TREINTA Y SIETE

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Miraba el techo totalmente ausente mientras sus manos apretaban la sábana inconscientemente. Llevaba tanto tiempo así, que su vista ya estaba acostumbrada a la penumbra del cuarto, así que podía ver todo.

Se estaba sintiendo algo incómodo, a decir verdad. Había cenado con Mingi hace horas. El mayor pidió pizza porqué le dijo que no tenía ganas de cocinar, y él no tuvo queja alguna así que cenaron comida comprada. Luego, simplemente le dijo que podía dormir en su cama y él en el sofá de la sala, que de todas formas estaba bien porqué era cómodo.
Y Jongho aceptó después de discutir por media hora que él debía dormir ahí, pero Mingi se negó rotundamente y por eso en plena madrugada estaba con los ojos bien abiertos sin poder dormir. La incomodidad no lo dejaba.

Desde su lugar podía escuchar a Mingi removerse en su lugar de descanso, soltando suspiros cansinos de vez en cuando, así que no podía evitar sentirse peor, todo un invasor.

—A la mierda —murmuró decidido mientras se quitaba la sábana de encima y se levantaba.

Salió del cuarto, caminó por el pasillo y llegó a la sala que también estaba en penumbras.

—Bumbita —llamó desde el umbral, no pudiendo ver al mayor porqué el respaldar del mueble lo tapaba.

—¿Qué? —inquirió asomando apenas el rostro.

Jongho sonrió con gracia al verlo. Llevaba tanto removiéndose que su cabello ahora era un desastre.

—No puedo dormir —admitió.

—¿Y qué quieres que haga? ¿Qué vaya a dormir contigo? —soltó con mofa mientras se acomodaba nuevamente en el duro sofá, cubriéndose mejor con la frazada que se había llevado.

—Sí.

Mingi soltó una risa nasal ignorándolo por completo. No dijo nada, pero al instante tuvo a Jongho de pie a un lado del mueble, viéndolo con insistencia así que no le quedó de otra que abrir los ojos y acomodarse boca arriba.

—Déjate de fastidiar y vete a dormir, Honguito —bufó llevándose el antebrazo a los ojos, cubriéndolos para intentar dormir, aunque era más para no ver el rostro del menor que no le apartaba la vista.

—No me siento cómodo usando tu cama mientras tú estás aquí —dijo en un berrinche que Mingi ignoró olímpicamente—, Mingi, hablo en serio. Podemos dormir los dos en la misma cama, es grande.

—Mejor no.

—¿Por qué no?

—Porqué soy muy inquieto para dormir, además ya se me fue la costumbre de dormir con alguien.

—Me acostaré bien a la orilla —espetó en un intento por convencerlo. No iba a poder dormir en toda la noche si Mingi seguía en el sofá, no se sentía bien.

—Vete a dormir, Jongho —demandó ya serio, comenzando a perder la paciencia—, tenemos clases temprano y ya es tarde.

El menor bufó por lo bajo, pero lejos de hacerle caso e irse, terminó por cruzar el respaldar y acomodarse encima del mayor que inmediatamente lo miró con reproche.

—¿Qué haces?

—Dormiremos los dos en el sofá entonces —fue lo único que dijo mientras sonreía divertido. Agarró la frazada y la alzó para acomodarse y cubrirse bajo la mirada del mayor—, no podré dormir si te quedas aquí, así que nos quedamos los dos.

—Eres un poco fastidioso, ¿te lo han dicho? —resopló sintiendo por completo a Jongho acostado encima suyo.

El menor rió contra su pecho y asintió cerrando los ojos.

—Un par de veces, pero también estoy siendo justo, así que no te quejes. Si estoy pesado o te molesta que duerma encima de tí entonces vamos a la cama y ahí no tendrás que sentirme —ofreció con la esperanza de que acepte, pero de forma contraria, el mayor se removió un poco y enseguida pasó un brazo por encima suyo consiguiendo que Jongho abriera los ojos de sopetón, sorprendido y hasta algo nervioso.

—No me molesta sentirte, además estás calentito y justo tenía frío. Vienes bien.

El Choi pasó saliva y optó por quedarse estático en el lugar, totalmente rígido, incluso comenzó a respirar más lento por los nervios. Sentía la mano de Mingi en su espalda, mientras él tenía las suyas a los costados sin tocarlo, pero en ese momento se dio algo más de confianza y llevó una hasta dejarla sobre el pecho del mayor, al lado de su propio rostro.

—Te terminó gustando, eh —se burló repentinamente el chico debajo suyo, riendo y haciendo que el menor sintiera la vibración en su oído proveniente de la caja torácica ajena.

Inmediatamente sintió su rostro caliente, y agradeció que estuvieran en penumbras para que Mingi no lo viera y se burlara por el resto de su vida.

—Cállate, estoy más cómodo así —argumentó rápidamente.

—Ahora me dio calor, creo que voy a quitarme la remera...

—¡No! —chilló al instante—, déjate de fastidiar y duérmete, no hace calor.

Mingi no evitó reírse con ganas al captar el nerviosismo del menor. Se le hacía gracioso y adorable, y más que Mingi estuviera rígido cómo una tabla encima suyo.

—Buenas noches, Pinocho.

—Buenas noches, Snorlax.

⊰᯽⊱┈──╌❊╌──┈⊰᯽⊱

Al otro día, Jongho fue el primero en despertar. Podía escuchar la alarma de su teléfono en el cuarto, sonando cómo loco.
Dedujo que eran las seis y medias, así que no intentó dormir de nuevo.

Se quedó un momento en el lugar intentando despertarse bien, pero en ese momento notó que no estaba encima de Mingi, sino que estaba a su lado.
Se sonrojó al instante cuando se dio cuenta de que el mayor lo estaba abrazando, escondiendo el rostro en su cabello. También sintió una de sus piernas encima de las suyas.

Se removió un poco, con cuidado de no despertarlo, pero no se dio cuenta que estaba muy a la orilla y al final terminó cayéndose del sofá.

El mayor no demoró en despertarse cuando sintió un golpe seco, e inmediatamente sintió la ausencia del menor pero no tardó en verlo sentarse a un lado y sobarse la espalda con una mueca de molestia.

—Eres tonto —se burló todavía con la cabeza en la almohada.

—Buenos días a tí también —dijo rodando los ojos. Se levantó y Mingi lo siguió con la mirada mientras Jongho se estiraba—, son las seis y media.

—¿Dormiste bien? —preguntó inmediatamente cuando el menor se dirigió al cuarto.

—Sí, ¿y tú? —respondió al instante cuando regresó con él.

—Dormí horrible.

—Te dije, pero tú quisiste dormir en el sofá conmigo encima, ahora te jodes.

—Me duele la espalda por culpa del sillón, pero de tí ni me quejo. Es más, deberíamos dormir aquí todas las noches, ¿no? —propuso mientras se sentaba, ganándose la mirada recelosa de Jongho.

—Sí, claro —soltó rodando los ojos mientras se alejaba para ir al baño.

Mingi se quedó solo y no evitó reírse por lo bajo con traviesa diversión.
No le molestaba despertarse con dolor de espalda si se dormía con Jongho encima.

Malcriado | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora