CAPÍTULO OCHO- GOLPE BAJO

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Mihail

Los placeres de la vida serán siempre los que nos hagan pecar, odiar o amar ya que solo ellos son los que nos hacen sentir plenos y completos en el mundo donde nos movemos. Algunos se sienten plenos cuando comen su comida favorita, otros cuando viajan a todos los lugares donde se sienten vivos mientras que otros se sienten realmente plenos cuando tienen poder y dinero para hacer en el mundo todo lo que le plazca.

En mi caso mi mayor placer siempre será ella, mi alimento, mi agua y mi lugar favorito en todo el mundo. Sus brazos son un paraíso terrenal y su entrepierna; su entrepierna es igual al infierno como también al paraíso donde todos desearían habitar sin reprimir el animal que llevan dentro dejando detrás tabúes y prohibiciones disfrutando tanto de quemarse en las llamas del infierno como de todo el cosmos en el cielo porque si hay un pecado que vale la pena cometer es el de fundirse en ese cuerpo que incita a pecar una y otra vez porque mientras me elevaba al cielo con cada embestida con cada corrida me hundía más en el infierno.

Comerme cada centímetro de su cuerpo, morder, lamer, succionar y disfrutar de todas sus secreciones sin darme asco o repulsión más bien incitándome a seguir penetrándola cuando sus fuerzas ya habían desaparecido de su cuerpo hace horas y disfrutar de todos sus orificios sin tener algún freno de su parte solo me confirmó lo que ya sabía desde la primera vez que la hice mía; que ella siempre será mía y yo siempre seré de ella.

Aunque desplomarme al suelo perdiendo el conocimiento por unos minutos me dejó aturdido viendo como giraban en mi cabeza dos grandes esferas brillantes como si fueran estrellas escuchar su llanto quebrado a mi lado me hizo recobrar el conocimiento porque es que ella ha llorado tanto en este mundo que no puedo permitir que derrame una lágrima más sino es por placer o de felicidad.

Pensé que la mejor noche en mi vida había sido dormir sobre el cielo con los silbidos de Bellatrix y Eleora a todo volumen, pero me equivoqué porque mi mejor noche ha sido la de hace dos días donde disfruté de Eleora en todos los sentidos y luego me fui a la cama con ella y con su hija donde la madrugada se hizo eterna escuchando los conocimientos avanzados de Bella mientras Eleora acompañaba la noche con su silbido haciéndonos sonreír más de una vez por lucir exactamente como Andrómeda.

Estamos en los Emiratos Árabes Unidos ya que los Mikhailov tenemos negocios y propiedades seguras en Dubái mientras que Jasón, Macon y Angelo vienen de camino de Johannesburgo sin saber el paradero de los dos italianos que acompañan a Eleora siempre preocupando más a la endemoniada por el cariño que le tiene sin saber su paradero.

Todos están en silencio sin procesar todo lo que ocurrió, Andrei y su esposa están devastado sin saber cómo proceder en el caso de los gemelos, Irina y Alessandro se miran entre ellos imaginándose que hubiera pasado si una de las paredes de la casa le hubiese caído arriba a ella o a Aleksie como también lo están los Moskalev que a pesar de que Eleora le voló la cabeza a Alena volaron a Montecarlo para unirse a la misión ya que Irina les comunicó que solo íbamos cinco personas para recorrer todo el lugar.

La capacidad de Eleora para tomar decisiones bajo presión es impresionante porque en menos de cinco minutos alertó a todos de los planes de Damon por la manera en la que se dieron las cosas en el casino demostrando una vez más que el arma más letal que posee no es la belleza sino su cerebro.

Luka, Lenin y Lev lograron resguardar algunas de las cosas importantes de la casa ya que Eleora le avisó a tiempo para que salieran, pero de todas formas se la han pasado con unas caras que no logro entender. Se la pasan hablando entre susurros y encerrados en el estudio privado de Lev alterando más mi enojo.

Llevan horas encerrados junto a Eleora y ya me estoy desesperando por no saber que tanto hablan junto a Laurente y los demás Mikhailov porque si van a idear un plan creo que deberían informarnos a todos no encerrarse como si tomaran decisiones exclusivamente para ellos.

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