Capitulo 33

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Una semana después.

León le había dicho a la ojiazul y a Juls que tenían que acompañarlo a poner la demanda, ellas eran las más importantes en eso y tenían que estar presentes en ese momento para dar con mucho detalle cada una de las razones por las que estaban demandando al chico.

Las dos chicas habían evitado a Lucho en todo momento, no querían saber cuál era lo siguiente de lo que sería capaz de hacer, con alguien como el ya no se podía asegurar nada. También habían vuelto a hablar con la señora Beatriz y esta vez Val la conoció, la mayor ya le había advertido que era muy chismosa y que probablemente le preguntaría un montón de cosas más, pero que si no quería contestarle alguna pregunta le podía cambiar de tema y si tenía suerte no se daría cuenta.

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Lucho ya estaba enterado de la demanda que le habían puesto, un abogado había tocado su puerta y le había explicado cuál era la razón por la que era demandado, él también había hecho lo posible por defenderse ante eso, así que le había pedido a su primo, un muy buen abogado, que defendiera su caso, pero la realidad es que tenía todas las de perder, había dos personas que estaban enterados de los golpes que le había dado a la morena, Víctor y Beatriz, y claramente también estaba seguro que no ganaría porque León era una persona muy influyente y tenía aún más contactos que la familia de Lucho.

L: tu tío me demandó. - le dijo a Rubí, quien se encontraba en su casa.

R: pues te lo tienes merecido. - habló sin temor alguno, esto podría probablemente salvarla de Lucho. 

L: claro, a ti también te conviene.

R: pues claro que me conviene, si te meten a la cárcel ya no tendré que ver tu asqueroso rostro. - tomó valor y escupió todo lo que le tenía que decir. - me iré directamente a mí casa y no quiero que me vuelvas a llamar y hablar, ¿Entendiste?.

L: ¿Y que te hace pensar que yo escucharía tus órdenes?. - dijo acercándose a ella amenazante.

R: detente ahí.

L: ¿Tienes miedo?. - habló siguiendo acercándose.

R: si no paras de buscarme yo también meteré una demanda en tu contra, con dos demandas será aún más fácil que vallas a la cárcel. - Lucho paró de acercarse a ella. - así que no me vuelvas a buscar.

L: lárgate entonces.

R: necesito que me digas que no me buscarás de nuevo.

L: no lo haré, pero vete antes de que enloquezca y quiera hacerte algo muy malo. - Rubí no lo pensó dos veces y salió de la casa de Lucho, temiendo dar una paso en falso y caer, sentía sus piernas tan frágiles, no creía que librarse de ese chico hubiera sido tan fácil.

Mientras tanto Lucho con mucho enojo había golpeado con fuerza la mesa que tenía en frente de él, no sabía cómo podría librarse de algo como en lo que se había metido, tal vez sería un buen momento para irse a otro país, lejos de México.

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W: ¿Feliz por qué ya casi nos graduamos?. - preguntó abrazando a la castaña por detrás haciendo que se sorprendiera.

V: Wen... - dijo poniéndose una mano en el pecho por la sorpresa. Su mejor amiga soltó una risa y se alejó de ella.

W: lo siento. - en realidad no lo sentía. - ¿Feliz?.

V: la verdad si. - dijo riendo.

W: dos semanas más aquí y listo, por fin libres.

V: y a buscar trabajo. - hizo un puchero. - tener que trabajar con papá es algo que de verdad no quiero.

W: ¿Al menos te gusta esta carrera?.

V: sabes que no, solo lo hice por mis padres. - dijo con tristeza. - siempre he querido modelar, trabajar en el bufete con mí papá nunca a sido algo que yo quiera.

W: lo siento mucho, Val. Pero siempre puedes cambiar de opinión, puedes hacer lo que te guste.

V: ojalá fuera tan fácil.

W: no te dejes manipular por tus padres.

V: pues si...

W: ay no... - dijo al ver a Lucho, quien parecía caminar hacia ellas. - vámonos, Val. - tomó el brazo de la ojiazul y se dirigieron al lado contrario de dónde parecía que iba el chico.

V: seguro quiere reclamarme.

W: lo más seguro es que sí.

V: ¿Ya no nos siguió?. - preguntó sin voltear hacia atrás.

W: no. - había volteando y no lo había visto seguirlas.

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Valentina y Juliana habían quedado de verse en el momento en que la castaña saliera de la universidad, y la mayor había decidido ir por ella.

Cuando la castaña salió pudo ver a Juls parada en frente de la universidad y junto a ella había una motocicleta, nunca la había visto con una. Decidió acercarse a ella.

V: hola. - dijo mostrándole una sonrisa.

J: hola, castaña. - habló abrazándola.

V: ¿Y esa moto?. - preguntó apuntando hacía la motocicleta.

J: es de Víc, me la prestó.

V: oh... Está muy bonita.

J: siii... ¿Nos vamos?. - preguntó y la castaña asintió. Subió la morena. - sube, hermosa. - la castaña se sonrojó por como la llamó y a parte por qué se encontraban en un lugar muy público y jamás se imaginó que la morena le llamara de esa manera en un lugar así. Subió a la motocicleta como la artista se lo había pedido. - aquí tienes tu casco. - dijo pasándole su casco, ella ya tenía el suyo puesto.

V: gracias.

J: ¿A mí casa?. - preguntó cuando arrancó la moto.

V: si.

Al llegar a casa de la artista fueron directo a su habitación, se habían dado uno que otro beso y caricias no muy inocentes. La menor se encontraba en el regazo de Juliana, con sus piernas en cada lado de las de ella y su rostro escondido entre su cuello.

V: quisiera que fueras a mí graduación. - le susurró.

J: yo también quisiera ir, pero no es posible. - dijo mientras le acariciaba con sus manos el cabello.

V: podemos vernos después de eso. - habló levantando su rostro para ver a la mayor a los ojos.

J: si, nos escapamos, es lo que necesitamos ahora.

V: la verdad si, necesito tenerte cerca. - dijo para después besarla y acurrucarse entre su cuello de nuevo.

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