¿Sabotear?

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El malestar de lo desconocido se instala en su pecho, así como de pronto se siente más frío físicamente, sin embargo se enfoca en ignorarlo mientras recibe la cercanía de Namjoon a su lado, quien, aunque se ha subido apresuradamente al auto, a menos ya está en su asiento, y prefiriendo acompañarlo en lugar de quedarse con el desconocido.

Jin da un último vistazo hacia el hombre mientras pone en marcha el auto y no puede evitar preguntar.

—¿Quién es?—el intruso luce molesto, y desvía la mirada cuando Namjoon se ha acercado a besarlo.

Jin recibe el contacto muy pendiente de las chispas de inquietud en la situación para después concentrarse en manejar fuera de esa calle.

—Era un amigo—Namjoon le responde, y no es posible que en serio piense que le creerá.

—No parecía uno.—susurra bajito, sin quitar la mirada de la carretera, sin embargo el menor es muy astuto porque casi de inmediato toma el control de la situación.

Se ha dado cuenta del regalo que tenía para él y lo sostiene con curiosidad, desviando la atención del asunto hacia ello.

—¿Es para mí?.

El abogado aprieta los labios no contento con el cambio de tema, pero sabiendo que esto también es importante así que por un momento le permite tal alteración.

—Lo es..—sonrie genuinamente antes de explicar.—Fui a una tienda, pensé en ti y me gustaría que los aceptaras.

Namjoon no está sonriendo pero tampoco se ha negado, parece estar asimilando el pequeño regalo, o las implicaciones de aceptarlo. Aunque, afortunadamente no toma un mal lado, y tampoco hace un berrinche estúpido con el asunto del dinero.

—Parecen costosos, gracias—solo comenta bajito.—Los disfrutaré. Me gusta el chocolate, creo que ya lo has notado.

El mayor sonríe, satisfecho por haber pasado la prueba ya que quizá más adelante pueda regalarle algo más, y una vez cerrado el asunto vuelve a lo obvio.

—¿De que hablabas con tu amigo?—no quiere sonar celoso pero madre mía, el pecho le late inquieto ante la escena anterior y necesita la serenidad que solo él le puede ofrecerle.

Afortunadamente Namjoon se ríe, medio sereno, medio aprovechando la situación, y se inclina para besar su cuello, mientras una de sus manos se desliza sobre su muslo sin respetar que está conduciendo y podría chocar.

—No hablamos nada importante, amor. Pierde cuidado por favor—le dice, aún sin apartarse.

Jin cierra los ojos al sentir esos labios recorriendo la piel sensible de su cuello, demasiado encantado pues el maldito mocoso sabe cómo controlarlo, y además está tan atractivo como siempre, con su piel morena pareciendo besada por el sol, su cabello platino hacia atrás, y sus ojitos brillando con cinismo en su dirección.

—Maldito malcriado, regresa a tu lugar y ponte el cinturón. Deja de ser tan desvergonzado—le regaña, haciéndolo reír pues está sonrosado debido a la cercanía y Namjoon sabe lo que provoca en él.

—Mira que bonito te ves cuando te pones celoso.

—No estoy celoso. No seas insolente y déjame manejar que podemos tener un accidente.

Namjoon no obedece sin antes dejar otro beso travieso en su cuello y otro más a su mejilla, casi en la comisura de su boca, mientras desliza aún más la mano de su muslo a su entrepierna, apenas rozándolo para subir a su abdomen y terminar en su cuello, ejerciendo una deliciosa sensación que lo hace gemir y apretar el agarre en el volante.

Dios, que se van a matar si no lo deja manejar por estarlo tocando.

—Es un ex novio, lo admito—Namjoon aclara, aún con el agarre en su cuello que no le lastima, sino que, le incita a prestar atención.—No significa nada para mí y me lo encontré por casualidad. No me importa como tú, y no tienes nada de que preocuparte.

—Bebé estoy manejando—le suplica, derretido por su tacto, y shockeado por el dato.—Tengo que estar en tierra otra vez para que me sueltes esa información.

El menor está casi hincado sobre el asiento, más concentrado en torturar su cuerpo que en otra cosa, sin embargo obedece, decidiendo que realmente no puede distraerle cuando está manejando.

Sube la mano de su cuello a sus labios en una caricia tímida, sin vulgaridad o presunción antes de soltarlo, pues sabe que está tocando el ser más precioso del planeta y el tacto hacia su piel debe ser el más delicado que se pueda permitir.

—No es información importante—repite, por fin retirando la mano de su rostro y de su cuerpo en general para volver a su asiento.—Nos encontramos por casualidad, por eso me despedí rápidamente. Tú y yo venimos de tener unos días pesados.. no quiero que le prestes atención—está ahora con la mirada enfocada en la caja de chocolates mientras sus manos abren uno y lo parte en dos pedacitos para darle uno en la boca con cuidado.—No te debes preocupar.

Más tranquilo el abogado se deja alimentar con el dulce, y sonríe para él pues realmente está siendo honesto y eso es algo que siempre le va agradecer.

—Pues el intruso solo era sonrisas y coqueteo para ti.

Namjoon niega, mientras mastica el dulce y cierra los ojos de placer por el sabor a chocolate antes de contestar.

—Quizá aún le guste, ¿Pero a quien no?.

Aluce su increíble físico y personalidad, lo cual no está equivocado. Es un hombre atractivo como el infierno y olvidarle sería imposible, aún así Jin no está dispuesto a compartirlo.

—Eres muy guapo, y un increíble chico, pero eres mío, Namjoon. No se te olvide, porque soy muy celoso y no me gusta compartir lo que me pertenece.

El chiquillo se ríe cohibido, aunque sin querer crear un conflicto.

—Tuyo—le concede, aún en tono bajo para no crear una discusión.—Te aseguro que nada está pasando, por favor no nos saboteemos.

Sabotear.

Jin realmente se queda pensando un par de segundos en como todos, incluso él mismo piensan que algo malo pasará, lo cual es muy grosero teniendo en cuenta el tipo de personas que son, y la relación que con tantos esfuerzos están empezando a sostener.

—Lo siento—admite más tarde, mientras estaciona frente a un bonito restaurante en el cual pasarán la cena.—Tienes razón, me estoy saboteando con toda esta mierda y si dices que no es importante te voy a creer.

Aprovechando que están estacionados Namjoon se gira, acercándose de nuevo a su cuerpo para tomarlo de la mandíbula y darle un beso en los labios.

—Me gustas tú, cielo. Por favor no lo arruinemos.

Arruinemos..

Namjoon en serio lo está intentando y no le echa toda la culpa encima.

—No lo haremos—el mayor le concede, sonriendo hacia él antes de dejarse besar de nuevo para luego proponer.—¿Entramos?.

Este restaurante es más caro, más los lugares a los que está acostumbrado y desea mostrarle, sin embargo siempre quiere estar seguro si el chico desea acompañarlo, por lo que, espera atento su respuesta, sintiéndose complacido cuando el apuesto chico asiente, porque si, verdaderamente lo está intentando y es de muy mal gusto pensar lo contrario, ya que Namjoon no parece guardarle secretos...

no a menos tan escabrosos como los suyos.


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Inefable.© [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora