Acostumbrarse

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Namjoon pocas veces se ha sentido apegado a un amante, sin embargo no sabe que carajos le sucede al despertar otra vez con ese hombre de cabellos oscuros y anchos hombros, ya que, a no más sentirlo removerse: sus manos por instinto van a su cintura, buscando un poco de su calor, como si fuese un puto adolescente meloso que necesita atención.

Junto a esa maldita sonrisa que marca sus hoyuelos, y como sus labios traviesos besan ese cuello cubierto de piel porcelana, con pequeños lunares en ella, y el olor a lavanda viniendo de su cabello.

Dios, es que Jin es precioso.

Le cuesta dejarlo salir de la cama, sin embargo obedece ya que el mayor le dice, entre sonrisas bobas y un fingido tono serio que, tiene que ir a trabajar y por ende ambos deben levantarse. Así que veinte minutos después, Namjoon apenas se ha lavado los dientes y baja de la mano de su nuevo chico al primer piso donde los empleados ya les han servido el desayuno.

Tantas atenciones por supuesto son demasiado para un universitario de clase media que está acostumbrado a valerse por si mismo, no obstante se queda más tranquilo cuando Jin le informa que el personal solo está en la casa cinco días de la semana ya que los restantes los tienen libre y es él quien se encarga de la cocina, ya que, además le gusta, y solo tiene empleados para mantener el orden cuando no está, pues trabaja mucho fuera de casa.

—Puedes venir el sábado si quieres.—le dice una vez que han salido del lujoso apartamento, mientras va vestido con un exquisito traje que le hace ver espectacular, resaltando sus largas piernas y anchos hombros.

—Quiero—Namjoon con sus jeans casuales y su camiseta gris: opina, aún intimidado por su gran presencia más no lo suficiente para ser un cobarde receloso de su éxito.—¿Me llamarás?.

Parece un puto niño necesitado de atención, lo sabe, sin embargo es la primera vez que se encuentra saliendo con alguien evidentemente algunos años mayor que él, con una vida en orden, totalmente distinta a la suya, y no es lo mismo que salir con otro universitario, aún cuando quiera pensarlo, ya que sabe que las expectativas y disponibilidad de Jin son otras.

—Lo haré, ¿te llevo?—ya han llegado al estacionamiento y el precioso abogado parece alguien en serio bastante serio, casi frío, aunque deja notar tintes cálidos en sus ojos y le dirige una dulce sonrisa aún cuando debe tener prisa por marcharse al trabajo.

Namjoon niega para no verse tan pequeño.

—Traje mi motocicleta—ve el momento exacto en que Jin se emociona, como si le sorprendiera que tuviese su propio medio de transporte, lo cual le relaja un poco ya que, a menos puede no ser tan predecible e impresionarlo.

—Me encantan las motocicletas, ¿Puedo verla?.

El menor asiente y le señala hacia algunos metros de dónde están, dónde se encuentra la Harley 2016 que compró hace algunos años y la que aún mantiene en buen estado, con su precioso color negro llamativo y sus espejos retrovisores relucientes. Lo cual parece gustarle ya que Jin silva complacido, haciéndolo sentir importante.

—Me encanta—repite, ahora colgándose de sus hombros, para dejar un cálido beso a sus labios.—Y quiero que un día me des un paseo, ¿De acuerdo?.

Namjoon asiente embelesado, como un niño, pobre y tonto niño tonto cayendo rendido ante el más adulto.

—De acuerdo—se deja besar una última vez antes de ayudarle a subir al auto, y regalarle una dulce sonrisa.—Nos vemos luego, hyung.

—Nos vemos, Nam..

🍷🍷🍷
 

Más tarde, después de dar una parada en la habitación de la fraternidad para ducharse, tomar su mochila y algo de dinero; Namjoon regresa a carretera para conducir a la universidad, aún pensando que, se debe acostumbrar a la vida que Jin a menos de momento le promete ya que, no es cualquier hombre, y no por su dinero, sino por el control que ejerce y ese estúpido contrato que se empeña en mantener. Pasa sus clases de hecho pensando en la razón de tenerlo, llegando a la pequeña conclusión que quizá sea un chiste privado entre los abogados manejar su vida así, lo cual termina siendo chistoso ya que..

