Puntos claros

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Seokjin se encuentra evidentemente molesto, y es por este tipo de situaciones que siempre que sale con alguien lo hace mediante un acuerdo, ya que odia que un hombre, mucho menos un desconocido le trate de esa forma, y el hecho de haberle ofrecido dinero, no fue por dárselo a él, sino para costear lo que conlleva tener una relación, porque quiere buen sexo pero también salir a comer a un fino restaurante.

O quiere buen sexo en el mejor hotel de la ciudad a la que por trabajo le toque viajar.

Son, asuntos que Namjoon no entiende y eso le pasa por haberlo conocido de manera en teoría  “normal”, y para la cual no tiene ni una pizca de paciencia y solo fue un error del que ahora se lamenta.

Y no es como que la noche haya sido mala, de hecho cree que ningún hombre le ha tratado de manera tan dominante como él, sin embargo regresa a casa más tarde, y pretende quedarse con el simple recuerdo, tomando al chico como una aventura más en su vida, y otro intento fallido de no haber sido correspondido como desea.

Sin embargo dos días después se ve envuelto en una inesperada sorpresa, ya que mientras trabaja desde la sala, escucha el timbre sonar, y luego una de sus empleadas le informa que alguien le está buscando, así que se pone en pie sin imaginar que, esa visita es ese chico de cabellos platinos, que se encuentra firme y imponente en espera de buscarlo.

Es agradable si debe admitirlo, ya que se siente gustoso de volver a verlo, y una pisca de orgullo se sienta en su pecho al saber que ha regresado con la intención de buscarlo, o quizá si tiene suerte; para follarlo. Y no le importaría si es honesto, no obstante recuerda las palabras tan crueles que le dijo la última vez que estuvo aquí, así que se limita a agradecer a su empleada e indicar que Namjoon le acompañe en el sofá.

El mismo sofá dónde hace dos noches se lo folló.

—Buenas tardes, Namjoon. ¿Como estás?. ¿Qué haces aquí?—pregunta yendo directamente al punto, cruzando las piernas con elegancia, y viendo directamente a esos bonitos ojos claros que le ven retador, poniéndolo nervioso como la mierda, pero a su vez, obligándolo a sostener su mirada.

El menor también parece dispuesto a aclarar puntos.

—He venido a disculparme por como te hablé hace unos días.

Jinnie miente si dice que no está decepcionado de que no exprese nada más, sin embargo se obliga a sonreír con cortesía ante su evidente arrepentimiento.

—Descuida, puedo comprender lo que sucedió, y solo lamento haberte puesto en esa situación—incapaz de quedarse quieto, se pone en pie, caminando hacia el mini bar donde prosigue a servir dos copas de refresco, no deseando ofrecerle alcohol para evitar malos entendidos.—¿Gustas?.

Namjoon le acepta el vaso con Coca-Cola, y da un trago a la refrescante bebida antes de contestar.

—No hiciste nada malo. Yo fui un imbécil que no comprende lo que deseas, y francamente no sabe que has hecho al fijarte en él, pero..

Contiene el aliento, deseando escucharlo, pues aunque también quiere contradecir lo perfecto que es, necesita saber si tiene oportunidad para hacerlo.

—¿Pero..?—insiste bajito, con las mejillas sonrosadas, deseando en serio saber porque está aquí, y aunque para Namjoon parece ser difícil: logra expresarse.

—Me gustas..—acepta, sin mucho escándalo.—Y en serio quiero volver a verte, pero me gustaría que me expliques bien que es lo que quieres.

Jinnie siente su pecho cálido de solo escucharlo, increíblemente complacido con que Namjoon sea un hombre que a pesar de ser menor que él: sabe aceptar cuando se equivoca, y además desea saber cómo funciona un tema que no entiende, ya que eso lo hace más atractivo.

Inefable.© [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora