Eleora
Coincidir en un mundo donde hay más de siete billones de habitantes es un evento casi milagroso porque entre tantos lugares y horas poder lograr compartir el mismo oxígeno con alguien a quien el destino o la casualidad lo puso en el momento correcto o incorrecto para vivirlo junto a otra persona es uno de los más interesantes acontecimientos que más que una coincidencia lo veo como una muestra de la divinidad suprema que nos rige desde el cielo.
Y es esa misma divinidad que hace coincidir a personas en un mundo externo al mundo cotidiano donde habiendo tantas mujeres y tantos hombres criminales dos corazones, dos cuerpos y dos mentes solo reaccionan hacia una sola persona llevándonos a no mirar, no sentir y no pensar en otra persona diferente a ese ser con el que estuvimos en el momento justo para estar frente a frente cuando todos los pronósticos anunciaban desgracias para impedir tal encuentro, pero que un ser supremo por encima de todo y todos hizo su jugada maestra en hacer posible un primer encuentro maravilloso.
Encuentro del que fui participe hace tantos años con una persona que domina toda mi parte racional provocando que me vuelva una mujer insensata que teniendo tantos conocimientos en mi cabeza cuando se trata de él no sirven de nada porque con solo una mirada me hace enloquecer, delirar y fantasear con tenerlo cerca de mi cuerpo siempre para no perderlo nunca.
Es la persona con la que me quemé por meses, con la que viví las experiencias más horribles de mi vida y con la que traje al mundo el ser más extraordinario convirtiéndose de esa manera por más cruel, malvado y sádico que sea en la coincidencia más bonita que he podido tener en toda mi vida.
Me puse ungüento en las heridas que me provocó al querer arrancar de mis entrañas el fruto de nuestro amor, me puse una venda en los ojos para tapar las imágenes crueles de sus ojos rojos suplicándome que lo entendiera y me puse tapones en los oídos para no escuchar sus pedidos entre sollozos a diario de que lo mejor era darle libertad en forma de muerte a ese hijo antes de esclavizarlo en el mundo del que queremos escapar en forma de amor.
No entendía su súplica porque había estado por mucho tiempo en el abandono y encontrar algo que se convertiría en una eterna compañía como lo es un hijo me hizo a traerlo al mundo llevándome la mejor de las sorpresas transformada en una hermosa niña de ojos radiantes que me estremece completamente llenándome de una energía que me inspira a ser mejor en cada una de las cualidades que tengo para garantizar su bienestar.
Aunque es muy complicado poder garantizar ese bienestar en medio del desconcierto que nos avasalla a pesar de que disfrutar de las cosas buenas que me pasan entre un millón de malas tras tener más claro mi posición formal en la vida del hombre que amo convirtiéndome en su prometida oficial es lo que más quiero.
Pero estamos rodeados de la misma malevolencia de la que nuestro interior está rebozado haciendo que el deseo de formar una familia se esfume de mi corazón con cada caída provocada por seres que creemos que forman parte de nuestra familia también logrando que el suelo se transforme en brazos de espinas que nos abrazan cada vez que somos vilmente masacrados sin darnos tiempo a defendernos.
Me conmuevo tanto por ver cómo frente a mis ojos pasa lo que siempre anhelo vivir con mi familia entre conversaciones matutinas acerca de lo que haremos durante el día, el disfrute de comidas hechas por mí de acuerdo a los gustos de cada uno de mis hijos y ordenar la mesa cada noche para degustar una cena hecha con mucho amor, pero cada imagen es un golpe directo a mi tórax por saber que nunca podré tener eso.
Ese sueño se ha frustrado desde la concepción de mi hija porque por más amor que tenga para darle y más ganas de tenerla siempre conmigo siendo la primogénita de mi hogar la idea se rompe en el aire cuando salgo del mundo irreal creado en mi mente dándome cuenta que vivimos en un mundo donde la familia a la que debemos proteger es la que se está encargando de destruirnos de una manera tan cruel.
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EUFORIA
ActionLibro 2. Sensaciones que hieren. Dicen que donde hubo fuego cenizas quedan, pero para Eleora y Mihail este dicho no se aplica, ya que en ellos sigue estando viva la llama que durante meses los quemó. El regreso de esa mujer que pone a temblar a tod...