Un daddy inusual.

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Seúl Corea.

Abril de 2021.

El abogado choca su copa contra la mesa sintiendo el alcohol atravesar su cuerpo, siendo un afrodisíaco potente al momento de llevar meses sin contacto sexual, y estar solo en su apartamento, no obstante masturbarse no es algo que le atraiga, así que una vez más se contiene, ya realmente harto de estar solo cuando desea que alguien lo someta contra la mesa. Casi por un momento deseando volver con su último amante, pero recordando la manera en que todo acabó pues se aburrió fácil de él que no fue capaz de hacerlo explotar de placer como tanto venía esperando.

Por ende ha venido a buscar un polvo al lugar menos indicado, olvidando en casa a propósito su placa de derecho, y también los trajes caros y excéntricos que solo dan una idea equivocada de él porque es una máquina de poder en los juzgados, siempre intimidante y dispuesto a ganar, pero en la cama prefiere sollozar pidiendo que lo follen y sometan a profundidad, así que esas cosas no le sirven de mucho al momento de buscar un amante que lo joda como son sus gustos.

Si, Kim Seokjin es un daddy inusual que busca quien se lo folle pero también a quien pueda manejar.

Y ya tiene a su próximo dulce chico de azúcar pues en el bar donde se encuentra ha llamado la atención de un hombre apuesto de piel morena y llamativo cabello plateado, que pronto se acerca a él gracias a que Seokjin se ha encargado de ofrecerle miradas traviesas que lo han invitado a venir.

Pero es el cielo cuando lo tiene de frente ya que no solo es una cara bonita, sino brazos anchos, y sonrisa cuadrada junto a dos par de hoyuelos que le fascinan de inmediato.

—Creí que no vendrías..—le dice provocador, casi retándolo a marcharse cuál cobarde, no obstante Namjoon se sienta a su lado, evidentemente captando sus indirectas.

—Has estado coqueteando conmigo desde que cruzamos miradas. Sería un idiota si no te invito un trago.

Su voz es gruesa, y posee un tinte poderoso que hace que el mayor cruce las piernas anticipando que más podría ordenarle, demasiado traumado con su fetiche como para poder ser un chico normal ante otro.

—Me gusta el martini, así que si me dices tu nombre puedo aceptar uno.

El desconocido sonríe, para pronto llamar al mesero y pedir dos bebidas, también dejando claro que le gusta como se ve en esos jeans casuales y camiseta azul, casi creyéndolo un inocente chico con quién tontear un momento.

Oh, que tan equivocado está.

—Soy Namjoon—se presenta mientras ambos ven como preparan sus tragos, logrando que Jin asienta y roce sus rodillas.

—Soy Jin..

El menor una vez más capta su indirecta, sintiéndose fascinado ante su travieso coqueteo, más que excitado por sus bonitos rasgos junto a esa magia sexual que posee encima, y está a punto de decir algo cuando Jin lo detiene.

—Seré claro—su tono siendo caprichoso pero imposiblemente seductor, mientras acepta su trago y le da un sorbo sin dejar de verlo a los ojos antes de efectivamente ser directo y exponer lo que le interesa.—Si te he coqueteado toda la noche es porque me has gustado y quiero que me folles, y acabes en mi cama al final del ocaso si me lo permites, claro.

Namjoon abre los ojos asombrado por su evidente cinismo, más no negará que le excita a sobre manera estar tratando con un hombre adulto capaz de exponer sus puntos al grado de saltarse las formalidades y pidiendo ser follado como único recurso.

Por ende sonríe, mostrando sus hoyuelos, sintiéndose halagado y imposiblemente cuerdo como para poder rechazarlo.

E incluso, entra a su juego metiéndole la mano en el cabello con violencia, para acercarlo a su cuerpo y tenerlo más cerca, logrando que el mayor gima complacido mientras se deja tomar del cuello y espera atento una respuesta.

Demasiado complacido con ser dominado aún cuando no lo está conociendo de la manera en que conoce a sus otros chicos.

—Muy bien, luz. Termina tu trago que te follare esta noche como tanto me pides—lo escucha ordenarle, y como cerecita al pastel deja un fugaz beso en sus labios, para tentarlo pues lo deja deseando subirse ya a su regazo, casi haciendo que olvide que están en un lugar público.

No obstante Jin asiente, tomando de un solo su trago mientras Namjoon hace lo mismo, y marcan una distancia prudente el uno del otro, para finalmente ser el mayor quien se ponga de pie y deje un par de billetes en la mesa, logrando que Namjoon le vea de pronto incómodo, y alegue.

—Yo te estaba invitando.

Jin cree que hay cosas más importantes que hablar que, quien paga la cuenta, así que gira, tomándolo de la mano para sacarlo del lugar pues no puede esperar a que se lo folle ya.

—Por un momento olvida todo, Namjoon. Porque esta noche eres mío y no sabes en qué te has metido. Así que sígueme y no preguntes más.

***

¡NO OLVIDES VOTAR!.

Inefable.© [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora