CINCUENTA Y UNO

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Jongho estaba acostado en el sofá mientras miraba una película cuando oyó la puerta del apartamento abrirse. No le dio importancia puesto que era Mingi así que se quedó en la misma posición.

Había estado con Wooyoung toda la mañana, incluso almorzaron juntos, aunque se sintió un poco incómodo porqué Hongjoong llegó a eso de las doce del mediodía y comieron los tres. Obviamente el mayor no se molestó cuando lo vio en el apartamento con Wooyoung, sólo lo saludó castamente y pasó de largo a la habitación para cambiarse.
Nuevamente afirmaba que Hongjoong era demasiado serio para su mejor amigo, pero extrañamente iba muy bien con Woo, era totalmente contrario a él así que se complementaban; Kim le daba algo de la seriedad que al castaño le faltaba, y Woo le ofrecía la diversión y calidez que al mayor le hacía falta en su amarga y estructurada vida.

Definitivamente los envidiaba, pero también se alegraba mucho por Woo. Por fin había encontrado a alguien de verdad para pasar su vida, dejando de lado sus encuentros y ratos que en realidad nunca lo habían llenado de nada, Wooyoung siempre se lo había dicho, como también le había admitido que el día que encontrara a alguien que realmente le gustara iba a dejar su superficial diversión para dedicarse a esa persona y tener algo serio, y esa persona era Hongjoong.

Realmente se alegraba por él, aunque no tenía mucha interacción con el hombre puesto que era demasiado callado y serio, incluso le intimidaba un poco, pero fuera de eso se notaba que quería a su amigo, y eso era suficiente para él.

—Honguito, levanta el culo de ahí y ve a recibir a tu visita —dijo Mingi inclinándose desde el respaldar cuando iba caminar al cuarto.

—¿Qué visita? —preguntó levantándose del sofá, pero el pelirrojo ya se había ido así que no le quedó de otra que levantarse e ir a ver.

Cuando llegó al recibidor, su sorpresa al ver a Yunho ahí fue tanta que incluso el pelinegro no retuvo su sonrisa de diversión al verlo evidentemente impresionado.

—Hola, Ho —saludó.

Jongho balbuceó un par de cosas y rápidamente miró alrededor, encontrándose con una campera de Mingi que reposaba en una de las sillas, así que se la colocó sin dudar. Estaba sólo con el pantalón puesto, y a pesar de lo que había pasado con Yunho en el pasado no podía evitar sentir vergüenza que lo viera semidesnudo.

—Hola, ¿q-qué haces aquí? —preguntó, recuperándose de la reciente pena.

—En realidad le pedí a Mingi que te lo trajera, pero no quiso y me hizo venir a dejarlo yo mismo —explicó mientras le extendía las hojas—, es la tarea de hoy, hablé para que la prepararan así no te atrasas.

—¿En serio? —murmuró viendo rápidamente todas las hojas, encontrándose con apuntes y deberes. No evitó sonreír aliviado, porque en la mañana había estado preocupado por eso mismo, y ahora tenía las cosas para mantenerse al día incluso si no asistía a clases—, gracias —dijo sonriendo, gesto que fue correspondido por el mayor.

—Por cierto, mamá me preguntó por ti, así que cuando puedas..

—Eso viene increíble ahora porqué necesito que bebé Ho se vaya por un rato —dijo repentinamente Mingi apareciendo, ganándose la mirada de ambos.

—Sólo le digo para que lo tenga en cuenta —aclaró enseguida Yunho, viéndolo confundido al ver que estaba algo exaltado.

—Jongho no tiene nada que hacer ahora, y yo voy a.. —tanteó dudoso viendo todo mientras los otros dos chicos lo miraban cómo si estuviera loco—, voy a limpiar, y no puedo hacerlo si hay alguien estorbando.

—Pero si ya limpié —objetó el menor enseguida, alzando una ceja mientras señalaba todo.

—¿Ah sí? Pues lo haces horrible, mira todo ese polvo, ¿a esto le llamas limpiar? —espetó bruscamente mientras pasaba un dedo por el pequeño mueble a su lado y se lo dejaba a centímetros del rostro al Choi que miró el dígito instintivamente—, polvo por todos lados, Jongho, horrible tu limpieza.

—Para mí quedó bien, no hay polvo —volvió a decir cómo nene regañado.

Yunho los miraba extrañado. Primero, el apartamento realmente estaba limpio, demasiado ordenado incluso para él mismo, y segundo, parecía que Mingi prácticamente estaba echando a Jongho a la fuerza.

¿Acaso le estaba diciendo que se fuera con él? ¿Era tonto o qué?

No estaba entendiendo nada, incluso se sentía sobrar, porqué realmente su intención no era terminar ahí, mucho menos pensó en llevarse a Jongho ahora al comentarle sobre su madre, sólo quería que el menor lo supiera para tenerlo en cuenta cuando tuviera un rato libre, nada más.

—Ehm, bueno, ya me voy. Sólo venía a dejarte eso —dijo mientras retrocedía unos pasos hasta llegar a la puerta y tantear la manija.

—Llévate a Jongho un rato que necesito estar solo —fue lo único que dijo Mingi mientras empujaba al Choi.

—Pero Gigi... —intentó protestar el menor, pero en segundos, tanto él como Yunho, terminaron en el corredor del piso con la puerta cerrada.

Al instante, ésta se abrió nuevamente y las zapatillas junto a las llaves del coche terminaron en las manos de un confundido Jongho que sólo recibió sus cosas, luego la puerta volvió a ser cerrada.

—¿Siempre es así? —preguntó Yunho todavía sin entender mientras veía al pelirrojo colocarse el calzado.

—No, no sé qué le ocurre, pero quizá sólo necesita estar solo —dijo resignado—. En fin, supongo que puedo ir a ver a omma ahora.

—Siento que es mi culpa, en realidad no pretendía venir hasta aquí pero él no quiso hacerme el favor de traerte los apuntes. Lo siento —dijo sincero mientras caminaban.

—No sé qué le pasa, pero dudo que sea tu culpa, aunque me parece raro que no haya querido hacerte ese favor —comentó extrañado.

Apretó el botón del ascensor y esperaron unos segundos hasta que éste llegó y subieron en completo silencio.

Yunho se mantenía callado, aunque estaba tentado a comentarle al menor sobre lo que había visto en el campus. No quería ver a Jongho mal por culpa de un posible engaño de Mingi, y realmente no quería ser él quien lo hiciera sentir dudoso o desconfiado de su relación, pero tampoco pretendía callarse y hacer cómo si no había visto nada.

Antes, Yeosang y Mingi solían coquetear mucho, incluso pasó una que otra cosa entre ambos pero se supone que lo habían dejado, y ahora no quería creer que estaban en algo incluso si Mingi estaba en una relación con el chico a su lado en esos momentos.

—Jongho, debo decirte algo —dijo de la nada cuando llegaron al recibidor del edificio.

—¿Qué ocurre?

—Mejor te lo digo después —avisó luego de un momento pensando.

No quería que Jongho llegara a su casa con mala cara o notándose triste cuando viera a su madre, mejor se lo decía cuando estuviera por irse.

—Está bien —aceptó el pelirrojo mientras caminaban hasta su vehículo.

Malcriado | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora