Agradecimientos.

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Hubo un tiempo en el que creí que Demian pensaba que mi lado luminoso era más grande que mi lado oscuro, que siempre creyó que yo combatía porque era víctima de las circunstancias, porque a veces la vida de algunas personas estaba llena de batallas, pero no era algo que eligieran, era algo que pasaba por azar. Me daba miedo que me él me viera como era yo de verdad, me aterraba que pudiera ver a través de mí, verme de verdad, que notara que mi lado oscuro era mayor y más poderoso que el luminoso y no era que buscara las batallas, no, no las buscaba, pero me gustaban. Me gustaban mucho. Y me aterraba que lo pudiese ver, lo mucho que me gustaba ganar, y lo mucho que me gustaba... vencer.

Pero en realidad él siempre lo supo. Siempre supo lo defectuosa que estaba, y de cierta forma le gustaba. Creo que se enamoró mucho de mi parte oscura porque él carecía de esa sed de combate y victoria, creo que era demasiado pacífico y amoroso. Y que cuando era el momento indicado sacaba alguna especie de poder en el que podía ser superior a las circunstancias, no peleaba, no se rebajaba a hacerlo. No se ensuciaba las manos.

Sé que si yo hubiera muerto aquel día él habría encontrado alguna forma de encontrarle sentido a esa tragedia, creo que habría buscado su lado oscuro con todas sus fuerzas, creo que habría deseado llenarse de odio, pero sé que eso no hubiera pasado, sé que habría encontrado una forma de perdonar a aquel hombre. Lo sé porque lo conozco, sé que él creía que el odio es una carga, y el rencor destruye. Sé que no dejaría destruirse de esa forma. Sé que habría caído en las drogas o el alcohol otra vez, por años, pero también sé que habría salido de ahí de nuevo, y sé que se habría volcado en el arte, como yo.  

Sé que él habría escrito este mismo libro, desde su perspectiva. Sé que habría hecho música. Sé que el arte habría sido su escape del dolor, como lo fue el mío. Y supongo que eso pasó en otra realidad, en la que la que murió fui yo, y mataría por ir ahí, pero no puedo. Esta es mi realidad y mi tiempo y mi espacio y en esta realidad el que murió fue él y la que escribe y compone soy yo, porque el combate siempre me ha gustado. Y este libro es mi batalla contra las mentiras, las tragedias y la historia. Incluso contra mí misma, contra la yo del pasado, la yo que es un cadáver abrazado a él, rogando por volver.

Y no viviré para saber si le gané a la historia. No sabré si la historia puede ver a través de mí y saber lo defectuosa y vengativa que soy, o quizá todo cambie y me pinten como una santa y una persona llena de bondad. No sé si me olviden dentro de 100 años y todo esto haya sido para nada. No viviré para saberlo.

Pero por lo mientras, estoy lista para el combate. Y lucharé hasta que el tiempo me venza. 

Entonces veré el amanecer.


Éste libro no habría sido posible sin mi gran amor, Demian Baudelaire, al que le dedico cada una de las páginas de mis memorias, sé que estaría orgulloso de mí por atreverme a contar mi verdad. Sé que estaría feliz y sé que habría sido mi apoyo durante estos años sin luz. 

Gracias a Brianna Hammer por estar conmigo y hablar tantas noches llorando y extrañando a Dem. Gracias a Amy y Abigail Baudelaire por visitarme tan seguido a casa y cuidar de Valentina mientras yo me zambullía en mis memorias esperando salir viva. 

Y especiales gracias a Ana Hammer, gran amiga y madrina de mi hija, cuyas memorias leí hace años y me inspiraron a contar mi historia, por sus consejos, por su apoyo y por ser la mujer que ató la cuerda de la realidad a mí mientras yo me hundía más y más en la profundidad y oscuridad de mi mente y el pasado para después ayudarme a salir, tirando de mí, y regresándome a la luz. Sin ella no sé si hubiese salido nunca.

Gracias a Dorian Hammer, por ser mi abogado, el albacea de Demian, el padrino de mi hija, no sé qué decir más que gracias por aquellas charlas en las que me dio la mano con su inmensa sabiduría y su experiencia teniendo al amor de su vida a un paso de la muerte hace años. Gracias, sé que mi dolor no es algo que se pueda comparar o comprender sin haberlo vivido, pero aquellas charlas fueron de muchísima ayuda, porque casi lo vivió. Y gracias por ayudarme con toda esa mierda legal por si a Owen se le ocurre demandarme por contar todo.

Gracias a Lucía Flores, mamá de Dem, que fue la única que pudo comprender mi dolor y vivirlo de una forma incluso peor que la mía. La mujer más fuerte que conozco.

Gracias Bea Baudelaire, por exigirme volver al presente y bajarme a la tierra cuando era necesario, y por tantas peleas que tuvimos juntas.

Gracias Lotty Baudelaire, por iluminar mi vida con sus anécdotas sobre Dem. 

Gracias a Alicia Baudelaire, por encargarse del legado de su hermano y mi esposo, y tomar el mandato en la disquera Olympia Records.

Mil gracias a Leo Lloyd, mi amigo y querido confidente, gracias por dejarme decir una parte de las millones de cosas que vivimos juntos, Dem, tú y yo, y gracias por estar conmigo en momentos tan difíciles, apoyándome y tratando de revivir a Dem conmigo mediante las historias y anécdotas. Si alguien pudo comprender una fracción de mi amor por él, ese fuiste tú.

Gracias a Noah Lennox, mi querido amigo y compañero de vida. Hombre increíble que me apoyó sin importar qué, y cuidó de Valentina, jugó con ella y conmigo y me sacó de la oscuridad, mostrándome el amanecer. La luz es increíble desde este punto de vista. Gracias por estar a mi lado en todo momento y no dejarme caer.

Y gracias a Valentina que a pesar de tener tan poca edad fue tan comprensiva conmigo. Espero que llegue a perdonarme por haberme perdido en el pasado y en su padre en vez de enfocarme de forma completa en ella y su crianza. Pero ahora veo la luz, mi pedacito de cielo, y desde que te vi y llegaste a mi vida mi vida se coloreó de nuevo, poco a poco, y ahora puedo ver la luz del día. 

Val, eres mi amanecer, y por ti dejé ir toda la oscuridad, sin ti no sé que hubiera sido de mí, sin ti nunca hubiera salido de aquella oscuridad y silencio. 

Quiero ser recordada por las cosas, personas y momentos que amo, no por mi dolor, mis miedos o mis tragedias. Quiero ser recordada por Val, por mis aciertos, por Dem y por mi amor, no por cómo el odio de otras personas me afectó y destruyó por un tiempo, porque soy más que eso. Soy luz, colores, batallas y ruido.

Gracias.

ESTÁBAMOS CONDENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora