Capítulo 65

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Su cara se me hacia conocida, sus labios gruesos y rojos, sus mejillas blancas, sus cejas perfectamente depiladas, su perfecta nariz y sus ojos, cómo olvidar esos ojos verdes, un verde qué jamás salio de mi cabeza y una vez más me pudo hechizar.
si, era Vanessa.

Definitivamente el mundo es un pañuelo, el tío Rich comentó un día qué la conocia por qué su papá es un gran amigo de el.

No podía creer qué despues de 6 años volviera a ver a Vanessa y en estas condiciones.

No había cambiado absolutamente en nada, seguía siendo la misma mujer qué me enamoró hace 6 años.

- no lo puedo creer. - susurró Vanessa mirándome cómo lo hacía yo.

Se acercó a mi silla y yo me levanté para no perder el contacto con sus ojos y en un impulso mutuo, nos abrazamos.

Una corriente eléctrica, corrió por mis brazos hasta mis hombros y de ellos a mi pecho para finalizar su recorrido en mi corazón, sentía exactamente lo mismo cuándo la abrazaba hace 6 años.

No podía creer qué después de tanto tiempo, volviera a abrazarla, sentir su calor y poder saborear en mis fosas nasales su aroma frutal de siempre.

Definitivamente mujer cómo ella ninguna, la extrañaba y no pude evitar recordar el sueño qué tuve con ella e involuntariamente mis ojos se cristalizaron.

-. parece qué nos perdimos de algo. - dijo el tío Rich, haciendo qué nos separaramos de nuestro abrazo.

-. lo siento Rich, no puedo estar acá. - dijo Vanessa y salió corriendo por la puerta del restaurante.

Por su voz pudé saber, qué a ella le pasó lo mismo qué a mi, sus ojos se cristalizaron.

Está vez no, esta vez no permitiría perderla, la recuperaría fuera lo qué fuera, el destino me trajo hasta acá y fue por algo.

Seguí mi impulso y salí corriendo tras ella.

-. espera. - gritó el tío Rich a mis espaldas.

-. te explicaré luego, adiós. - gritó en respuesta y seguí mi rumbo.

No tarde mucho en encontrarla en la parada del bus, con sus manos tapando sus cara,me acerqué a ella y me senté a su lado.

-. dime qué sentiste lo mismo qué yo sentí. - susurró mirándola.

Ella saco las manos de su cara y limpió las lágrimas qué brotaban por sus ojos y giró para poder mirarme.

-. cómo en el primer día. - susurró Vanessa.

Una sonrisa brotó de mis labios, mis suposiciones eran exactas y para estar tan poco tiempo junto a ella la conocía, conocía todo y cada cosa de ella.

La miré exactamente cómo la miré siempre, nunca pudé mirarla de otra manera y aún que me hiciera el fuerte, siempre siempre fui débil ante ella, ante su amor.

Ahí estábamos Vanessa y yo, después de 6 años mirándonos cómo el primer día, con el mismo amor, el amor bohemio que sentía  por ella.

Del Infierno Al CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora