Narrador Omnisciente
La conquista de la libertad siempre será una de las guerras personales más difíciles de librar porque es bastante paradójico hacerse a la idea de que somos libres exactamente en esas milésimas de segundos que tarda un espermatozoide en ser expulsado por medio de la eyaculación masculina antes de ser fecundado en un ovulo que lo captura, lo apresa y lo domina siendo esa acción natural la primera aprehensión que vuelve al ser humano preso de por vida.
Ya que una vez en ese encierro su vida dependerá de las decisiones de quien lo lleva intrínsecamente incrustado en su interior debatiéndose en si procederá a dejar que use su vientre como molde por excelencia para reproducir la raza humana o si lo arrancará de raíz de su interior donde ambas opciones son el castigo pertinaz tanto para la víctima como el victimario porque en la primera nacerá bajo una identidad con nombre, apellido y nacionalidad de los que se le hará difícil desvincularse permaneciendo siempre preso de sus orígenes y en la segunda finiquitado de la oportunidad de nacer, crecer y reproducirse por la decisión trascendental de su opresor que lo llevará siempre encarcelado en su memoria como quien fue más no será en su vida para siempre.
Para muchos este pensamiento es muy perturbador porque adaptarse a la idea de que por más que trabajemos, esforcemos y luchemos nuestra libertad nunca será concebida como propia puesto que siempre estará dominada por aspectos íntimos como lo son los sentimientos hacia las personas que se convierten tan importante que pareciera que la muerte está cerca cuando les sucede algo agravante dándole sentido a esos otros segundos de libertad cuando se nace entre llantos sin poseer una identidad más que la que los progenitores tienen pensando en dar robando de esa manera la autonomía duradera.
Es esa misma autonomía la que pierden de sus cabales, sus razonamientos y sus sentidos quienes acaban de darle fin a su antigua vida como criminales más temidos, peligrosos y crueles por el poder que mejor los caracteriza; la inteligencia, aunque ahora mismo lo que menos poseen es ese poder que los hace quedarse con sus manos en puños, sus rostros fruncidos y un enorme grito atorado en la garganta sin creer lo que acaban de escuchar de la boca del peor verdugo que han podido tener porque los golpea siempre donde sabe que le va a doler.
—Mi...— empieza Mihail arrebatándole el celular a Eleora quien yace con su rostro enrojecido en medio del estado de conmoción sin poder gesticular palabras.
Aprieta el aparato en su mano con todas las fuerzas que puede tener en su cuerpo queriendo hacer lo mismo en el cuello de quien tenía que haber matado hace muchos años, su abuelo sintiendo como su presión arterial baja de su cuerpo enjuicia lo que sucede quitándole el celular, evitando su intención de romperlo y uniendo miradas a través del cristal de los lentes negros, se aleja de él tambaleándose cuando sus frustraciones lo hacen destruir toda la decoración de salón sin lograr procesar lo que acaba de escuchar incrustando sus puños en paredes y pies en mesas quebrándolas en dos entre gruñidos que paraliza a los que lo observan transformándose en la mejor versión para sus secuaces, pero en la peor versión para sus adversarios.
Las lágrimas empiezan a salir de los ojos de Eleora entre temblores que son controlados por su hermano reviviendo en su interior las mismas impresiones que sintió hace casi treinta y dos años cuando la misma persona que ahora tiene a su sobrina lo dejó huérfano y se llevó a su hermana alterando el futuro que sus padres habían ideado para ellos.
Todos se encuentran callados con respiraciones fuertes llenas de furia que los hace liberar bramidos fuertes por sus narices sin poder decir algo cuando Mihail está destrozando todo el lugar con golpes, patadas y estrellando contra el suelo todos los detalles decorativos incapaz de controlar todo lo que pasa por su cabeza a la vez.
Se detiene con sus manos llenas de sangre por los cortes que se ha hecho en sus palmas y nudillos para fijarse en quien está peor por lo que está sucediendo, los vory se ponen en alerta cuando se acerca a ella en pasos lentos con sus ojos brotando un brillo que nunca habían sido apreciado y ella no logra ver lo que sucede a su alrededor por sus ojos cubiertos en grandes cantidades de lágrimas.
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EUFORIA
AcciónLibro 2. Sensaciones que hieren. Dicen que donde hubo fuego cenizas quedan, pero para Eleora y Mihail este dicho no se aplica, ya que en ellos sigue estando viva la llama que durante meses los quemó. El regreso de esa mujer que pone a temblar a tod...