—Fuera manos —espetó Yunho, dándole un manotazo sin apartar la vista de la hoja.
Jongho sonrió divertido, decidido a quedarse quieto un momento.
Ambos estaban en completa soledad puesto que los mayores todavía no llegaban y ellos ya habían cerrado el local hacía unos cuarenta minutos.
Yunho había decidido adelantar algo de sus trabajos mientras bebía un delicioso batido de fresa, a la vez que el pelirrojo estaba sentado enfrente suyo también bebiendo lo mismo.
Jongho ya no se quejaba por las bebidas, ya le había agarrado verdadero gusto a lo que antes no bebía, no supo si era porque la señora Jeong realmente preparaba delicias o sólo fue por su voluntad de cambiar ese hábito de quejarse por todo.
Fueron ambas cosas, se dijo.
El vaso descansaba en su mano, mientras él miraba inconscientemente a Yunho leer concentrado, bebiendo de su batido a cada tanto.
Últimamente lo miraba mucho sin darse cuenta, había descubierto que le gustaban un poco los gestos del pelinegro, como por ejemplo cuando se concentraba en algo sus labios parecían estirarse un poco, o se rascaba el puente de la nariz o el cuello, también arrugaba su nariz de forma graciosa.Se dio cuenta que realmente lo observaba porque ya conocía varios de sus gestos.
No evitó golpearse mentalmente al descubrir aquello, puesto que no entendía qué demonios pasaba.
Yonho seguía siendo un idiota déspota que se aprovechaba de su posición cómo mayor, y por eso lo mandaba y exigía, creyéndose mejor que él. Que conste que sólo obedecía para evitar reclamos o regaños, sólo eso.—¿En dónde están tus padres? —preguntó luego de un momento de silencio.
—Mamá dá clases de yoga los sábados y papá se va con los amigos a pescar o hacen barbacoa.
—¿Y por qué no vas con él?
—Porqué no me gusta —declaró dando vuelta la hoja.
—Osea, ¿qué te quedas solo todo el día?
—Sí, y no me molesta, en realidad yo les dije que se dedicaran a ellos los sábados —aclaró enderezándose y estirando sus brazos y cuello, haciendo sonar éste último.
—¿No sería mejor que ellos se queden trabajando y tú salir a divertirte? —volvió a preguntar sin entender la lógica del pelinegro.
En esos momentos pensaba que Yunho realmente era un tonto. Prefería quedarse trabajando y estudiando en lugar de salir y divertirse.
—Ellos trabajaron toda su vida, y un día que lo dediquen a su descanso no hace mal, y a mi tampoco me molesta quedarme. Me gusta hacerlo porqué es algo que les hace bien, y yo no me voy a morir por trabajar solo —explicó.
—Entonces... ¿prefieres sacrificar un día de diversión sólo para qué ellos descansen?
—No es sacrificio si es algo que realmente quiero hacer, Ho —aclaró—, ¿tú alguna vez dejaste de hacer algo para el bien de otra persona? ¿Aunque sea una vez?
—Jamás en la vida.
—Por eso no me entiendes —dijo sonriendo apacible—, quizá algún día comprendas de lo que te hablo —finalizó mientras se levantaba y acomodaba la silla en su lugar.
Jongho lo miró en silencio mientras el mayor se iba camino a la escalera, pero repentinamente se detuvo y regresó con él.
—Hoy realmente lo hiciste bien, así que aquí tienes —dijo mientras metía la mano en su bolsillo y le depositaba sobre la mesa una tarjeta y la llave del coche—, llamaré a tu casa para avisar que irás por el coche.
ESTÁS LEYENDO
Malcriado | 2Ho
FanfictionChoi Jongho es un chico de diecinueve años con graves problemas de comportamiento y actitudes totalmente desubicadas. Un malcriado en todo el sentido de la palabra. Su vida perfecta se verá perjudicada cuando sus padres decidan sacarle todo y en...