Estoy en cada curva, en cada esquina, en cada sollozo que desgarra tu garganta, en la gripe y tus cigarros.
Estoy en la melancolía, en tu cerveza y cabello alborotado, en la lluvia y el Sol.
Estoy en ti.
Estoy por ti.
Estoy que ardo: en deseo, en lágrimas, en tu infierno también.
Estoy latente en cada página, en cada letra, en cada falta ortográfica que cometes.
Estoy en tu película favorita, en las canciones que aún no conoces y en las que te hacen llorar, bailar, gritar, cantar.
Estoy cuando eres humano y fallas y gritas y amas, corrompes y sufres.
Estoy cuando eres cristalino y me adentro en tus aguas, en las lagunas de tus ojos y desespero y me confundes y me vuelvo loca.
Estoy por placer, por amor, porque sí y porque tiemblo: de miedo, de rabia, de angustia.
Estoy porque eres mar infinito de emociones turbias, densas, amargas.
Estoy porque te quiero y te odio.

ESTÁS LEYENDO
Donde los Escritores van.
Romance¿Para quién escribimos los que no sabemos a dónde ir? ¿Nos leen? ¿Qué pasa sí nunca lo hacen? A veces hay que tener miedo. Pero, ¿a quién le escribo si no es a mí? Foto por Ana Gabriela Zárate Rábago. Instagram: @anagabriela_zr