CAPÍTULO CINCO - NIÑA DE MIS OJOS

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Eleora

Ser valiente es una de las cualidades que más aprecio de todas las que poseo. Tener la capacidad de enfrentar cualquier desafío, confiar en mis habilidades y no dudar de mí misma al actuar, siempre ha sido lo que me hace sentir en paz con quien soy y con cada decisión que he tomado a lo largo de mi vida.

No me asustó que todos me apuntaran, pero presenciar cómo aquella rubia traía a Angelo junto a mi hija y los tenía en la mira me impulsó a ser valiente una vez más. Sin pensar dos veces, decidí actuar y tomar medidas drásticas, incluso si eso significaba disparar un tiro certero que acabara con la amenaza representada por esa mujer. Tomé el arma de Angelo y disparé a las manos de los rubios, privándoles así de la oportunidad de dispararme primero.

Las miradas que recibí en ese momento me recordaron a las que enfrenté en la boda de Brooke. Eran miradas que escudriñaban mi alma, pero no con admiración, sino con la intención de arrebatármela. Los hombres de pelo oscuro me observaban como si yo fuera una ilusión, pero eso no disminuía el hecho de que se comportaban como cazadores acechando a su presa.

Por eso, reuní todas mis habilidades de resistencia mental para no mostrar mi debilidad y evitar que se apoderaran de ella. También puse en práctica la rapidez que había adquirido en años anteriores para defenderme de esa manada de asesinos.

Sin embargo, lo que ellos no saben es que están lidiando con alguien que ha cambiado desde el momento en que nació mi hija.

«La liebre que todos perseguían ha experimentado una metamorfosis, dejando atrás sus debilidades para convertirse en una cazadora dispuesta a depredar a cualquiera que se atreva a amenazar a su hija»

Ser valiente para mantenerme con vida es una cosa, pero ser valiente por mi hija es lo que me hace sentir más fuerte e indestructible, hasta el punto de enfrentar incluso a su propio padre si algún día intentara hacerle daño.

Agradezco que Aleksie saliera en mi defensa cuando todos vieron los moretones en mi cuerpo. Aunque es vergonzoso que un niño deba cubrir las faltas de respeto de los adultos, lo que Mihail y yo hicimos fue una gran falta de respeto hacia Viktoria. Desde que se enteró de las supuestas razones de mis moretones, se esforzó por buscar una manera de curarlos, lo que solo empeoró mi estado de ánimo.

No quiero que me etiqueten como una mujer fácil, una seductora, ni mucho menos como alguien que roba a otros hombres por no poder controlar mis deseos cuando él está cerca, ni tampoco por no poder comprender las intenciones de Mihail, que está actuando de manera muy diferente a lo que esperaba, mostrando una faceta dócil y condescendiente que desconocía.

Baño a Mikaela, reflexionando sobre la sorprendente actitud de su padre, delicadamente retiro los vestigios de sangre que habían quedado atrapados en su cabello, a pesar de sus reprimendas acerca de exterminar a todos los Moskalev debido a su intento de herirla a ella, la hija de un superhéroe.

No entiendo lo que está pasando a su padre, su comportamiento es inusualmente tranquilo para mi gusto. Parece como si hubiera vivido una experiencia traumática que lo ha llevado a reconsiderar las cosas importantes en la vida.

De repente, me propone que nos vayamos de aquí y acepta a nuestra hija como suya, a pesar de creer que pertenece a otro hombre. No hemos tenido una conversación sobre todo lo que ha sucedido en nuestra relación. Siento como si no solo hubiera cambiado de página, sino que hubiera quemado por completo el libro de nuestra historia para comenzar a escribir una nueva junto a mí.

Esta sorprendente transformación me desconcertó, considerando sus tendencias a querer acabar con Adolphe, sus actitudes indiferentes hacia mí o sus comentarios hirientes hacia nuestra hija, pero ahora, parece ser una persona completamente diferente, e incluso su tono de voz refleja un cambio significativo.

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