El Tritón y El Pescador [TodoBaku] +Omegaverse+

Oportunidad.

***
Touya condujo a su madre hasta la sala de estar y se sentaron en unos asientos que eran almejas gigantes.

La sirena echó una mirada a la sala y vio que se encontraban solos.

—¿Dónde está Keigo? ¿Se encuentra bien?

—No muy bien, está en la recta final del embarazo y se encuentra descansando en la cama.

—Oh, ya veo.—¿Le has dado alguna infusión?

—No, ¿debería?

—Sí, deberías darle una infusión de algas.—Le ayudará con las molestias del embarazo.

—De acuerdo, cuando te vayas iré a buscar algunas.—Ahora dime, ¿qué es de lo que quieres hablarme, madre?

—Verás, hijo.—Tu hermano Shōto iba a ser el heredero de este Reino pero se enamoró de un omega humano y no quiere volver.—Ahora tu padre está buscando candidatos y... Creo que tú eres una buena opción.

El tritón no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Acaso su madre se había vuelto loca?

—Madre, ¡¿estás mal de la cabeza?!—¡Soy un exiliado! ¡No puedo aparecer como si nada!

—¡Pero si vuelves conmigo, no te harán nada!

—¡Es una locura!—Además, voy a ser padre pronto. No pienso abandonar ni a Keigo ni a mis hijos.

—Nadie ha dicho que los tengas que abandonar, puedes
llevártelos.contigo.

—¡No! ¡Ni hablar!—¡Busca a otro imbécil que esté dispuesto a aguantar a ese cabrón!

Rei se entristeció.

"Fui una ingenua al creer que podría aceptar, pero no puedo obligarle. Tengo que respetar su decisión."

—Está bien, hijo.—Yo no quería incomodarte, sólo pensé que serías un buen candidato.—Además de que no me agrada la idea de que el heredero del reino sea alguien ajeno a la familia pero supongo que es inevitable...

La albina se levantó del asiento dispuesta a irse, más alguien hizo acto de presencia.

—¡Espera, no te vayas!

Era el omega de su hijo.

—Keigo...—Susurró la Señora Todoroki.

Touya se alteró al ver a su esposo y se acercó a él.

—Keigo, no deberías salir de la cama. ¿Qué haces aquí?

—Escuché todo y pienso que tu madre tiene razón.

—Pero Hawks, sabes lo arriesgado que es volver allí.—A parte de lo que supondría aguantar al viejo.

Keigo tomó las manos de su alfa y las besó.

—Sé que sería una situación dura para ti pero debes intentarlo.—Tú eres el mejor candidato, no creo que pueda haber nadie más apto para gobernar el reino.

—¿Tú crees...?

—Sí, creo en Mi alfa.

El de ojos turquesas sonrió y le dio un beso en la frente.

—De acuerdo, lo intentaremos.—Sólo porque Mi sexy omega me lo pide.—Dijo para después darle más besos.

—T-Touya, tu madre...

Él la miró y se disculpó.

—Lo siento, madre.

Ella sonrió tiernamente.