¿Qué hará un abogado con un historiador?.

Namjoon está cursando su tercer y último año de Historia y Artes en la universidad estatal de Seúl, siendo uno de los mejores de su clase, tomando ventaja de su inteligencia y dominio de idiomas. Siempre tan curioso y con ganas de aprender sobre lo que le rodea no solo nacional sino internacionalmente, trabajando por las tardes en una pequeña academia en el centro donde da clases y tutorías de álgebra, otro talento que tiene gracias a ser muy bueno con los números y ecuaciones.

Es pues un hombre poderoso a sus veintitrés años, sin embargo con la última aventura de su vida se comienza a cuestionar si realmente está a la altura, volviendo a ser un tonto adolecente que cree, debe mejorar para gustarle a los demás.

Jungkook se lo encuentra saliendo de la academia, localizándolo turbado en miles de pensamientos, casi burlándose en su cara pues asegura que, esa expresión solo la tiene alguien que está metido en líos de faldas.

—Si es eso, pero no me jodas—Namjoon le dice, siendo demasiado caballeroso como para exponer la relación intimida que está comenzando a compartir con el abogado.—Conocí un chico, que realmente me está volviendo loco. Es todo.

Jungkook le sonríe burlesco, con esa pisca de orgullo en sus grandes ojos ya que, años de amistad le han permitido admirar al hombre de cabellos platinos, que fue su mentor cuando se preparó para las rondas de exámenes finales en el colegio.

—¿Tú, embobado?—mas sabe que no es un tipo que caiga fácilmente en enredos amorosos, sobre todo porque le aburren las niñerías, y que estén siempre invadiendo su espacio.—Me cuesta creerlo.

Namjoon gruñe, subiéndose a su motocicleta, para después colocarse el casco y indicarle que suba.

—Vete a la mierda Koo, y apresúrate que tengo pendientes en casa.

El día ha sido agotado, así que, tras llegar a la fraternidad junto a su pequeño amigo, ambos se preparan algo de cenar y suben a sus habitaciones después conversar sobre otros temas alejados al principal ya que, Namjoon dejó claro no desear tocarlo más, demasiado turbado por el rumbo de las cosas como para poderlo conversar, sin embargo al caer la noche, y con una sonrisa en los labios que marca sus hoyuelos solo puede llegar a la conclusión que, simplemente se debe acostumbrar a la oportunidad nueva que ha llegado a su vida, y ver que sale de lo que con Jin pueda experimentar.

Después de todo lo vivido no ha sido tan malo y le llena de expectativas saber que más pueden hacer el abogado y él cuando tengan un loco más de familiaridad.

Bajo ese contexto toma el móvil un tanto desconcertado, jamás acostumbrado a hacer este tipo de escenas que en el pasado aborreció y ahora solo le inspiran por mero instinto, al escribir un texto para él.

Soy un tonto chico que apenas a dejado de ser niño pero que esta noche espera soñar contigo ya que no he dejado de pensarte.

A sonado cursi, y quiere darse de bruces contra la pared, sin embargo pronto recibe una respuesta, la cual es suficiente como para dejar pasar la vergüenza, pues Jin parece estar igual, y de pronto son casi dos tontos niños intercambiando mensajes por chat.

 
Yo tampoco puedo dejar de pensar en ti, chico de la motocicleta, pero me consuela saber que te veré pronto. Por favor no te metas en problemas y se un buen chico para hyung. Sabré como recompensar.

Estoy ansioso. Sé que así será. Buenas noches, Jin hyung.

Buenas noches, Nam.

***

¡NO OLVIDES VOTAR!.

Stream My Universe, hermanas.

Inefable.© [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora