VEINTICINCO

1.3K 162 29
                                    

Abrió los ojos cuando percibió la vibración sobre la mesita a un lado, avisándole de una llamada entrante.

Jongho parpadeó confundido tratando de despertarse por completo, sin embargo a los segundos decidió seguir durmiendo porque sabía que era plena madrugada y no había nadie importante que pudiera llamarle a esa hora.
A los segundos desistió de su idea cuando recordó que por la diferencia horaria quizá era su madre quien lo llamaba, olvidando la hora en Corea. Removió el brazo ajeno que lo rodeaba percatándose recién que tenia a Yunho pegado a su espalda desnuda durmiendo plácidamente, sintiendo su cálida respiración en la nuca.

Una vez liberado del agarre del mayor, se levantó un poco apoyando el codo y enseguida agarró el móvil, pero en ese momento la llamada terminó y el nombre de Wooyoung apareció en la pantalla como llamada perdida.
Se refregó el rostro confundido, pero no demoró en levantarse con cuidado, sólo vistiendo su ropa interior, e irse al armario para buscar su pantalón pijama.
Antes de salir del cuarto, cubrió mejor al pelinegro que estaba durmiendo boca abajo con la espalda al descubierto, y a decir verdad estaba algo fresca la noche, no quería que fuera a enfermarse.

Salió del cuarto con cuidado y bajó a la cocina para volver a marcarle a su mejor amigo, esperando que todo estuviera bien porqué eran las cuatro de la mañana y Wooyoung nunca solía llamarlo a altas horas de la madrugada, a pesar de que era sábado.

Por un momento creí que dormías —dijo inmediatamente el chico cuando respondió la llamada de regreso.

¿Pasó algo? No me jodas con que has visto otra película de terror y quieres que vaya a dormir contigo —bufó mientras se rascaba el cuello distraído, luego abrió la nevera y sacó la botella de jugo.

El único que pasó susto hoy fue mi culo —declaró entre tenues risas, y Jongho casi se atragantó mientras bebía—, pero no me quejo.

No me cuentes, no necesito saber —dijo enseguida mientras se sentaba en una de las sillas de la isla—, supongo que la pasaste bien con tu Príncipe.

Siempre la paso bien con él, de hecho ahora está durmiendo y yo estoy en la cocina.

Vaya coincidencia —murmuró sonriendo.

No me digas... ¿follaste con hyung y ahora está durmiendo también? —inquirió el otro chico con cierta emoción en la voz que hizo sonreír al pelirrojo.

No fue tu culo el único que pasó susto hoy.

¡Hijo de puta! —gritó entre risas, y Jongho no evitó reírse también—, espera, espera, me da curiosidad saber cómo es hyung en la cama.

No voy a decirte eso, tonto, no te incumbe. Yo no te pregunto cómo es tu novio cogiéndote.

Y cuando lo hagas no voy a negarte los detalles, soy un buen mejor amigo.

Ah... —suspiró rendido—. Dime para qué me llamabas, Woo.

¿Mañana harás algo? Estaba pensando que podía ir a la cafetería con mi bebé para que lo conozcas.

¿Y me llamas a las cuatro de la mañana para eso?

—respondió tranquilo, sin poder ver que Jongho cerró los ojos con fastidio—, oh, no me digas que estás enojado porqué te saqué de los brazos de tu amorcito —se burló.

Sí, justamente eso, tonto.

Lo siento, Ho —se disculpó luego de reírse con sorna—. Al final, ¿qué harás con ese tema? Ya sabes, ¿has decidido algo?

Malcriado | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora