CAPÍTULO 5

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De nuevo desperté en ese hermoso y radiante lugar —¿Irina?— la llamé.

¿Qué quieres?— salió de detrás de un árbol y se acercó a mi.

Quiero saber lo que soy, ¿Puedes contarme?

—Por supuesto. Ven, siéntate a mí lado— se sentó en una roca cubierta por la nieve.

Fui hasta donde ella se encontraba y me senté a su lado —Ahora dime— la miré serio.

Tu eres un lobo perteneciente a la manada de lobos blancos, tu destino al nacer fue la muerte.

—¿Por qué?— pregunté.

¿Por qué alguien querría matar a un bebé?

El motivo es simple— me miró con seriedad —existe una vieja leyenda que narra el nacimiento del lobo hembra y tu eres ese lobo del que la leyenda habla.

—¿Y qué con eso?

—Una antigua anciana, perteneciente a la manada de lobos blancos vio el futuro de la manada. Las manadas no deben mezclar su sangre, ya que si lo hacen una maldición caerá sobre ellas. La anciana vio que el lobo hembra mezclaría su sangre con un lobo alfa de la manada de lobos negros y, por el bien de la manada, ella dijo: “Sacrificio al lobo hembra”

 

(…)

Desperté de golpe y mis ojos se encontraron con el claro de los ojos de Mason —Despertaste— sonrió.

—¿Qué hora es?— pregunté estirándome en mi cama y tallando mis ojos.

Él miró el reloj que tenía en su muñeca —Pasadas las nueve de la noche— respondió.

—No puede ser, dormí demasiado.

—En el estado en el que te encuentras, creo que es lo único que puedes hacer ahora.

—Es cierto— reí por estar en este estado —Gracias.

—¿Por qué?— cuestionó mirándome.

—Por ayudarme a regresar a salvo.

—Solo pasaba por ahí— ríe, ahora él. Tomé el libro y continué leyéndolo —¿Crees que sea cierto?— cuestionó.

—¿Qué cosa?— pregunté sin despegar la vista del libro.

—Lo que lees, ¿Crees que en verdad existen los hombres lobo?

—Por supuesto que no— comencé a reír y dejé de leer para mirarlo —Es solo ficción, no puede existir algo como eso.

—Y ¿Si existieran?— me miró fijamente —¿Qué harías?

—No lo sé, tal vez me enamore de uno de ellos— reí mas fuerte.

De nuevo el aroma a cítricos inundó mis fosas nasales —¿Te enamorarías de mi?

Lo miré y nuestras miradas conectaron. Cuando lo miré, el tiempo se detuvo por un par de segundos, hasta que volví a la realidad —¿Por qué haría algo como eso?— cuestioné y retomé mi lectura.

—Pues…— calló por un par de segundos —No lo sé— se levantó de la cama y salió de la habitación.

Minutos después, mi madre entró a la habitación con un plato de cena —Hola— saludó, puso la comida en el pequeño buró y se sentó en la cama, al lado de mí.

Dejé el libro a un lado y la miré sonriente —Hola, mamá.

—Es hora de cenar— me miró, como queriendo decir algo.

—Si— tomé el plato de cereal y comencé a comer —¿Ocurre algo?— pregunté al ver que me miraba mientras pensaba.

—Nada en especial— se levantó —Termina tu cena— se dirigió a la puerta y salió de la habitación.

Sacrificio al lobo hembra”. Esas palabras se repetían dentro de mi cabeza una y otra vez, pero ¿Dónde las había escuchado?

Terminé la cena y coloqué el plato en el buró, luego saqué mi celular y comencé a revisar mis redes sociales. Tenía nuevas solicitudes de amistad en Facebook y entre ellas estaba la de Mason. Mi curiosidad ganó y entré a revisar su perfil. Las fotos que se tomaba eran bellísimas.

Suspiré —Como quisiera tomarme fotos así de geniales.

Salí de Facebook y luego entré a la mensajería para revisar los nuevos mensajes que tenía. No era muy social, así que solo tenia mensajes de Serafina, los cuales eran notas de voz —Hola, mejor amigo— ríe —Que raro se escucha esa palabra— la separa en silabas y vuelve a reír —¿Cómo te encuentras?, yo muy bien por si te lo preguntabas— guardó silencio por un pequeño segundo —Espero hayas llegado con bien a Alemania y también espero que me ames pronto— volvió a reír —Espero un bonito suvenir. Bueno también espero que llegues pronto, me aburro demasiado.

El audio se terminó y decidí responderle con una nota de voz —No te preocupes, linda, yo llevaré muchos suvenires para ti. Te entiendo, en estos momentos estoy incapacitado, ya que hoy por la mañana me caí mientras corría y me torcí el tobillo. Volveré pronto. Espera por mí, te amaré cuando vuelva, ¿Ok?— mandé la nota y comencé a reír.

Me levanté de la cama y fui al baño a darme una ducha. Cuando salí de ducharme me envolví en la bata de baño y fui al lavabo a lavarme la boca. Me miré al espejo y vi a una mujer hermosa y joven, con los cabellos color plateado y los ojos color azul —Muerte al omega.

MI OMEGA (En Proceso De Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora