Malcriado | 2Ho

CINCUENTA Y CINCO

Jongho no recordaba otro momento en el que haya estado tan tranquilo y a gusto, a pesar de que todo el cuerpo le dolía no podía evitar hacer a un lado la molestia y concentrarse en los dedos que acariciaban gentilmente su cabello, haciéndolo cerrar los ojos por momentos.

—No te duermas, tenemos que ir a comer todavía —le dijo Yunho sin dejar de mover su mano sobre las hebras oscuras. También lo hacía a propósito, disfrutaba mucho el molestar de alguna forma a su malcriado.

—Entonces deja de tocarme el cabello, hyung —se quejó acomodándose mejor de lado para abrazarlo, usándolo de almohada.

—Me gusta tocarte —murmuró con una sonrisa divertida, pero inmediatamente apartó la mano y se acomodó también de lado sólo para abrazar al menor que no se quejó para nada ante el gesto.

—Bobo, ¿el negro no es tu color natural, verdad? —preguntó de golpe mientras pasaba el índice por uno de los tantos lunares que el mayor tenía en el pecho.

—No, es el castaño.

—¿Y quién te dijo que el negro te quedaba bien, eh? —inquirió con malicia.

—Tú, cuando te enamoraste de mí, niño tonto —respondió al instante escondiendo una sonrisa divertida.

Jongho inmediatamente borró su diversión y no hizo más que estirar su labio inferior mientras le daba un empujón, haciendo reír por fin al pelinegro que sólo lo abrazó más fuerte.

—Deja de decirme niño, sólo eres un año mayor —se quejó.

—Eres un niño para mí, bebé.

El menor iba a quejarse de nuevo, pero prefirió callarse porqué sino iban a terminar discutiendo.

—Yonho, deberías pintarte el cabello de rojo —opinó sonriendo entusiasta.

—¿Para qué? No creo que me quede bien.

—Color de pareja —declaró separándose un poco todavía sin dejar de sonreír—, quiero que tengas el cabello rojo, ¿puedes? Hazlo por mi, hyung —suplicó separándose por completo para ver al mayor a la cara.

—Después me dices que no te diga niño —dijo sonriendo.

—Ya no me quejaré si te pintas el cabello de rojo.

—Aunque te quejes igual seguiré diciéndotelo —declaró sin importancia—, y no creo que el negro me quede, así que olvídalo.

Jongho frunció el ceño y lo miró con molestia, pero Yunho ni se inmutó.

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—Jongho, dime de nuevo por qué estoy aquí —preguntó un aburrido Wooyoung mientras se mantenía cruzado de brazos y miraba todo el lugar sin interés.

—Porque hyung se va a pintar el cabello de rojo y necesito que tú uses tu experto sentido de la moda y veas si le queda bien o no. Él dice que va a quedarle mal, pero estoy seguro que no y necesito tener otra opinión a favor —explicó mientras escribía un mensaje a Mingi.

Hoy finalmente regresaba a su casa, así que luego de salir de la peluquería con Yunho y Wooyoung iba a terminar de hacer sus maletas para regresar a casa. Sus padres también ya volvían mañana y él quería estar para recibirlos.

La noche anterior no volvió a molestar al ex pelinegro con lo de cambiarse el color, sólo cenaron y luego durmieron juntos. En la mañana temprano se fue al apartamento de Mingi, se duchó luego de escuchar la media hora de reclamos por parte del mayor con respecto a su usurpada campera, pero luego lo abrazó y le dijo lo feliz que estaba por él y su relación con Yunho.
Aprovechó de armar un poco sus maletas y después volvió a irse a casa de Jeong, dónde finalmente lo amenazó si no se cambiaba el color de cabello.