió retar a Hades y el acepto. Según el iban muy rápido y su caballo se tropezó con una roca. Eithan salió disparado y se golpeo muy feo en la cabeza. Eso paso desde hace rato, pero solo tenía una pierna rota. Le dieron unas medicinas pero el es alérgico a una de ellas y le dio un maldito ataque al corazón.
-¿Cómo está el caballo?
-¡Deja de ser tan estúpido!-me golpeo en mis partes.-¡La persona que amo puede morirse y tu preguntas por el puto caballo!
-¡El caballo también siente!
-¿¡Y eso qué?! ¡Aquí lo importante es mi novio!
-Tu novio me vale. Por mí que se muera.
Las personas que pasan por ahí nos miraban. Estábamos haciendo un buen show.
-En tu vida vuelvas a hablarme.-golpeo mi cara.
Esta vez el golpe fue bastante doloroso. Acaricie mi cara y vi como ella se alejaba. Creo que al final si termine arruinándolo, como siempre.
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365 cartas para ti
Teen FictionCada día hay una nueva carta. Cada carta tiene un sentimiento diferente. ¿Leerias las 365 cartas que te escribí?