Capítulo 36

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Narra Damian.

Estába en el carro.

-. ¿porque demonios estoy acá?. - pregunté.

-. amigo, querías ver a Vanessa y ya qué teníamos el día libre decidimos ir a verla contigo. - dijo Aiden mientras conducía.

-. ¿no podían despertarme? . - gruñi.

-. la bella durmiente no despertaba. -dijo Austin riendo.

Definitivamente tenia los amigos más fieles, no sabia cómo agradecerles tantas cosas qué hacían por mi, amaba a éstos chicos pero jamás se los diría por que después quién se aguanta el ego.

No sabía qué le diría a Vanessa, no sabia si ya había conseguido a alguien, si estába feliz, si me extrañaba o simplemente si ya no estaba en ese centro de rehabilitación.

Desde qué terminé con Vanessa he escrito una carta por día, diciéndole básicamente lo mismo, qué la extraño, qué la amo y qué me perdoné, pero nunca mande esas cartas siempre quise darle su espacio aún que me doliera, todas y cada una de esas cartas estaban guardadas en una caja de zapatos y nadie sabía de ellas.

-. creo qué es acá. - dijo Aiden parqueando el carro.

Y finalmente habíamos llegado a esa casa verde pastel de tres pisos, vi la ventana por la cual un día me tiré y grité qué amaba a Vanessa.

Lucía igual qué hace un mes y algo, estába nervioso, no sabría cómo actuaría ella, ni qué diría ni nada.

Me bajé del auto y toqué la puerta, me abrió una mujer con uniforme azul.

-. hola, vengo a buscar a Vanessa. - dije tímido.

-. ¿y tu eres?. - preguntó.

-. soy Damian, su novi..su amigo. - dije retractandome de decir novio.

-.dame un momento. - dijo y cerró la puerta.

Espere unos 5 minutos aproximadamente y cuándo finalmente se abrió la puerta, estába una mujer pequeña y muy joven, era mona y estába rapada a un lado, tenía un look relajado pero se veía bien.

-. hola, soy Hanna. - dijo.

-. Damian. - respondí serio.

-. soy amiga de Vanessa, ella no quiere verte. - dijo encogiéndose en hombros.

Cada palabra hizo detener mi corazón, la entiendo, jamás me perdonará.
Asentí y tomé el poco de dignidad qué me quedaba, bajé la cabeza y me dirigí de nuevo al auto.

-. ¿qué paso?. - dijo Aiden.

-. no quiere verme, me odia. - aseguré.

-. espera. - dijo Austin abriendo el maletero.

-. gato deja así, ya la perdí. - dije con los ojos cristalizados.

-. no, no he viajado aquí 18 horas para qué la dejes ir. - dijo serio. - amigo toma. - dijo Austin

Saco una ramo de rosas rojas habían 41 rosas y me dio luego una caja de madera blanca con una cinta roja.

-. una por cada día bro. - dijo.

No entendía qué me había entregado, abrí la caja y estaban todas las cartas qué le había escrito a Vanessa eran 41 cómo las rosas.

-. ¿como las encontraste?.-pregunté.

-. eso no importa, ve campeón y entregale eso. - dijo Aiden.

Me giré y aun la chica mona me estába viendo, me acerqué a ella con las rosas y la caja blanca, yo solo veía ella cómo abría los ojos sorprendida.

-. ¿podrías entregarle ésto? - le pregunté.

Asintió, tomó las rosas y la caja y cuándo estába a punto de cerrar la puerta Austin gritó.

-. ¡UNA POR CADA DÍA!. -

miré a la chica y ella sonrió y finalmente cerró la puerta.

Me giré en los talones y caminé hasta el vehículo, subí a él y esperamos 5 minutos para qué alguien saliera o me diera una señal de ella.

-. creo qué no saldrá amigo. - dijo Austin.

Me gire a él, asentí y arrancamos a dónde sólo Austin sabia arreglar los problemas, al bar.

Del Infierno Al CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora