Ataque.

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***
Mientras que Shōto y Katsuki disfrutaban del inicio de su luna de miel, Keigo nadaba solo pero a la vez rodeado por algunos de su especie.

El tritón era tan distraído que no se había percatado de que Tomura y Himiko lo seguían.

"Esto es tan diferente al lugar en el que Touya y yo vivíamos..."—Pensaba maravillado.

—Ahora.—Le susurró Shigaraki a Toga.

La rubia sonrió de manera macabra y, tomando el diente de cachalote que llevaba siempre colgado al cuello, se acercó a toda velocidad hacia el omega para clavárselo en el abdomen.

—Esto es por haber estropeado la relación de Shigaraki y Dabi.—Dijo con la primera puñalada.

"¿Qué...?"

Entonces, debido a su aturdimiento; la  sirena volvió a asestarle en otro lado del abdomen, muy cerca de donde sus hijos se estaban gestando.

—¡No! ¡Mis bebés...!

—¡¿Bebés?! ¡¿Puedo sacártelos para que los veamos?!

—¡No! ¡Déjame!—Intentaba forcejear mas era inútil, estaba empezando a perder fuerza.

"No, no. ¡No puedo perderlos!"

En ese momento, el de cabellos celestes habló.

—¡¿Hijos?!—Cuestionó indignado.—¡Tiene que ser mentira!

La alfa quiso confirmárselo a su amigo, así que tocó el abdomen de Keigo.

—¡El abdomen está abultado! ¡Definitivamente tendrá bebés!

Al escuchar aquello, a Shigaraki le invadió la rabia.

—¡Sácalos de ahí! ¡Esos engendros no pueden nacer!

La orden del omega hizo que la rubia sonriera.

—Voy~

—¡No! ¡No lo permitiré!—Gritó tratando de resistirse.

Sin embargo, sus esfuerzos parecían en vano pues su fuerza estaba bastante diezmada debido al cuantioso sangrado que emergía de él.

"¡Maldición! ¡Voy a perder a mis hijos!"

Keigo se sentía desesperado, su estrés era ya muy elevado. Tanto que ya se sentía cada vez más mareado.

—Jejeje~—Voy a sacarlos~

—Date prisa.—Le ordenó Tomura.

—Sí~

Himiko ya iba a comenzar a abrir el abdomen del rubio pero alguien llegó para pararla.

—¡En el nombre del Rey Enji Todoroki, deténgase!

Era la voz de un alfa dominante, mucho más que ella. Algo que le molestaba en demasía.

—¡¿Quién eres?!—Gritó molesta girándose hacia el tritón.

Cuando lo hizo se topó con un chico joven, muy alto y corpulento. Era Inasa.

—Oh~ Así que eres un soldado de esa escoria... ¡Qué divertido! ¡Disfrutaré matándote!

Ella iba a atacarlo pero fue sorprendida por una ráfaga de viento, mezclado con agua; que la empujó lejos del omega al que estaba atacando. 

Entonces, habiéndola alejado, Yoarashi, se acercó a Keigo para socorrerlo.

—¡Todoroki-san!—Exclamó sujetándolo.

El mencionado se volteó lentamente para mirar al muchacho y decirle:

—I-Inasa... Llévame a...

—Sí, le llevaré al palacio. Pero antes intentaré cortar su hemorragia.

El tritón pidió que alguien le diera unas algas para poder taponar juntándolas junto con arena. 

—Aquí tiene, joven.—Dijo un beta ofreciéndole unas algas grandes.

—¡Muchas gracias!

Tomo las algas y las mezcló junto con arena.

—Ahora le llevaré a casa, sólo aguante. Por favor.—Le suplicó al omega.

Éste solamente acertó a asentir y, seguidamente, se lo llevó a palacio.

***

En el mundo humano, los recién casados habían recorrido más de la mitad del mercado y el omega ya comenzaba a cansarse.

"Mierda. Ya no aguanto igual estando embarazado. ¡Qué molesto!"

Katsuki no llevaba bien el hecho de tener limitaciones físicas pues nunca había tenido problemas con eso debido a que siempre se habían mantenido con un peso saludable.

—Shōto, busquemos un banco en el que sentarnos.

—Claro, vamos.—Dijo tomándolo de la mano.—¿Estás cansado, Katsuki?

—Un poco. Detesto estar embarazado, me canso más pronto y encima cada vez estoy más horrible.—Se lamentó.

—Kats... Ya hemos hablado de esto. Tú eres hermoso y no debes preocuparte por tu cansancio. Es normal, después del embarazo volverás a ser el mismo.

—Lo dudo. Tendré que amamantarlos y despertarme por las noches.

—No tienes por qué despertarte solamente tú. Yo también puedo atenderlos por las noches.

—No, tú trabajas. Así que no sería bueno que no durmieras adecuadamente.

—Los tritones podemos dormir pocas horas y estar tan frescos como los humanos durmiendo ocho horas.

El rubio cenizo no le creía del todo.

—No me lo creo.

—¿Por qué?

—Porque seguro que lo estás diciendo para hacerme sentir mejor.

El bicolor no sabía que excusa decirle ya, pues no quería que su amado lo notase.

—No, eso no es cierto.—Te estoy diciendo la verdad.

—Ya... Claro...

—Lo digo muy en serio, Katsuki. Pienso ayudarte.

Al oír eso, el de ojos carmesí sonrió.

—Gracias, Shōto.—Le agradeció para luego darle un beso.

El extritón se alegró por la muestra de cariño.

"Soy tan feliz."—Pensó mientras caminaba junto a su esposo hacia un banco que acababa de ver.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

El Tritón y El Pescador [TodoBaku] +Omegaverse+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora