Capítulo 7.- «Don't Speak» No Doubt.

117 10 43
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A veces creo que si Demian no nos hubiese descubierto a Owen y a mí en su oficina, él nunca me hubiera pedido matrimonio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A veces creo que si Demian no nos hubiese descubierto a Owen y a mí en su oficina, él nunca me hubiera pedido matrimonio. A veces estoy totalmente segura de ello.

Demian y él eran mejores amigos desde siempre, Demian inició su carrera cantando covers en Youtube, y Owen quería ser como su padre, un productor musical que descubrió y llevó a la fama a muchos artistas, así que se la pasaba buscando gente que cantase bien para mostrársela a su padre, y de pronto se topó con Demian, y todo estalló. Demian se volvió uno de los artistas más galardonados, famosos, millonarios y admirados, y Owen se pegó a él como una colegiala, porque estar con Demian era igual a ser increíble. Demian lo consideraba su hermano mayor. 

Pasaron sus años adolescentes saliendo a fiestas, drogándose juntos, saliendo con mujeres, eran inseparables, los mejores amigos, como hermanos, hasta que yo llegué a arruinar su amistad, o como a Demian le encantaba decirme "Me abriste los ojos, Ángel, nunca me hubiera perdonado ser cómplice de alguna u otra forma sin darme siquiera cuenta".

Demian estaba profundamente decepcionado de Owen, no pensó que su mejor amigo fuese un depredador que usaba su poder para acostarse con tontas con sueños imposibles y enferma avaricia como yo, y Owen no pensó que Demian fuese tan moralista y buena persona. Owen de verdad pensó que se reirían de mí, o que me compartirían, como un juguete, pero Demian no fue nunca un depredador ni mala persona. Él era el ángel, no yo. 

Después de correr, huir y escapar del auto de Demian, corrí hasta la casa de Owen, toqué el portón mil veces, pero nadie respondió. Me quedé ahí, esperándolo, para gritarle por echarme el problema de Demian pero me aburrí, y fui a la disquera para verlo, aún tenía la chaqueta de Demian, y olía a lavanda, limpio, muy limpio, y a él. Tenía unos cigarros en los bolsillos, los miré y los dejé donde estaban. Cuando llegué a la disquera era muy tarde, no había nadie pero aún así caminé hacia la oficina de Owen y escuché gritos muy claros de Demian y Owen.

—¡Es una niña, carajo, Owen!— gritaba Demian—¿Cómo pudiste hacerle algo así a una niña?

—No es una puta niña, Demian, ¡Es mayor de edad, me aseguré de eso!

ESTÁBAMOS CONDENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora