TREINTA Y TRES

1.3K 167 77
                                        

¿Por qué había aceptado aquello?

No sabía si le gustaba o más bien le parecía tedioso e incluso innecesario, pero se dijo que todavía no podía decidirlo así que mejor continuaba en su posición.

Caminó hasta el ascensor, pero un cartel diciendo que estaba fuera de servicio le hizo bufar y desviarse a la escalera. Debía subir hasta el quinto piso.. que bueno que estaba bien físicamente sino que problema, iba a terminar arrastrándose cómo un gusano por el pasillo.
Cuando llegó luego de unos minutos, tocó el timbre y esperó a que la puerta se abriera dejándole ver a un chico castaño que lo miró de mala forma antes de hacerse a un lado y dejarlo pasar.

—Siempre con tu carita tan dulce —se burló mientras pasaba.

—¿A qué viniste, Mingi? —preguntó el dueño de casa con fastidio mientras seguía al de pelo blanco hasta la sala y lo miraba desde su sitio, con los brazos cruzados.

—A nada realmente, pero no tengo ganas de regresar a casa —dijo sincero desde el sofá.

Hongjoong suspiró resignado y se terminó sentando en el individual bajo la mirada de su primo.

—¿Hiciste lo qué tenías que hacer? —preguntó Kim, ganándose inmediatamente un asentimiento por parte del otro.

—La verdad, no entiendo por qué tu noviecito me pidió que me acercara a ese chico, o bueno, quizá sí lo entiendo ahora.

—¿Pasó algo? —preguntó inmediatamente el pelinegro cuando lo vio pensativo.

—Jongho me contó todo lo que ha pasado con ese sujeto, y la verdad que me dio pena, pero más lástima me da que incluso su mejor amigo le esté mintiendo.

—Wooyoung no lo hace de malo, sólo que no quiere que él siga colgado de Jeong y por eso te pidió a tí que te acerques, aprovechando que vas a esa universidad. Sólo debes distraerlo, y no se te ocurra lastimarlo —advirtió mientras se levantaba e iba a la cocina.

Mingi lo siguió al instante y se apoyó en el umbral de la puerta, viendo a su primo moverse por el lugar.

—No tengo intenciones de lastimarlo, sólo estoy pagándole el favor a Wooyoung, además... —tanteó, y Hongjoong lo miró enseguida con atención—, me cae bien. Digo, es agradable, y es algo rebelde lo cual lo hace divertido, aunque me dan ganas de pegarle porqué me falta el respeto.

—Ni tú entiendes lo que quieres decir —se burló el mayor sonriendo burlón.

—Haz de cuenta que no dije nada, sólo dile a Woo que yo me encargo. Jongho no va a volver a pensar en ese idiota... joder, de verdad que es un imbécil.

—¿Lo viste?

—Apareció cuando estaba con Jongho. Hubieras visto la forma en la que me miró —contó divertido, recordando la mirada asesina que el idiota le había mostrado—, él lo rechazó porqué supuestamente Ho no le gusta, pero te aseguro que no es tan cierto. La mirada asesina que me dedicó hoy dejó en claro que no le es tan indiferente.

—¿Entonces Jongho te contó todo?

—Sí, o al menos pienso que todo. Me dio un poco de pena, lo está pasando mal.

—Lo sé, Woo me ha contado más o menos —admitió de espaldas—, no digo que sea cercano a Jongho, pero lo poco que conozco es por Woo y sé que no se merece lo que está pasando.

Mingi asintió sin decir nada mientras pensaba en la conversación que había tenido con el menor.
Quizá no era muy bueno lo que hacía, pero él odiaba deberle a alguien y por eso cuando Wooyoung acudió a él no dudó en aceptar. Lo había visto preocupado, así que aceptó, pero realmente no esperaba que Jongho le cayera bien a la primera, mucho menos que fuera a contarle todo lo acontecido.
Iba a ayudarlo, estaría con él y haría que dejara de pensar en el tarado, pero no lo haría sólo para pagar un favor al mejor amigo del pelirrojo, sino que lo haría porque le nacía hacerlo.

Malcriado | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora