Riesgo.

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***
Mientras tanto en la casa de Kyoka, Momo estaba intranquila pues no dejaba de pensar en su amigo Shōto.

—¿Te pasa algo, Yaoyorozu? Te noto nerviosa.

—Estoy preocupada por Todoroki-kun, me temo que algo malo le haya pasado.

La omega comprendía el sentir de la sirena, así que le dijo unas palabras para tranquilizarla:

—Ahora mi amigo Bakugou está trabajando y yo tengo que ir al instituto, así que; si quieres podemos ir a verlos a primera hora de la tarde.

La de cabello azabache se mostró conforme.

—Está bien, te un buen día; Jirou-san.—Dijo sonriéndole.

Ella le sonrió de vuelta y se despidió.

—¡Gracias, igualmente! ¡Nos vemos!

Jirou salió de su hogar y Momo decidió tomar uno de los libros de la humana pues ésta le había dicho el primer día que tenía su permiso para leerlos, cosa que le agradeció ya que así tendría con qué entretenerse en ausencia de su amiga.

***

Pasaron las horas y Katsuki vigilaba sus redes y las de los demás con el fin de obtener una buena pesca.

Intentaba concentrarse en su trabajo, sin embargo, era inevitable darse cuenta de la triste expresión que tenía en su cara. Tsunagu pensó que era su oportunidad para acercarse a él.

—Bakugou, ¿qué te sucede?—Le preguntó apoyando una mano sobre un hombro del omega.

—No es nada.—Respondió sin mirarlo.

Aquella respuesta no hizo que desistiera en su empeño por saber qué causaba tristeza en Katsuki.

—Yo no creo eso, te conozco y sé que no estarías así si no fuera algo importante.

El rubio cenizo se sorprendió al ver lo bien que su jefe le conocía.

—Es verdad que hay algo que me preocupa pero es personal.

—Podemos hablarlo en mi camarote, si quieres.

—No, no es necesario.

Tsunagu ya no sabía qué más hacer para convencerlo sin ser parecer un pesado.

—De acuerdo, si cambias de idea ya sabes dónde estoy...—Hakamata no tuvo más remedio que irse a regañadientes de allí dejando al omega solo.

Katsuki no le contestó sólo se mantuvo pensativo mirando al mar.

"¿Por qué tanta insistencia? Es muy raro, estoy seguro de que tiene intenciones ocultas."

Continuó revisando las redes hasta que Habrá, uno de sus compañeros; le pidió ayuda.

—¡Bakugou, te necesito aquí!

—¡Voy!

El rubio cenizo corrió hacia él y le ayudó a subir la red a cubierta para revisar la captura que habían obtenido.

—Está vez sí que obtuve una buena pesca.—Dijo Sero orgulloso.

—Eso debería ser lo normal, idiota.—Lo vergonzoso es pescar dos zapatillas y una botella.

—¡Eh! ¡Eso sólo ocurrió una vez!

—Sí, sí, lo que tú digas.—Ahora vamos a poner este pescado en los contenedores de hielo antes de que empiece a descomponerse.

Agarraron la pesca y entraron al barco hasta llegar a la parte de carga en la que se hallaban los contenedores.

Una vez que dejaron el pescado, volvieron a cubierta para continuar con su trabajo.

Katsuki dirigió su mirada hacia el horizonte y pensó en Shōto, a quien anhelaba con intensidad.

—Shōto... Vuelve pronto.—Susurró al viento, como si esperase que éste le diera el mensaje a su amado.

***
Finalmente llegó la tarde, Momo y Kyoka se presentaron en casa de Katsuki. La chica de cabello corto llamó al timbre para después esperar a que su amigo abriera la puerta.

—¿Orejas? ¿Cola de caballo? ¿Qué hacéis aquí?—Cuestionó sorprendido al verlas allí.

—Venimos para ver si va todo bien entre Todoroki y tú.—Dijo Jirou.

El rubio cenizo agachó la mirada por la sola mención de su alfa.

—Shōto no está aquí, los guardias de su maldito padre se lo llevaron.—Les dijo para, seguidamente, comenzar a llorar.

—Bakugou...—Susurró la omega, que no dudó en abrazar al de ojos carmesí.

Yaoyorozu se sintió peor al saber que su temor había resultado cierto: Su amigo había sido llevado de vuelta al mar.

—¿Hace cuánto tiempo se lo llevaron?—Le preguntó Kyoka.

—Han pasado tres días desde que se fue y yo estoy marcado por él, no sé cuánto tiempo podré soportar su ausencia. 

Ambas se alarmaron pues los omegas no aguataban sin su alfa demasiado tiempo, el máximo era una semana.

—Tengo que traerle el vuelta, la vida de Bakugou-san corre peligro.—Dijo Momo.—Prometo regresar lo más pronto posible.

Los dos amigos, que continuaban abrazados; miraron a la muchacha y asintieron.

—Ten cuidado, Yaoyorozu.—Le dijo Kyoka.

—No te preocupes, volveré a tu lado Jirou-san.

Jirou se sintió conmovida por las palabras de la alfa.

—De acuerdo, creo en ti.—Te estaremos esperando.

—Gracias por tu confianza, volveré pronto.

La de cabellos azabaches corrió hacia la playa, dispuesta a nadar sin descanso con el fin de llegar hasta su reino lo antes posible.

"Jirou-san, Bakugou-san, no os defraudaré."—Pensó sumergiéndose en el agua convirtiéndose así en sirena.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

El Tritón y El Pescador [TodoBaku] +Omegaverse+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora