Capitulo 37

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Al subir al auto Val no pudo soportar más y comenzó a llorar, Juls no supo que hacer y tan solo acarició su espalda con su mano.

Sin decir una sola palabra la morena arrancó el auto con dirección a su casa, la castaña la vió confundida pero la artista tan solo le sonrió tiernamente.

V: no, Juliana. - dijo al ver qué estaban afuera de la casa de la mayor. - no quiero ser una carga....

J: ¿Que dices?. - preguntó confundida por sus palabras. - ¿Una carga?. - soltó una pequeña risa. - no serás una carga nunca, Valentina. Nos la arreglaremos como podamos. - tomó la mano de la menor y la entrelazó con la suya.

V: te amo, gracias por estar siempre conmigo.

J: yo también te amo, vamos adentro. - habló saliendo del auto para luego sacar las maletas de la ojiazul.

V: déjame llevarlas yo. - le quiso quitar las maletas pero Juliana no la dejó.

J: déjame consentirte. - dijo y sin más entraron las dos a la casa, Valentina tuvo que dejar que Juls llevara sus maletas.

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E: ¿no crees que estamos exagerando?. - le preguntó a su esposo, pero este ni siquiera la miró. - León. - insistió.

L: mujer... Ella tendrá que entender sola que sin nosotros no podrá salir adelante.

E: si... Pero sobre su relación con esa chica.

L: está confundida.

E: se le ve muy feliz...

L: ¡No! Está confundida y punto, pronto vendrá a decirlo por si sola.

E: es nuestra hija.

L: yo no soy padre de alguien así. - al escuchar eso Elena tan solo agachó la cabeza y se retiró del lugar.

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J: prepararé la cena. - dijo al entrar a la habitación en donde Val se encontraba acostada en la cama.

V: claro. - habló sin destapar su cara de las sabanas.

La morena fue a la cocina para preparar la cena con un poco de angustia por la castaña, había estado acostada en la cama todo lo que llevaban del día y no encontraba la manera de sacarla de ahí.

Al terminar de preparar la cena la artista le avisó a la menor que bajara a cenar, tal vez sería el momento correcto para hablar con ella sobre lo que sentía. La estaba esperando sentada en la mesa y sonrió cuando la vió parada en la entrada de la cocina.

J: ven siéntate. - apuntó hacía el lugar que estaba frente a ella.

V: que lindo todo. - dijo al ver qué la mayor había puesto un poco de música y unas velas en su mesa.

J: te dije que quería consentirte.

V: gracias. - se sentó en la silla que antes Juls le había señalado.

J: preparé lasaña.

V: oh... Me encanta la lasaña. - le regaló una pequeña sonrisa a Juliana.

J: me alegra porque a mí me encanta prepararla. - dijo parándose para ir a la cocina a por la lasaña para servirle a la menor. - aquí tienes. - dijo al servirle.

V: gracias... De verdad no sabes lo lindo que es tenerte en estos momentos a mí lado.

J: siempre estaré para ti, no tienes que agradecer nada. - habló sentándose en su silla frente a la ojiazul.

V: claro que tengo que agradecerte, me has dejado quedarme en tu casa.

J: es que jamás permitiría que te quedaras sin un lugar para dormir, estamos juntas en esto.

V: te amo. - dijo para terminar con el pequeño debate.

J: yo más. - la voz de la morena salió un poco ronca. - hay que comer porque si no se nos va a enfriar.

V: si. - tomó una cucharada de la cena y la llevó hasta su boca. - mmh... Está riquísima. - dijo al degustar la lasaña.

J: me alegre que te guste, la hice con mucho amor para ti.

Siguieron comiendo de la gran cena que la artista había preparado. Valentina no había dejado de decirle en casi cada bocado que daba que estaba demasiado rico lo que había preparado.

J: Val... - dijo al ver que las dos habían terminado de cenar. - necesito saber cómo estás en estos momentos.

V: bien... - susurró tímidamente.

J: claro que no, no me mientas, estuviste toda la tarde acostada y no saliste de la habitación para nada más que cenar. - apuntó a su plato al decir la última palabra.

V: estoy un poco triste.

J: castaña, me tienes para hablar de lo que tu gustes.

V: la verdad no sé que esperaba de mis padres, tenía que haber sabido que claramente no respetarían lo nuestro. - dijo agachando su mirada. - creí por un segundo que nos respetarían y todo sería hermoso, pero al parecer eso no pasa muy seguido.

J: se que es difícil y que yo no reemplazaré el amor de un padre o una madre, son cosas muy distintas, pero no te sientas sola, porque me tienes a mí y juntas saldremos de esto, podemos seguir adelante las dos unidas. Esto mejorará y estoy segura de que tus padres respetarán nuestra relación. - Val asintió con la cabeza por todo lo que la mayor había dicho y se levantó de su silla para dirigirse a con Juliana para abrazarla.

V: ¿estamos juntas en esto?. - dijo viéndola fijamente a los ojos.

J: para siempre, amor.

V: me alegra escuchar todo esto, me alegra haberte conocido y no me arrepiento en ningún momento el haber ido a aquella exposición de arte tuya.

J: yo no dejaré de agradecerle a Wen el que te haya obligado a ir. - las dos soltaron una risa.

V: hemos pasado por muchas cosas que se me hace imposible que aún sigamos juntas.

J: porque estaremos juntas... A pesar de todo, lo sabes. - dijo parándose para abrazar mejor a la castaña.

V: me encanta que así sea...

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