Hera Riley
Al salir de la escuela me fui rapidamente a mi casa para cambiarme, tenia planeado ir a casa de Melissa a pedirle o más bien rogarle que regresara con Luke aunque no fueran nada. La dirección la tenía grabada en la cabeza, Luke me la repetía a cada rato.
Ayer que me dijo que dejaría de luchar me sentí mal por él. Creí que Luke lucharía más de lo que lucho conmigo, lo creía fuerte pero al parecer es un débil.
En el camino hacia casa de Melissa me iba preparando tando dialéctico tanto mentalmente. ¿Por qué estaba haciendo esto? Por Luke, solo por él. Al llegar a la casa, me quede parada algunos minutos frente a la puerta, no estaba segura al 100% de hacer esto. Lo pensé dos veces y decidí mejor no hacerlo.
Me di la vuelta y para mi buena suerte Melissa venia caminando hacia mi. Ella me sonrió y me abrazó.
-¿Que haces aquí?-me preguntó con esa gran sonrisa coqueta que la caracteriza.
-Ah-estaba atrapada-quiero hablar contigo.
-Yo también-me tomo de la mano-entremos.
Ella tocó el timbre y a los pocos segundos abrieron la puerta.
-Gracias Ed-el chico se asomo y ¡DIOS MIO! su hermano era guapisimo.-Ella es Hera, una amiga.
Su hermano me ignoro y se fue a la cocina. Diablos, muy hermoso como para ser real. Aún tomada de la mano de Melissa caminamos hasta su habitación, una habitación 100% femenina. Rosa y blanco.
-Tienes una habitación encantadora-dije.
-Gracias, eres la primera que lo dice.
-¿La primera?
-Sí, bueno muchos lo han dicho por hipocresía, pero tu no.
-¿Como sabes que yo no lo digo por hipocresía?
-Por que me he dado cuenta en este poco tiempo que llevo de conocerte que, tu solo dices las cosas cuando las sientes. Siéntate donde quieras, estas en tu casa.
Me senté en el sillón en forma de unicornio. Mire a Melissa y sin importarle mi presencia se puso su pijama.
-¿Tienes alguna obsesión con los unicornios?-pregunté riendo.
Melissa miró su cuarto y me miró negando.
-¿Qué es lo que querías decirme?-me preguntó.
-Tu primero-le dije.
-Hera, tu primero.
-Melissa, por favor.
-Bueno, yo primero.-se sentó en su cama y empezó a cepillar su liso cabello.-Desde hace poco días Luke me ha molestado demasiado pidiéndome perdón por lo que hizo, hizo una tontería y yo quiero perdonarlo pero me da miedo.
-¿Miedo?
-Sí,¿qué tal si solo soy un juguete sexual para él?
-¿Por qué dices eso?
-Siempre me ha pasado eso con todos los chicos, creí que él era diferente. Pero resultó ser idiota como todos.
-Él no es como todos. Todos son diferentes, que tengan en común lo idiota es muy diferente.
-Lo dices porque es tu amigo.
-No lo digo por eso, hablo en serio.-tenía que decírselo ahora-Melissa, Luke te ama.
Sus ojos se abrieron y brillaban como lunas.
-¿Hablas en serio?-se dejó caer en su cama.
-Sí-dije en voz baja.
Melissa se levantó y buscó su teléfono. Salió de la habitación y empezó a correr desesperadamente. Mi corazón empezó a latir rápidamente¿que había hecho?
Saqué mi teléfono y le llamé a Eithan. Intente tres veces más y no me contestaba,algo anormal en él.
Ya le había dicho a Melissa lo que tenía que decirle,así que mi deber estaba hecho. Me levanté y salí de la habitación, baje por las escaleras y busqué a Melissa.
-La zorra está allá fuera con un chico-me dijo su hermano.
Salí y bueno, seguí caminando ignorando la sexual escena de Luke y Melissa.
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365 cartas para ti
Teen FictionCada día hay una nueva carta. Cada carta tiene un sentimiento diferente. ¿Leerias las 365 cartas que te escribí?