Chocolate

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El viernes por la tarde Namjoon está despidiendo a su alumno, a quien le imparte álgebra II nivel, cuando al salir se encuentra con ese hombre de cabellos oscuros y ojos pardos, recostado sobre el capó de su auto, esperando a que salga, lo cual es una increíble y bonita sorpresa ya que no se lo esperaba y verlo siempre es un placer.

No puede evitar que una sonrisa se deslice en sus labios, intuyendo que obviamente ha venido por él, lo cual también le causa una pisca de orgullo en el pecho, y al tenerlo de frente le toma de la cintura para acercarlo y darle un cálido beso como saludo que hace que sus cuerpos encajen a la perfección, con Seokjin subiendo las manos a su cuello, encantado con saberse tan bien recibido mientras el menor le saluda como corresponde, dando además toquecitos suaves a sus labios, como si fuese la cosa más delicada del universo, haciéndolo sonreír, y que se encoja de placer en sus brazos como un niño consentido y no un abogado prestigioso ante un caso.

—Es agradable verte..—le dice, cuando se ha separado, acariciando sus mejillas, lo cual hace que Jin se sonrose antes de contestar.

con los ojitos chispeantes de felicidad, y el avasallante calor en su rostro.

—Quería verte, y invitarte a cenar. ¿Puedes?.

La palabra invitar duele un poquito en el frágil orgullo de Namjoon, sin embargo atractivo y valioso es el hombre que reconoce esas actitudes machistas y las decide cambiar, porque sabe que es necesario para conservar su relación y cambiar como persona.

Además asiente, intentando que su sonrisa sea sincera pese al inevitable sentimiento de incomodidad, y concentrándose en lo bonito que luce su abogado hoy, con los pantalones negros siempre ajustados a sus esbeltas piernas, y una camisa de lino azul, sin corbata, que lo hace ver espectacular. Sus hombros anchos resaltando como un puto Dios que reclama el lugar que le pertenece en el mundo.

—Vamos..

Algunos minutos después el abogado Kim lo ha llevado a un restaurante con temática casi victoriana, con la mayoría de decoración de cristal, y las paredes en un sutil tono clásico, sin perder la elegancia y la exquisita clase que supone: debe ser lo escencial. Además se muestra animado, disfrutando de la comida y haciendo bromitas de que se pedirá un postre, ya que en sus propias palabras lo merecen y siempre pueden hacer ejercicio después para bajar las calorías. De ese tipo de ejercicio, si.

Sin embargo y aunque la velada es magnífica, con Namjoon coqueteando hacia él, y dejando las tonterías de lado al sentirse un poco extraño en un sitio tan caro, Jin parece guardar una intención, como si lo estuviese preparando para darle algún golpe que quizá no le duela pero si le molestará.

Es un hombre encantador, tan dulce y bonito que su sonrisa ilumina el lugar, y sus gestos tan espontáneos, mientras inconscientemente lanza besos, estirando sus pomposos labios después de una frase coqueta: hacen que Namjoon olvide lo demás, concentrado en su presencia, en lo que hace. Realmente embrujado con su voz, su tono suave, y además la manera tan exquisita en que las palabras correctas o alguna tontería escapan de sus labios.

—Por favor prueba el chocolate, lo pedí para ti también..—está inclinado desde su asiento para darle un bocado de su cuchara, encantado con el postre que pidió después de cenar, asi que Namjoon no se niega y abre la boca, dejando que le dé de comer el dulce chocolate que tanto parece gustarle.

—Sabe delicioso.

Seokjin le mira, complacido con su compañía, intentando acabar el platillo entre los dos, siendo el hombre perfecto con quién cenar aunque guarde secretos y traiga contratos encima. Hasta que, planea su siguiente golpe intentando que no duela tanto a su orgullo que sabe, está intentando dejar atrás.

—Tengo que salir un par de días fuera de la ciudad y no podré verte—comenta bajito, esperando no dañar el ambiente, y aunque Namjoon se queda pensando a menos no reacciona tan bruto como en otro momento haría.

Recuerda vagamente que, ya le había comentado que suele viajar mucho por trabajo, sin embargo no creyó que fuera tan pronto.

Asiente, intentando ser comprensivo.

—¿A dónde irás?—toma, con su propia mano, otra cucharada del chocolate que con la noticia le sabe un poco amargo pero sirve como un potente amortiguador para no renegar.

—A Incheon—Jin contesta bajito.—Tengo una reunión con algunos socios sobre un caso gubernamental.

El menor asiente, notando con admiración la gravedad y altura del trabajo de su amante, por supuesto no queriendo ser un problema para él.

—¿Cuándo regresas?.

Seokjin sonríe, de pronto con una oscuridad traviesa en su mirada, haciendo que Namjoon tema por su respuesta.

Por supuesto el maldito abogado tiene un truco bajo la manga.—No tengo horario definido pero aproximadamente me tardaré hasta el lunes.

El peliplatino asiente una vez más, no sabiendo que decir, haciendo que Jin de nuevo hable, y suelte el siguiente desafío en su relación.

—¿Por que no vienes conmigo?.

Debió sospecharlo, sin embargo tiene que ser una puta broma que el mayor quiera llevarlo cuando desde un principio dejó claro que no quería ese detalle para ser exactos, aún cuando está intentando dejar de ser un idiota machista porque esto es un eslabón que quizá no pueda saltar.

Maldito sea Jin que lo hace cuestionarse sobre cada cosa entre los dos.

***

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Inefable.© [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora