El peor de los escenarios.

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***
Habían pasado los tres días que su padre debía pasar en el hospital, e iba a llevarlo de vuelta a casa, pero antes de irse; el médico y el psicólogo que evaluó a su padre, le recomendaron que lo llevase a un centro de terapia para gente con depresión.

Katsuki les había dicho que él no poseía el dinero suficiente como para permitirse internarle en uno. El médico y el psicólogo le dijeron que podía pedir plaza en un centro en que atendían  a personas de pocos recursos, por lo que no debía pagar nada. Le aseguraron que confirmación de la plaza le llegaría en un día o dos.

Bakugou aceptó y preguntó que debía hacer. Ambos le explicaron los trámites que debían hacer. Así que le proporcionaron los papeles que debía rellenar, para cuando terminó éstos le dijeron adonde debía llevarlos , entonces les dio las gracias y se marchó junto con su padre y Shōto.

Todo estuvo tranquilo y ya sólo quedaba un día para que el tritón se marchase.

"Sólo un día y es medio pescado se irá."—Pensó metiéndose en la ducha antes de ir a trabajar.

Y mientras se bañaba, comenzó a notar calor y humedad en cierta zona de su cuerpo.

—Mierda. No puede ser.

El omega estaba alterado pues tenía a un alfa en casa que podría entrar al baño en cualquier momento.

"Maldita sea, tengo que salir de aquí."

Agarró una toalla y abrió la puerta con sumo cuidado. Permaneció quieto unos segundos, tratando de asegurarse que Todoroki no estaba allí.

"Parece que no está."

Sin embargo, en cuanto puso un pie fuera del baño, vio a Shōto al otro lado de pasillo. Totalmente sonrojado y con una expresión de excitación en su rostro.

Al rubio cenizo no se le ocurrió otra cosa que salir corriendo hacia su dormitorio y echar rápidamente el pestillo.

—Uff...Menos mal...

Katsuki se sentía más tranquilo pero debía llamar a su jefe para avisarle de que estaría cuatro días sin poder ir a trabajar.

>Buenos días, ¿sucede algo, Bakugou?

—Sí, acabo de entrar en celo. Así que no podré ir a trabajar en cuatro días.

>Ah, ya veo. ¿Necesitas compañía? Puedo ir esta tarde.

—No.

Y colgó.

—Tchs, todos los alfas son iguales.—Se quejó dejando el teléfono.

De repente comenzó a escuchar golpes en su puerta.

—¡Katsuki, Katsuki! ¡Ábreme!—Gritaba Shōto desesperado.

—¡No! ¡Déjame en paz, ahora voy a tomar mis supresores!—Dijo abriendo uno de los cajones de la mesilla para sacar la caja que contenía la medicación.

A pesar de lo que le había dicho al tritón, éste estaba tan fuera de sí que continuó golpeando la puerta sin importarle que el padre de Bakugou se enterase del escándalo.

—¡Eso no va a funcionar conmigo! ¡Los tritones tenemos un sentido del olfato superior al de los humanos!

El de ojos rubí lo ignoró y tomó un supresor con algo de agua del vaso de la noche anterior. Esperó un poco para sentirse mejor y poder al menos ponerse ropa interior y su pijama.

Mas no podía pensar en dormir debido a que el bicolor no dejaba de insistir, además de que el olor de las feromonas del alfa eran cada vez más fuertes.

—¡Para! ¡Intenta controlarte!

—¡No puedo!—Gritó desesperado, pues todavía podía detectar el intenso y dulce aroma de Katsuki.

—¡Sí puedes! ¡Inténtalo!

—E-está bien.—Respondió desde el otro lado de la puerta.

"Al fin..."—Pensó Bakugou comenzando a relajarse un poco.

Shōto se sentó a lado de la puerta del dormitorio de Katsuki, pues no quería alejarse de él. La calma se había asentado y Masaru, quien claramente escuchó todo, salió de su habitación.

—Todoroki...¿Está todo bien...?

El aludido miró al beta, sintiéndose un poco avergonzado.

—S-sí, siento mucho el escándalo.

—De acuerdo...—No te preocupes, comprendo que a un alfa le resulte difícil contenerse frente a un omega y más siendo tan joven.

El bicolor sintió un poco de alivio aquella frase por parte del adulto ya que no quería que el beta tuviera una mala impresión de él.

—Gracias por entenderlo.—Respondió el tritón.

Masaru sólo le sonrió y se dirigió a la cocina para desayunar algo pues era evidente que su hijo no iba a poder hacerlo.

Y así transcurrieron las horas, con momentos de desesperación para el alfa, hasta que el omega no pudo soportarlo más y abrió la puerta de su dormitorio.

—Shōto...Entra...Por favor...—Le suplicó.

El tritón observó al humano y actuó sin pensar: Tomó al omega, cerró la puerta con fuerza y luego tumbó al rubio sobre la cama. Lo miró por unos segundos e inició un caliente beso con él.

—Katsuki...Espero que sepas que a partir de este momento, no pienso contenerme lo más mínimo.

—Lo sé, sólo...Hazlo...Te necesito dentro de mí...Alfa...

Todoroki ya no pensó más ni dijo nada, haría suyo al omega.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

Lemon muy pronto ;)

¡Espero que os haya gustado!

El Tritón y El Pescador [TodoBaku] +Omegaverse+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora