Carta 118

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Realmente no entiendo porque hay personas que se empeñan en hacer sentir mal a los demás¿Por qué lo hacen? ¿Qué ganan haciéndolo?

Un pedazo de carne está acostado en mi ojo izquierdo, mi ojo. Mis nudillos sangran. Mis labios están hinchados. Mi espalda rasgada, y mi corazón dolido.

Al salir de la escuela, Erre y yo caminamos hacia mi casa. Delante de nosotros estaba Era.

En unos callejones cercanos a su casa estaba Mariela junto a sus amigas. Ella se detuvo. Tomo un gran suspiro siguió caminando.

Nosotros caminamos un poco más rápido porque teníamos un mal presentimiento.

-La perra de Riley está aquí-grito una de ellas.

Erre y yo nos escondimos detrás de unos basureros.

-Déjenme en paz-pidió Era-yo no les he hecho nada.

Mariela la miró furiosa.

-Me quitaste a mi hombre.

-Yo no te quite a nadie.

Sus amigas la rodearon.

-Me quitaste a Luke, y yo te lo advertí. Te dije que si te volvía a ver con él me las ibas a pagar, y muy caro.

-Yo ya no estoy interesada en el-admitió.

Mordí mi labio. Eso dolió.

-El es el que me molesta. Te lo juro Mariela, puedo mostrarte mis mensajes.

Mariela se tranquilizo y le hizo una seña a sus amigas. Era sacó su teléfono y suponía que le estaba enseñando los mensajes.

Erre me miraba triste. El sabía que me sentía atraído por Era.

-Está bien zorrita, puedes irte.

Era dio un gran suspiro de alivio.

-Pero no te iras sin una paliza.

De nuevo todas la rodearon. Mariela dio un chiflido y 2 chicos llegaron rápidamente. Ellos comenzaron a tocarla.

Presione mis puños y me paré. Las chicas me vieron y me detuvieron.

Era me miro con miedo. Los estúpidos le estaban metiendo la mano a sus pechos.

La furia me gano y no me importo que fueran mujeres. Las empuje y agarré a uno de ellos. Comencé a pegarle y el a mi. Apenas me había dado 4 puñetazos y me sentía muerto. Erre también estaba tirado en el piso. Nos habían dado una paliza.

-Déjenlos ya-ordenó Mariela-hora de irnos.

Traté de levantarme, pero no tenía fuerzas.

-Amigo-dijo Erre-me estoy muriendo.

Era acomodo su ropa y camino hacia nosotros.

-Eres un hijo de puta-grito-todo esto paso por ti. Paso por tu culpa.

Las lagrimas empezaron a salir de sus ojos.

-Te odio Lucas, te odio.

-Tú no me odias.

-Tú no lo odias-dijo Erre.

-Erre, tú no te metas por favor.

El me miro.

-No voy a discutir contigo, es agotador y estúpido. ¿Recuerdas que habías dicho que solo seríamos "compañeros de salón"?

Asentí.

-Bien, pues ni eso seremos. Vete a la mierda estúpido. Todo lo malo que me pasa es por tu maldita culpa.

-Era yo...

-Luke, basta-me interrumpió Erre-déjala en paz, ella tiene razón.-Se levanto lentamente con la fuerza que tenía.-Esto fue tu culpa, lo siento. Sabes que eres mi mejor amigo, pero ya, te lastimas a ti, la lastimas a ella, y me lastimas a mi. Estoy cansado de que me llames en la madrugada contándome tus penas. Estoy cansado de verte deprimido todo el tiempo. Odio verte mal. Odio ver mal a Era. Dicen que los polos opuestos se atraen, pero ustedes son iguales, así que no pueden estar juntos. Se podrán atraer físicamente, pero sentimentalmente nunca, entienden¡nunca!Ustedes están hechos para amar, no para destruir. Deberían buscar a esa persona, esa persona con la que puedan estar bien. Sin problemas y sin dudas.  Amándose como unos locos enamorados en el fin de mundo. Los dos son atractivos y geniales. Sé que el amor no lo encontraran inmediatamente. Pero conozcan personas, disfruten su vida. Tenemos 19 años, somos jóvenes, dejen lo que paso entre ustedes a un lado, déjenlo como un recuerdo, sea bueno o mal, no importa; pero dense la oportunidad de encontrar el verdadero amor. Se dieron mil y una oportunidades, nunca funciono. Ya no lo intentes. De una vez por todas déjala en paz Luke. Es por el bien de ustedes.

Aunque me doliera con toda el alma, el tenía razón.

Era con lagrimas en los ojos se lanzo hacia él y lo abrazo. El la abrazo también.

Yo seguía en el piso, dolido del cuerpo, del corazón y del alma.

-Vive tú vida Era. Sé feliz.

Ella lo abrazó con más fuerza.

-Estás libré. -le dijo.

Yo no quería dejarla libre. Por más egoísta que suene, no quería. Estaba aferrado a ella. Era se fue. No quería verla irse. Estaba aferrado a ella.







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