DIECISIETE

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Y ahí estaba otra vez, queriéndose hundir en el asiento del coche mientras el silencio reinaba entre ambos.

Jongho ya había perdido la cuenta de todas  las veces que se había sentido nervioso o incómodo por cualquier cosa, y más cuando metía la pata en algo con Yunho.

Estaba maldiciendo a Wooyoung en esos momentos.

Quería decir que lo dicho en el supermercado ya no era cierto, que hace rato había dejado de lado esos pensamientos, y que incluso teniendo la oportunidad de regresar a casa antes de tiempo igual no quería hacerlo, quería seguir en la casa de los Jeong.

—Me llamó tu mamá —dijo de la nada el mayor mientras se detenía en la fila del semáforo.

—Y... ¿qué te dijo?

—Dijo que se iba a demorar un poco más en volver porqué decidieron ir a Paris —informó—, pero me dijo que no era necesario que te quedaras mucho más en casa, así que supongo que dentro de poco ya puedes regresar.

—¿Por qué dijo eso? Se supone que debo quedarme hasta que ellos regresen —espetó rápidamente, prácticamente negándose a volver a su casa. Realmente no quería.

—Le dije que ya estabas bien —admitió Yunho mientras volvía a poner en marcha el vehículo—, si resulta que te fue bien en tu examen de física, entonces creo que...

—No.

—¿No qué? —preguntó dándole una rápida mirada, una pequeña sonrisa asomándose.

—Que no quiero regresar... no todavía.

—La verdad, no te entiendo de nada, Jongho —admitió en un suspiro de derrota—, querías irte lo antes posible, y ahora no quieres. En serio, que mocoso más complicado.

—Deja de decirme mocoso.

—Eres un mocoso para mi —dijo sonriendo divertido. Le encantaba molestar a Jongho.

—¡Agh! —bufó por lo bajo mientras se cruzaba de brazos, pero no duró mucho con el fastidio porque enseguida pensó en algo que lo hizo mirar de reojo al pelinegro—. Hyung.

—¿Qué?

—¿Te gusta Wooyoung?

—No —respondió al instante, tan seguro que el pelirrojo retuvo apenas su sonrisa de alegría—, no me gustan los menores.

—¿Qué? ¿Por qué no? —exclamó casi enfadado. Cuando vio que el mayor sonrió de lado, no evitó sonrojarse. ¿Por qué era tan impulsivo? Debería quedarse callado—, d-digo... ¿a qué se debe eso?

—Jongho, sólo bromeo. No me gusta tu amigo porqué no es de mi tipo, sólo eso.

—Y... ¿cuál es tu tipo? —preguntó bajando la mirada mientras jugaba con el cinturón de seguridad.

—No lo tengo definido, si sólo me gusta está bien para mi —informó mientras estacionaba en la entrada de la casa.

Ambos bajaron y enseguida fueron al maletero para sacar las bolsas.

—Hyung... lo que dijo Wooyoung hoy...

—No importa, no estoy ofendido. No me extraña viniendo de tí —dijo despreocupado, sin darse cuenta que Jongho detuvo sus movimientos para mirarlo con reproche.

—¿Por qué tienes que ser así? Estoy intentando disculparme, y es difícil, podrías sólo decir que me disculpas —espetó enfadado—, y no hacerme sentir peor.

Yunho lo miró y sonrió enternecido.

—Bueno, te disculpo. Ahora apúrate con esas bolsas, Ho.

—Sí, hyung —murmuró mientras el pelinegro pasaba por su lado.

Malcriado | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora