Realmente no me dió tiempo de meditar la noticia que me había dado, pues rápidamente la ginecóloga hablo de nuevo.
-Isabella, tenemos que llevarte al hospital pues debemos asegurarnos que tú y el bebé estén bien y asegurarnos que el sangrado no sea una amenaza de aborto.
Cuánto dijo esas palabras el miedo volvió a mí de nuevo pues recuerde que apenas hacían día había bebido alcohol, sentía culpa y preocupación en ese momento.
Me informó que me llevarían al hospital que estaba a 10 minutos de donde vivíamos, pero no sabía si Alfredo me iba a poder acompañar pues no sabía si era un lugar seguro para él.
Creo que el miedo era palpable en mí, pues tanto Alfredo como la doctora intentaron tranquilizarme.
-Bell todo va a estar bien amor, verás como tú y nuestro bebé van a estar sanos y fuertes.- creo que entre todo el miedo y la preocupación que tenía podía notar que Alfredo si estaba feliz.
Yo realmente estaba aterrada pues nunca me había planteado el tener un bebé a esta edad y ni con Alfredo.
Creo que seguir perdida en mis pensamientos cuando Alfredo me ayudó a pararme y nos dirigimos a una de sus camionetas para poder ir al hospital.
En el trayecto al hospital, Alfredo me comentó que se asegurarían de que ni él o yo corriera riesgo al estar en el hospital y creo que sabía que ese era uno de los tantos hospitales en los que ellos lavaban dinero.
Después de 15 minutos ya estábamos en el hospital, ingresamos por una puerta alterna y rápidamente nos dirigieron a una habitación privada, Alfredo ingreso conmigo al igual que la ginecóloga, me pidió que me despojara de mi ropa y me colocará una bata del hospital.
Después de eso me recostaron en la camilla y ella me comenzó a revisar, dijo que por lo que observaba tenía una amenaza de aborto, que aunque no era grave pues no había ningún desprendimiento debía pasar la noche en el hospital y tener reposo el siguiente mes, me dió una vitaminas que tenía que tomar y me recomendó mejorar mi alimentación pues tenía anemia, nada grave pero ahí estaba.
Al terminar de revisarme y sus recomendaciones la doctora se despidió de nosotros y nos avisó que vendría más tarde, para después salir y dejarme sola con Alf.
- Cómo te sientes ha Bell.- me preguntó Alfredo mientras se acercaba a mí. - Aún estába sumamente molesta, pero en estos momentos me ganaba el miedo por la cotización que estábamos pasando.
-Un poco mejor Alf.- fue lo único que pude responder, pues rápidamente el llanto me gano y comencé a llorar, al verme así se subió conmigo a la cama y me abrazó, y dejo un beso en mi cabeza.
-Que pasa amor, que tienes haber dime.- realmente necesitaba desahogarme en estos momentos.
-Tengo miedo Alf, no estaba en mis planes tener un bebé ahorita, no se seré capaz de ser una buena mamá, no se cuídame bien ni yo sola Alf, me da pánico el parto, y si no puedo, a demás no se nisiquiera si esto es algo que tú quieras en este momento, y creeme que no tienes que sentirte obligado a estar conmigo por esto. - le dije entre lágrimas.
-Plebe usted va a ser una mamá increíble, si cuida de mi como nadie como cree que lo hará de ese pueblito o plebita, mija usted por el parto no se preocupe sale por qué sale jajaja ...y aunque yo sé que usted ahorita no quería un plebe, para mí llegó en el mejor momento y siempre será una bendición.- cuando terminó de decir esto me abrazo, debía aceptar que me sentía un poco mejor pero sabía bien que no estabamos en nuestro mejor momento.
-Alf, no estamos en un buen momento te das cuenta de que hace unas horas me engañaste en nuestra propia casa.- lo escuché suspirar, sabía que no le parecía que tocará el tema en estos momentos.
-Podemos arreglar eso no te preocupes Bell, y no te engañe que quede claro, no se ni que lo hice porque estaba hasta el culo de pedo, pero no te engañe, no me metí con ninguna de ellas, lo hablaremos y lo solucionaremos, que tú no te has portado muy bien tampoco señora.
-No me jodas Alfredo, aquí el único que se porto mal eres tú.
-Ni enferma se te quita lo mula mija. Ya cálmate y trata de descansar lo necesitas.
-Te vas a quedar o te irás ?
-Ahorita me aseguraré de que esté todo tranquilo y pueda quedarme si no es así, me iré y mañana en cuanto la den de alta vengo por ti.- aunque no estábamos del todo bien no quería estar sola en el hospital.
- Está bien Alf.
- Nombré ya me imagino a todos ahora que sepan que vamos a tener un plebe, van a andar contentos. Deberíamos hacer una fiesta pa anunciarlo.- estábamos en el hospital y este hombre ya estaba pensando en esto.
-Alf, preferiría que lo dijeramos ya que estemos bien y fuera de peligro tanto el bebé y yo porfis.
- Si mi amor será cuando tú quieras va no te preocupes por eso. Pero ya descansa un rato ándale. - comenzó a hacerme piojito y estaba tan cansada que no supe en qué momento me quedé dormida.
Desperté cuando sentí que Alfredo me habló.
-Plebe despierta tienes que comer algo.- aún estaba súper Cansada pero me sentía un poco mejor.
Al despertar me di cuenta de que una enfermera había llevado la comida, pues ya en la habitación había una bandeja con gelatina, caldo de pollo y otras cositas, nada se me antojaba pero haría el intento por comer.
-Alf nada se me antoja de verdad, le dije haciendo un puchero.
- Ni me hagas caritas que no te traeré nada de fuera has el intento de comer eso amor ándale.
Me di por vencida y comí un poco de caldo y la gelatina. Después de eso me dormí de nuevo.
Por la mañana desperté cuando escuché que alguien entro a la habitación, era la doctora, Alfredo no estaba.
- Isabella buen día cómo estás cómo te sientes dime.
-Me siento mucho mejor ya doctora.
- Me da gusto escuchar eso, permíteme revisarme una vez más para serciorarme de que todo esté bien, si es así te daré el alta.
Le dije que si, así que comenzó a revisarme y me dijo que el sangrado ya no había seguido y que todo estaba mejor, que solo guardara reposo y me alimentara bien, después de eso salió para hacer el papeleo.
Alfredo entro cuando estaba cambiandome ya.
- Plebe que haces parada, déjame te ayudo.
-Alf estoy bien. Dónde estabas pensé que te había tenido que ir.
-Estaba afuera porque los muchachos me trajeron de almorzar.- lo mire indignada pues a mi si me hacia comer la comida mala del hospital pero él se encargaba comida buena.
-Ni me mires así ... Jajaja alrrato te llevarán de comer bien rico a la casa.
Sentí en forma de respuesta. Después de una hora me dieron el alta y ya íbamos rumbo a nuestra casa
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Aquí les dejo este capítulo ... Espero les guste ❤️🙏🏼🍀
De verdad muchas gracias por su apoyo. Déjenme saber en los comentarios que les pareció 🍀🙏🏼❤️