Capítulo 15.- «All I Ask» Adele.

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Hemos llegado a un punto de no retorno en la historia de mi vida

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Hemos llegado a un punto de no retorno en la historia de mi vida. Sé que todo parece ser un punto de no retorno, y todo es de naturaleza trágica, pero si tuve algún punto crítico en el que tuve que reflexionar sobre mi comportamiento, sueños, deseos y valores, fue ese.

Demian y yo estábamos condenados a romper con esa amistad recién nacida que había surgido de una tragedia como lo fue conocer a Owen y casarme con él. Nuestro lazo no se rompió por él, claro, sino por mí. Y si creyeron que mi camino hacia el éxito estaba lo suficientemente lleno de traiciones, apuñaladas en la espalda y malas decisiones, se equivocan. Si tuviera una lista de gente a la que usé y a la que traicioné o le robé la oportunidad, Demian fue uno de ellos.

La cadena de acontecimientos pasó así:

Fue mi cumpleaños número diecinueve, lo sé, los dieciocho se sintieron eternos. Owen decidió planearme una fiesta, bueno, él no, sino pagarle a alguien para que lo hiciera, pero aprecié el detalle, aunque claro, yo no tenía amigos ni familia con los que festejar, Alana y yo nos habíamos peleado hacía algunas semanas porque ella me llamó "creída" y yo la llamé a ella "fracasada", y de forma evidente ella tenía razón y yo no, pues claro que  yo era una creída, y claro que empecé a despreciar ir con ella a comer o a su departamento, porque estar con ella me recordaba a esas épocas oscuras de hambre y pobreza. Y a ella le molestaba de sobremanera que yo me creyese de clase alta, cuando era evidente que no lo era.

—Desde que te casaste con Owen actúas como si fueras mejor que todo el mundo. Te has vuelto una creída— aseguró.

—Eso no es verdad. Deja de intentar hundirme.

—¿Hundirte?— se rio— ¿Puedes estar más hundida, Gigi? ¿En serio alguien puede estar más abajo de lo que estás ahora?, porque puede que estés llena de dinero y lujos pero nada es realmente tuyo, todo es prestado, todo pende de un hilo, y lo sabes, porque no importa cuántos hijos le des, siempre serás su posesión, no un ser humano, ni una persona. Para Owen sólo eres una mera adquisición. 

—No es mi culpa que me tengas una envidia malsana porque tú eres una fracasada— ataqué.

—Seré lo que quieras, pero no necesito embarazarme ni chupársela a nadie para poder tener un techo— atacó.

ESTÁBAMOS CONDENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora