Preocupación.

304 59 51
                                    

***
Yoarashi volvió al palacio, junto con Keigo, rápidamente y varios guardias que se encontraban en la entrada le preguntaron:

—¿Qué le ha sucedido al Príncipe Keigo?

—Una sirena y un tritón desconocidos lo atacaron.—Necesito entrar y encontrar al doctor.

—Bien, sólo procura que el príncipe Touya no se entere de esto.

Inasa asintió y, cuando iba a entrar, escuchó una voz masculina que le preguntó:

—¿De qué decís que no me debo enterar?

El soldado se puso tenso y respondió:

—Pri-príncipe Touya... Yo...

Entonces el de ojos turquesa se fijó en que Inasa cargaba a su amado en brazos.

—¡Keigo!—Exclamó acercándose a él.—¡¿Qué le ha pasado?! ¡¿Quién le ha hecho esto?!

—No lo sé mi príncipe pero ahora lo prioritario es avisar al médico.

—Sí, tienes razón.—Dame a Keigo y ve al buscar al médico.

—¡Sí, mi príncipe!

Dicho esto, le entregó al omega y se fue rápidamente a llamar al doctor.

***
Entre tanto, Touya depósito en la cama matrimonial a su esposo , quien estaba inconsciente; y se sentó a su lado sosteniendo una de sus manos.

—Keigo... ¿Quién te ha hecho esto? ¿Quién ha sido el desalmado?—Preguntó acariciando su rostro.

Obviamente no esperaba respuesta por su parte pero necesitaba decir algo.

"A ver si llega ya ese maldito vejestorio."—Pensó impaciente por la tardanza del doctor.

—¡Príncipe Touya, el médico ha llegado!—Le avisó Yoarashi.

El mencionado se volteó y miró con molestia al doctor.

—Ya era hora, maldito.—Ahora date prisa en atenderlo y más te vale que se ponga bien o lo pagarás caro.

El beta tembló y asintió disponiéndose rápidamente a atender al rubio con sus utensilios de trabajo.

Touya se alejó y se puso a una distancia prudente para permitir que el doctor trabajase. Mas no apartaba la vista de él.

***

En el mundo humano, Katsuki paseaba junto a su marido cuando recibió una llamada de su padre.

"¿Le habrá sucedido al viejo?"—Pensó preocupado.

—¿Quién es, Katsuki?

—Mi padre. Así que tengo que contestar.

—Vale.

El rubio cenizo respondió a la llamada y dijo:

—¿Estás bien, viejo?

>Sí, muy bien. Solamente quería saber qué tal iba vuestra luna de miel.

El de ojos rubí suspiró aliviado al saber que no se trataba de algo malo y continuaron hablando.

>Hijo, cuéntame. ¿Qué tal el viaje?

—No estuvo mal pero tuve que pelearme con unos idiotas

>¿Te peleaste?

—Sí, es que eran unos imbéciles que no atendían a razones.

>No debiste enfrentarte tú.

—Lo sé pero me enfadaron demasiado.

>Lo entiendo pero debiste permitirle a Shōto encargarse de eso.

—Sí, sí. A la próxima lo tendré en cuenta.

>¿Y ahora qué estáis haciendo Shōto y tú?

—Estamos dando un paseo, hemos estado en el Mercado Nishiki y hemos comprado algunos souvenirs.—Te he comprado varios regalos.

>¡Gracias, hijo! Pero no tenías que haberte molestado.

—No es ninguna molestia, lo hago porque quiero.

Su padre ser rio y continuó hablando:

>¿Cómo estaba el Mercado Nishiki? ¿Había mucha gente?

—Sí, bastante.—Kioto está repleto de gente y eso no me agrada del todo pero lo puedo soportar.

>¿Ahora qué vais a hacer?

—No sé, en principio daremos un paseo.

>Oh, en ese caso; ¿puedo hacerte una sugerencia?

—Sí, claro.

>Te recomiendo que visites el templo Fushimi Inari-taisha.

—¿Un templo? ¿Tiene algo especial?

>Para tu madre y para mí, sí. Nos encantaba visitarlo siempre que podíamos. Además, allí le pedí matrimonio.

Katsuki sonrió de manera melancólica y respondió:

—De acuerdo, tomaré tu sugerencia. ¿Alguna más?

>Te recomiendo que pruebes el kyo kaiseki.

—¿Qué es eso?

>Es una selección de los mejores platos de Kioto. Seguro que os gustará.

—Vale, lo tendré en cuenta.

Se hizo silencio por unos segundos y Masaru le dijo:

>Katsuki, tengo que irme a hacer actividades.

—Vale, pásalo bien; viejo.

>Gracias, hijo. Pásalo bien en tu luna de miel.

—Lo haré. Adiós.

>Adiós, Katsuki.

Finalizaron la llamada y el rubio cenizo se guardó su teléfono.

—¿Qué tal está tu padre? ¿Le pasaba algo grave?

—No, solamente quería saber qué tal había estado nuestro viaje y me ha dado recomendaciones.

—¿Ah, sí? ¿Cuales?

—Que visitemos el templo Fushimi Inari-taisha y que probemos un plato llamado kyo kaiseki.

—Ya veo... ¿Y seguiremos sus recomendaciones?

—Yo sí quiero, ¿y tú?

—Sí, estoy bien con eso. Especialmente si es con mi omega.—Dijo sonriéndole con ternura.

—I-idiota.—Dijo avergonzado desviando la mirada.

"Maldito Shōto. Siempre siendo tan jodidamente tierno."

—¿Hice algo malo, Katsu?

—No, no. Nada.

—¿De verdad?

—Sí, ahora; ¿qué te parece que visitemos el templo que te he dicho antes?

—Sí, vamos.

Entonces, continuaron caminando hasta encontrarse con una oficina de turismo, en la cual les informaron de que debían tomar un tren para llegar a dicho templo. Ellos estuvieron conformes y, tras salir, llamaron a un taxi que los llevase a la estación de trenes.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

El Tritón y El Pescador [TodoBaku] +Omegaverse+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora