Perdió la cuenta de cuántas veces había bufado con fastidio mientras mantenía la cabeza metida dentro del lavabo, dejando que el agua le quite la suciedad del cabello.
Sabía que sus compañeros no lo habían hecho con maldad puesto que es su cumpleaños y tirarle huevos y harina era algo muy normal en el día especial de alguien, pero Jongho no podía evitar ponerse de mal humor. No tenía ni una toalla para secarse o quitar aunque sea un poco las manchas de la ropa.
—Oye, hay un chico buscándote en el pasillo —avisó uno de sus compañeros asomando la cabeza por la puerta del baño. Jongho sólo lo miró fugazmente antes de regresar a lo suyo—. Lo siento, no sabía que iba a molestarte tanto —dijo sincero.
El pelirrojo suspiró más tranquilo y le sonrió para quitarle la culpa.
—No te preocupes, es sólo que pensaba ir a otro lado al salir de aquí —explicó mientras agarraba sus cosas.
—¿Champiñón? —llamó un repentino Mingi, abriendo la puerta—, llevo buscándote un rato, tonto.
—Adiós, Ho —se despidió rápidamente su compañero pasando por al lado del mayor para salir.
—Snorlax, ¿qué haces? Creí que ya te habías ido, o que estarías en clases todavía —dijo viendo la hora. Un poco más de las seis.
—Tenía que salir un poco antes para saludarte —explicó sonriendo mientras abrazaba al menor que sólo sonrió y correspondió el abrazo—, feliz cumpleaños, pequeña alimaña. Te daría algo, pero esa semana que pasamos juntos cuenta como regalo —dijo divertido, y el pelirrojo no evitó achicar los ojos con reclamo silencioso.
—Deja de ser Bumbita por un rato, por favor —bromeó mientras caminaban por el pasillo.
Su cabello goteaba y la camisa escolar se estaba mojando, así que se encontraba incómodo al tenerla pegada al cuerpo.
—Veo que tus compañeros te celebraron a su manera —se burló entre risas, pero enseguida se calló cuando el Choi lo miró de mala forma—, es tu cumple, Ho, no deberías estar de mal humor.
—Yunho se olvidó, ni siquiera me mandó un mensaje —confesó por fin—, incluso Hongjoong me escribió un mensaje, corto, pero lo hizo.
—¿Tienes el número de mi primo? —preguntó inmediatamente el mayor.
—Sí, Woo me lo guardó, dijo que por cualquier cosa que no pueda dar con él le hablara a Hongjoong, pero dudo que lo necesite. Igual lo dejé, por si las dudas.
Mingi asintió comprensivo. Le había extrañado porque Hongjoong era tan esquivo y asocial que los únicos números agendados que tenía era el de Wooyoung, el suyo, su familia y los de sus clientes y socios. Y lo sabía porqué él mismo le dijo que no quería tener a nadie innecesario agendado.
—No creo que se le haya olvidado, Ho, seguramente ha estado muy ocupado estudiando, ya sabes, cosas de universitarios —intentó defender, pero el pelirrojo gruñó por lo bajo, totalmente en desacuerdo.
—Lo entiendo, pero incluso ahora podría estar aquí, y en lugar de eso prefirió irse. Sólo me escribió un mensaje diciendo que luego fuera a su casa, nada más —explicó de mala gana—, para su cumpleaños lo llamé a las doce en punto, incluso usé una de mis tarjetas para comprarle ropa cara y hasta fuimos a comer. No pido lo mismo, sólo que me escriba un mísero mensaje.
Mingi lo miró y no pasó desapercibida la tristeza del menor.
—Ho...
—Me voy a casa a cambiar, estoy lleno de huevo y harina —dijo inmediatamente cuando salieron del instituto—, ¿necesitas que te lleve?

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Malcriado | 2Ho
FanfictionChoi Jongho es un chico de diecinueve años con graves problemas de comportamiento y actitudes totalmente desubicadas. Un malcriado en todo el sentido de la palabra. Su vida perfecta se verá perjudicada cuando sus padres decidan sacarle todo y en...