Rojo

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Tan embrutecido como se encuentra por haber regresado con su chiquillo, Jin ha podido tener un respiro de todo lo que lo agobia, concentrándose en disfrutar las sensaciones que está reconociendo con Namjoon a su lado, casi como si estuvieran de nuevo conociéndose, con los mismos nervios de cuando despertaban juntos en la cama en sus inicios, así como también los besos traviesos que de pronto se roban, haciendo que se sienta como un adolescente con su primer novio de secundaria.

Equilibrar el tiempo juntos incluso es más fácil cuando Namjoon arregla su horario para trabajar un poco desde casa, haciéndole compañía al tener que permanecer encerrado, lo cual aunque no es mucho, ya que tiene que partir todos los días a la galería por recién estar empezando a trabajar: ayuda a qué se sienta menos solo.

Entiende que no puede pedirle demasiado, que no puede volver a abrumarlo, y aunque no han hablado de lo que pasó, han sido dos días tranquilos en lo que lo puede disfrutarlo, no obstante toda la claridad que logró recuperar se opaca de manera dramática el miércoles por la tarde cuando las nubes se cubren no de oscuridad sino de pavor rojo que le indica que no debió acostumbrarse a la paz que tenía, no después de su pasado y las decisiones que ha tomado.

Sabe que afuera deberían haber dos guardias de seguridad con la suficiente experiencia como para no permitir que nadie más que la corta lista de sus cercanos pase, sin embargo no comprende como es que el timbre suena, y al abrir confiado en que será uno de sus amigos; se encuentra del otro lado a ese hombre que lo lastimó por tantos años.

El pánico es inmediato, y la vista se le nubla cuando Baekhyun le tapa la boca, impidiendo que grite por ayuda mientras le empuja hacia adentro, arrastrándolo dónde pueda someterlo.

—Hola cariño..—lo escucha hablar en su oído, mientras con la otra mano le recorre el abdomen de una manera asquerosa que lo hace querer llorar.

El pánico es aún más fuerte en su pecho, mientras se remueve contra su cuerpo, evitando que le controle pues después de todo no es ningún débil que no puede defenderse, y posee la fuerza necesaria para ahuyentarlo. Logra de hecho hacerlo retroceder de un empujón fuerte que le da ventaja para correr hacia las escaleras, no obstante este regresa y le toma del cabello, haciendo que grite de dolor porque es un tirón brusco que pretende hacerle daño.

—¡No me toques!—exige entre llanto, prefiriendo llevarse lo que sea menos más agresiones de su parte.—¡No te atrevas. Suéltame!.

Baekhyun le da la vuelta, apresando ahora su cadera con una de sus gruesas manos, y con la otra sosteniendo su cuello, apretando lo justo para hacerle daño pero no estrangularlo.

—Eres mío, Jin. No podría hacerte daño. Por favor hablemos.

El abogado niega, mientras las lágrimas bajan por sus mejillas, sintiéndose indefenso ante su maltrato, pero no deseando quedarse a saber que puede hacerle ahora que está solo en el lugar.

—¡No te pertenezco. No soy una cosa!.

El fuego arde en los ojos azules de su ex novio y el agarre que sostiene contra él se hace más fuerte.

—¿¡Por qué te niegas?—está demasiado molesto.— ¿¡Por él!?.

La sola mención de Namjoon hace que quiera correr a sus brazos, y lamente que haya tenido que marcharse a trabajar temprano.—No lo menciones, él no tiene nada que ver con esto.

Sus palabras solo logran que Baekhyun enfurezca y le aprese del cuello.

—¿¡Que mierda dices!? —ejerce la presión necesaria para dominarlo.—Estás equivocado si piensas que dejaré que te folle.

—No te pertenezco. Puedo hacer lo que desee.

—Eres mío, maldita sea.

—Vete a la mierda—logra empujarlo otra vez con sus delgadas manos, ahora más apabullado, hasta llegar al segundo piso donde planea encerrarse en su habitación.

no obstante Baekhyun lo detiene, atrapándolo de nuevo, tan jodidamente obsesionado con tenerlo que, Seokjin no cree poder librarse de eso.

—No huyas, bebé. Porque me obligarás a hacer algo que no quiero.

Está de puta coña.

—Siempre lo haces, me lastimas..

Los sollozos que salen de su boca solo provocan que Baekhyun enfurezca más y lo estampe contra la pared, apresándolo con fuerza, como cada vez que intenta controlarlo.

—Eres un mal agradecido—le gruñe de cerca, con sus respiraciones mezclándose de manera asquerosa.—Me entregué a ti como deseabas, acepté tus putas reglas y todo la mierda que traes encima solo para que me botes cuando mi vida se complicó y te revuelques con otro imbécil cada que quieres sexo.

Seokjin niega, atormentado por esas palabras que sabe que no son ciertas, porque no quiso dejarlo como si nada, fueron sus actitudes las que le infundieron el miedo de no desearlo a su lado.

—Me haces daño, por eso terminé contigo.

—¿Y tú eres un puto santo?—de un violento empujón retrocede solo para volverlo a chocar contra la pared, haciendo que la cabeza le duela demasiado, y el llanto incremente como la angustia en su pecho.—Eres tan desconsiderado, Jin.

—Ya déjame, por favor. Me estás lastimando.

Baekhyun niega, acercándose a lamer las lágrimas que se deslizan por su mandíbula, y dejando una mordida suave en su cuello, como un maldito lunático que disfruta de su dolor.

—A ti te gusta que te traten con dureza, ¿no?.

Seokjin niega, preso del pánico porque el hombre que alguna vez amó ahora utiliza sus puntos débiles para lastimarlo.

—No así, no contigo.

—¿Y con él si?.—lo está torturando, dejando lamidas por su rostro, mostrando la obsesión tan enferma que siente hacia él.—Quiero tenerte solo para mí, Jin. ¿Por qué no obedeces?—empuja la pelvis hacia su cadera, embistiendo su cuerpo sobre la ropa mientras desliza una mano por debajo de su camisa.—Necesito follarte otra vez.

—Por favor no lo hagas, no me toques..—solloza, impidiendo que sus labios lo besen porque ahora quiere meterle la lengua en la boca.

Es una jodida situación que por más que intenta superar siempre regresa, aunque haya tomado las precauciones necesarias, y no sabe como terminará esta vez que Baekhyun está molesto porque intentó frenarlo con una denuncia que no parece los suficientemente fuerte para alejarlo, y ahora se ve envuelto en una situación más para lastimarlo. Claro que es fuerte, puede quitárselo de encima con un golpe, pero eso desencadenaria más violencia, y Baekhyun es como una cucaracha que siempre regresa, y no puede arriesgarse a desatar un infierno ahora que arregló todo con su chiquillo.

Debe salir de ello solo, porque ya es momento de tomar un decisión definitiva para este asunto.

Piensa Seokjin, piensa.

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Inefable.© [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora