VEINTIDÓS

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Caminaba en silencio mientras sentía la mano ajena sostener la suya sin problemas.

Wooyoung miró de reojo al pelinegro a su lado y no evitó sonreír al notar inmediatamente el disgusto en el perfil del mayor.

—¿Te gustó la película? —preguntó con mofa.

—No, fue una mierda —escupió sin problemas, causando la risa del castaño que no demoró en colgarse de su brazo para luego depositar un casto beso sobre su mejilla, haciéndolo sonreír—. Te traje a verla porqué me dijiste que querías venir, pero a mi no me gustó.

—Lo sé —dijo sonriendo. Amaba que Hongjoong fuera tan sincero y le dijera lo que pensaba sin problemas, a pesar de que quizá a él no le gustara la declaración—, igual gracias, amorcito.

—¿Gracias? No es suficiente para hacerme desaparecer el disgusto —gruñó fingiendo enojo.

—Ya lo sé —murmuró sonriendo.

Apretó la mano ajena y enseguida el mayor lo miró expectante, pero sólo recibió una media sonrisa del castaño así que no necesitó que le dijera algo.

Salieron del cine para ir hasta el vehículo de Kim. Aún era temprano pero ya no tenían necesidad de ir a otro lado a pasar el rato, así que sólo decidieron irse.

—¿Te quedas a dormir? —preguntó Hongjoong mientras ponía en marcha el coche.

—Ni hace falta que preguntes —respondió sonriendo. Enseguida desvió la vista hacia la ventana y se quedó pensativo un momento, hasta que decidió hablar nuevamente—. Hoy le conté de ti a mi mejor amigo. Me gustaría que lo conocieras algún día de estos.

—Durante la semana no puedo, pero el próximo sábado sí, o incluso mañana —ofreció.

—Está bien, mañana lo llamaré temprano, o quizá después. Seguro se duerme tarde, siempre lo hizo.

—Bebé, más tarde ni siquiera vas a tener voz —dijo sonriendo descaradamente.

—¿Ah, no? —inquirió con una sonrisa ladina. Sin dudar, estiró la mano y la llevó hasta la pierna del pelinegro que no evitó respirar profundo al sentir la mano traviesa de Wooyoung pasándose con lentitud—, ¿y por qué no? —provocó.

—Porqué vas a gritar... ¡joder, Woo, no hagas eso! —bramó rápidamente cuando la mano ajena apretó su miembro, desconcentrándolo del camino por unos segundos.

—¿Cómo acabas de gritar tú? —se burló. El chico se acomodó nuevamente en su asiento y no reprimió unas cuantas risas.

Hongjoong lo miró fugazmente y al final terminó sonriendo divertido, porqué era obvio que lo iba a hacer sufrir gracias a su bromita.

...

No le estaba importando tener al pelinegro encima suyo en esos momentos mientras el ascensor llegaba al piso marcado, y a Hongjoong tampoco le interesaba, porqué no había aguantado mucho estando encerrado en la caja metálica de reducido espacio con el contrario a su lado.
Simplemente lo agarró y lo besó con fuerza, siendo correspondido de la misma forma.

Ambos eran algo contrarios, porqué Hongjoong era amante de la tranquilidad y el silencio, mientras que Wooyoung adoraba los lugares llenos de gente. Hongjoong prefería quedarse en casa viendo una película o sólo acostado sin hacer nada, mientras que Woo prefería armar una fiesta en su casa o irse a alguna de las tantas a las que estaba invitado la misma noche, incluso se las ingeniaba para asistir a todas.

Pero, a pesar de las diferencias, ambos eran muy parecidos a la hora de intimar, porqué el mayor era un dominante controlador por naturaleza, siempre queriendo tener todo su alrededor bajo control, y para suerte suya, al castaño le encantaba ser dominado y sometido, aunque sólo era en esa situación porque el resto del tiempo era bastante rebelde.

Malcriado | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora