Otoño 🍁

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Cuando el otoño llegó, trayendo consigo aire más frío, e incluso llevándose las preocupaciones Jin sonrió mientras realizó la compra más codiciosa de su vida y también la más arriesgada, no por su valor, o su contexto, sino porque cada vez le ofrece más a ese chiquillo con quién mantiene una intransigente relación y aunque lo hace con buena intención sabe que puede sentirse retraído, no obstante se empeña en no renegar por la atención.

Han pasado por tanto estos últimos meses que disfrutar el primer cumpleaños junto a él es algo especial.

—¡Es un jodido microscopio!—Namjoon grita eufórico, más feliz de lo que creyó a pesar de que su regalo es más caro que otros que ya le ha dado.

—Feliz cumpleaños, amor..—le dice, dándole un abrazo, totalmente agradecido de que haya reaccionado de buena manera ante un gesto totalmente desinteresado.

Y es que al abogado no le importó gastar efectivamente mucho dinero en un artefacto tan exuberante pues sabía que debido a la carrera del chiquillo y a sus aficiones respecto a la historia, y ciencia; le gustaría. Por lo que, Dios, ahora que lo ve sonreír de gusto sabe que ha merecido la pena.

—Voy a ponerlo en mi escritorio, y haré mis laboratorios desde casa—lo escucha decir una vez que se recupera del shock inicial y se acerca para darle un beso que le sabe a gloria..—gracias, me encanta.

Jin se sonrosa ante su intensa mirada y encoge los hombros como si no pasara nada ya que en serio no le importó comprar algo tan caro solo por su cumpleaños.

—Es tu día, Nam. Quiero que disfrutes y la pases muy bien.

El menor le sonríe, dando otro beso a sus labios antes de asegurarle.

—Si estás a mi lado claro que lo haré, luz.

Jungkook y los demás han organizado una pequeña-no tanto- fiesta en la fraternidad, con algunos compañeros de clase y amigos externos de Namjoon, logrando que su cumpleaños se celebre primero con un asado y luego con mucha cerveza y baile durante toda la noche, sin embargo y aunque el chico parece ser muy popular entre los invitados; no se separa de Jin en ningún momento y lo saca a bailar en varias ocasiones, haciendo que recuerde los años en que era aún más joven.

Es.. precioso, y el abogado no puede creer como casi lo arruinan hace un par de meses, porque de no haber confiado una vez más en su chiquillo; no estaría sonriendo como lo está ahora, y no recibiría el otoño a su lado.




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Tiene veinticuatro años ahora y Namjoon despierta con dolor de cabeza por el alcohol que bebió la noche anterior y la resaca que esto le dejó, sin embargo puede sonreír ya que no solo su día de cumpleaños fue especial sino que lo pudo pasar con ese hombre al que ha aprendido a entregarle el corazón.

Jin duerme a su lado en la pequeña habitación que reside sin importarle que está acostumbrado a lugares mejores o que está rodeado de chicos menores que él, porque está enamorado y eso es más importante que cualquier vanidad, así que lo agradece, y es por ello que también se esfuerza en que su condición social y su dinero no afecten la manera en que lo ve, siendo capaz de aceptar los regalos exuberantes que siempre le da, aún cuando estos sobrepasan lo que en años jamás ahorrará.

Están juntos hace más de seis meses, y el abogado le ha regalado libros de primera edición, pinceles tallados a mano, acuarelas originales y de exquisita calidad, entre otras cosas que, honestamente no podría pagar, no obstante no es un imbécil para renegar de tan costosas atenciones, y de gozar una excelente condición a su lado, porque sabe que eso no es lo primordial.

—Maldita sea, me duele la cabeza..—Jin se queja, removiéndose en sus brazos, aún cuando la cama parece ser pequeña para ambos.

—¿Quieres una píldora, amor?.

Namjoon no espera una respuesta cuando ya se está levantando y le sirve un vaso con agua junto a dos analgésicos para que su malestar baje, y es que el abogado también bebió demasiado ayer, habiendo sido tolerante a la cerveza aunque prefiere el whisky o el vino.

—Me la pasé increíble pero que horror de resaca. Vamos a buscar una sopa.

Aquí es donde hacen falta los lujos de su apartamento, en donde no solo cuentan con más espacio sino también con personal exclusivo que les sirvan en momentos como estos, sin embargo Namjoon se ríe, no haciendo de menos lo que puede ofrecerle y se levanta dispuesto a complacerlo.

—Pediré servicio a domicilio mientras te das un baño, ¿Te parece?.

No debe siquiera preguntar ya que Jin le sonríe asintiendo, pues pese a todo no tiene ningún problema en quedarse en un lugar tan pequeño y con menos lujos porque lo hace para estar con él, ignorando que esos gestos son los que, eventualmente lo destruirá.

***

¡NO OLVIDES VOTAR!.

Se acabó lo bonito, vamos al golpe final.


Nota: no tengo ni puta idea como tomé esta historia que en un principio era sexo y diversión para ponerle un drama intenso, y de suma importancia social. He perdido lectores incluso por eso, pero no me importa porque al fin y al cabo escribo para mí misma y es lo que deseo para esta obra.

Inefable.© [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora