Donde los Escritores van.

Insomio, con nombre distinto.

Eres y soy.

Y tal vez quiero ser porque eres, pero no eres porque soy.

Tu existencia no tiene nada que ver con la mía, pero mi ser, mi existencia se oscurece de manera tan brillante cuando esporádicamente entras en ella.

Tal vez no sea nada.

No sé que signifique para ti, eres tan rebuscado, tan complicado y fascinante.

Me abrumas, me encanta estar en el estupor de ti.

¿Qué es lo que piensas?

Sé que no eres de los que dedica canciones o lágrimas, que no hay nada que pueda derrotarte.

Creo que eres la mejor noche dando vueltas por la cama, con tu nombre y tu piel, la profundidad de tus ojos chocolate y la caricia nada tierna que depositaste en mis caderas.

Treinta noches, veintinueve días y trescientas madrugadas; realmente, no he llevado la cuenta, sólo doy los números que rondan por mi cabeza: porque hasta para eso eres especial.

Me gustas.

Así, simple y sin tener que buscar sobre palabras.

Nunca una caída libre me había llamado tanto el corazón, nunca hasta que conocí tu abismo.

"We could be more than just lovers"

Sí pudiese encarnar una sola ceja lo haría cada vez que tus comentarios egocéntricos dejan tus labios, lo haría con sonrisa de media luna y un brillo distinto en los ojos: porque me fascinas.

Me haces perder la cabeza y me enreda la locura entre la cadencia de tu voz, en la sonrisa sincera que sueltas de vez en vez y las cosas que ocultas en una risa nerviosa.

No quiero que cambies.

Me atraes de una manera cósmica.

No quiero que seamos cotidianos, quiero problemas que nos lleven a la cama, que nos hagan sudar y enredar las sábanas.

Quiero soluciones que nos llenen la piel de besos, que te hagan atrapar mi cabello con tus manos y mi cuerpo con el tuyo.

Contra la pared, el sillón y la locura.

Compartamos insomnios y hagamos tonterías en la oscuridad.

Adivinare la expresión de tu rostro, el estiramiento de tus brazos para rodear mi cintura, el expandir de tu pecho cuando respiras y el cambio repentino de los latidos de tu corazón.

Y canto "La vie en rose" aunque a veces todo se vea negro.

Se me cuelan versos de "Ne me quitte pas" cuando te veo partir.

Porque:

S'il vous plaît, ne me quitte pas.