Paseo relajado.

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***
Salieron a la calle y pudieron andar para que el omega pudiera relajarse por el bien de sus futuros hijos.

Su paseo era silencioso y tranquilo, todo iba bien hasta que a Shōto se le ocurrió una idea.

—Katsuki, ¿quieres que vayamos a visitar a Yaoyorozu y a Jirou?

—No, no me apetece ver a nadie ahora.

—Está bien, en otra ocasión entonces.

El bicolor comprendía que a su omega no tuviera ganas de socializar, así que no insistió.

"Creo que estaría bien irnos al bosque ahora, allí nadie nos molestará. Le preguntaré a Mi omega."

—Mi Katsuki; ¿quieres que demos un paseo por el bosque?

—¿Por el bosque? 

—Sí, casi siempre paseamos por la playa y creo que estaría bien cambiar; ¿no crees?

El rubio pensó que lo que decía su marido tenía sentido y se le hacía razonable.

—Sí, supongo...

Continuaron su caminata hasta que llegaron al bosque, en el cual la vegetación era bastante abundante y había flores muy bonitas. El de ojos rubí llegó a quedarse absorto ante aquel bello paisaje.

"Y pensar que, a pesar de que vivo aquí, hacía años que no pasaba por aquí..."

En ese instante recordó que el bosque era un lugar que solía frecuentar de niño con sus padres y amigos, sin embargo; cuando su madre falleció, había dejado de pasear por el bosque.

—Este lugar es muy bonito...—Comentó el omega.

—Sí, es muy bonito.—Cuando tengamos a nuestros hijos, los traeremos aquí.—Sugirió Shōto.

—Claro que los traeremos, los llevaremos a muchos lugares; a tantos como podamos.

El extritón le sonrió tiernamente y le acarició el rostro a su amado.

—Te amo, Katsuki.—Le dijo mirándolo directamente a los ojos.

El omega lo miró de la misma manera y le respondió:

—Y yo a ti.

Al conectar sus miradas no pudieron evitar acercar sus rostros para besarse.

—Shōto, gracias por estar conmigo. Me has animado mucho justo ahora.

—Soy tu marido y tu alfa destinado, es obvio que yo velaré por tu bien.

Katsuki abrazó al de ojos desiguales y lloró de la emoción. Se sentía muy afortunado por tener a aquel hombre que tenía a su lado.

Por su parte, el bicolor continuó con el abrazo durante un rato hasta que le preguntó a su omega:

—¿Seguimos con el paseo, Mi Katsuki?

—Sí, continuemos.

Se tomaron de la mano y echaron a andar de nuevo.

***

Tres días después de haber estado en coma, Keigo despertó y pudo ver a su esposo nada más abrir los ojos.

—¡Keigo...!—Exclamó acercándose al rubio tomando una de sus manos.

El susodicho miró fijamente a los ojos al de cabellos azabaches y le preguntó:

—Touya... ¿Y nuestros hijos? ¿Q-qué ha pasado con ellos?

El de ojos turquesa agachó la mirada e intentó aguantar sus ganas de llorar para darle la noticia a su amado.

—Mi querido omega, nuestros hijos...—Paró de hablar, contuvo la respiración y siguió comunicándole la noticia.—Ellos no pudieron sobrevivir a la hemorragia, l-lo siento...—Se disculpó el alfa empezando a llorar sin poder evitarlo.

El de ojos dorados no podía creerlo.

—No... No puede ser...—Dime que no es cierto, Touya, por favor.

Pero el de cabellos azabaches no era capaz de negárselo y eso rompió al rubio cenizo.

—¡Noooo! ¡Noooo!—Gritó comenzando a llorar histéricamente.

"Mis hijos... ¡Mis hijos! ¡¿Por qué ha pasado esto?!"

Los dos acabaron abrazándose y llorando por un buen rato, pues estaban destrozados. No había consuelo para ellos.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

El Tritón y El Pescador [TodoBaku] +Omegaverse+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora