Se sentaba solo en una banca, como nunca, como siempre desde su partida.
Un extraño le cambió el día, se acercó y entregó un sobre sin pronunciar palabra.
Sus ojos lanzaron una pregunta que quedó en la espalda de aquel ser desconocido.
Abrió el sobre y un olor crudo a tabaco y lágrimas le inundó la mente, sus recuerdos volaron y el mismo rostro de siempre se plantó ante sus ojos cerrados: Ella.
Le había enviado una carta, que no era más que una nota, con dos simples líneas le entumeció el corazón:
"Me asusta quizá ya no quererte en todos mis días"
V.Tomo el teléfono y marco su número, el único número que había aprendido de memoria, el que había escrito noche tras noche sin atreverse a llamar.
-Gracias.
Dijo cuando ella contestó la llamada.
-No era algo para agradecer.
-Cada vez que me escribes..., me siento maravilloso, querido...
-Me enfermas, me destruyes - contestó cortando mi frase - dices que me quieres pero, ¿qué valor tiene sí ya no piensas en mí?
"Quizá al principio soñaba con verte regresar, después ansiaba quebrarte el alma y hacerte suplicar. Pero todo sentimiento de esa naturaleza se me ha escapado.
¿Qué sucede conmigo? Ya no se me hacen nudo las vísceras al ver tus fotos 'queriéndola', ya no me emociona la posibilidad de verte."-Lo siento...
-Haz sido en mi vida como una enfermedad viral, una gripe común.
Y es así como voy a tratarte: no haré nada para que dejes mi ser.
Eventualmente te iras.
Y de verdad espero que nunca regreses.-Te amo...
-Te amo a morir, pero no quiero morir de amor. Es la muerte más vergonzosa, sí me pides opinión.
-Basta... Por favor...
-Prefiero morir pensando en un amor utópico, platónico a morir por un amor vacío como el tuyo.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Ya puedo vivir sin ti.
Cortó la llamada como sí no significara nada, corto la llamada y con ella mis esperanzas de envolverla en mis brazos de nuevo.
Me dejó sin vida y vagando en busca de sus labios.
Como siempre, como antes de encontrarla.
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Donde los Escritores van.
Romance¿Para quién escribimos los que no sabemos a dónde ir? ¿Nos leen? ¿Qué pasa sí nunca lo hacen? A veces hay que tener miedo. Pero, ¿a quién le escribo si no es a mí? Foto por Ana Gabriela Zárate Rábago. Instagram: @anagabriela_zr